Eutanasia y suicidio asistido

AutorAsunción Álvarez del Río - Arnoldo Kraus
Cargo del AutorMaestra en psicología - Médico y editorialista de La Jornada
Páginas161-183
X. EUTANASIA Y SUICIDIO ASISTIDO
A Á  R*
A K**
I
L  no es un tema nuevo, es probable que siempre se pensara en ella
porque siempre ha habidoenfermos y médicos que consideran que la vida tiene
límites y que la dignidad es un elemento indispensable para vivir. Una visión
diferente a la de quienes creen que la vida es sagrada y que debe vivirse hasta el
nal, independiente del sufrimiento. Ambas posturas deben respetarse. Ambas
son válidas. En estos temas la tolerancia es fundamental. Debe permitirse que
las personas expresen sus ideas con libertad.
De manera paradójica, fue el inconmensurable avancede la biotecnología el
que avivó la idea de la eutanasia y rejuvenecióla máxima de Hipócrates: Primum
non nocere. Primeronodaresunadelasmisionesquedebecumplirysiempre
tener en mente cualquier médico que ejerza su profesión desde una perspectiva
humanitaria. Prolongarmuertes, más que vidas, puede ser una de las malas caras
del exceso de tecnología, y de la escasa reexión de algunos médicos que tratan
pacientes terminales o con afecciones graves.
Primero no dañar,ide a simple y profunda, debe ser reexión obligada cuan-
do se lidia con enfermos cuya calidad de vida es mala. Los inmensos progresos
de la medicina siempre deben utilizarse en benecio de la calidad de vida del
enfermoynosóloporelafándeprolongarla.
Hay que considerar los deseos
de la persona afectada y de sus familiares antes que las expectativas del médico.
Siempre debe tenerse en cuenta qué hacer y qué no cuando se habla de enfer-
mos terminales, de pacientes físicamente incompetentes pero competentes en
*Profesora del Departamento de Psicología Médica, Psiquiatría y Salud Mental de la
Facultad de Medicina de la .
**Profesor de Posgrado de la División de Estudios de Posgrado e Investigación de la
Facultad de Medicina de la .
Véase M. Singery P. Glynne, “TreatingCriticall Illness: e Importance of First Doing
No Harm”, PLoS Med., , (): e.
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162 LA CONSTRUCCIÓN DE LA BIOÉTICA
lo mental (tetrapléjicos) o de pacientes mentalmente incompetentes pero física-
mente competentes (enfermedad de Alzheimer). Cuando se habla del nal de
la vida, los médicos deberán dar peso también a términos como futilidad, inde-
pendencia y libre albedrío.
Calidad de vida, dignidad y autonomía son conceptos que siempre deben
tenerse en cuenta cuando se ejerce la medicina, pero, sobre todo,cuando la vida
del afectado está seriamente amenazada. Existen motivos sucientespara cavilar
acerca de temas tan conspicuos como la eutanasia y el suicidio asistido. Entre
una cantidad de razones destacan el sufrimiento,la soledad,el abandono de
los enfermos por la sensación de fracaso que experimentan algunos médicos, la
imposibilidad de algunos familiares para manejar la situación, así como, sobre
todo en Occidente, la falta de reexión sobre la muerte.
La eutanasia no es un tema que compete sólo a los médicos; la sociedad,
cada vez más informada de sus derechos y de los aspectos buenos y malos de
la medicina, cada vez más dueña —al menos en los llamados países del Primer
Mundo— de sus decisiones con respecto a sus enfermedades, y, con frecuencia,
cada vez más decepcionada de la profesión médica, es factor decisivo para que
se debata acerca del derecho a solicitar la eutanasia. Las encuestas de opinión en
varios países, sobre todo en Estados Unidos y en Europa, así lo demuestran: la
sociedad exige a los médicos y autoridades responsables abrir y renovar, hasta
donde sea necesario, las discusiones apropiadas. Casos recientes, como el de
MarieeresaSchiavo,contribuyenailustrarestasituación.
En  la prensa dio cuenta de uno de los escándalos más grandes relacio-
nados con la ética médica. En ese año, Marie eresa Schiavo tenía  años de
edad y  en estado vegetativo persistente. A los  años ingirió medicamentos
para disminuir de peso que provocaron hipokalemia —disminución de potasio
en la sangre— y alteraciones cardiacas que disminuyeron (con seguridad inte-
rrumpieron) el ujo sanguíneo al cerebro, por lo que sobrevino anoxia y, al -
nal, estado vegetativo persistente. Dicha condición la documentaron a lo largo
de los años diversos médicos. De hecho, la autopsia conrmó que el cerebro de
Schiavo tenía daño compatible con estado vegetativop ersistente así como daño
cerebral irreversible.
Véase Arnoldo Kraus,“Suering: A Vital Experience”, J. Clin. R heum., , 4:-.
Véase Elías Norbert, La soledad de los moribundos,, México, .
VéaseS.Rimpoché,Ellibrotibetanodelavidaydelamuerte,Urano, Barcelona, .
Véase F. Charatan, “Autopsy supports claim that Schiavo was in a persistent vegetative
state”, , , 330 :-.
/LVNHUB/DFRQVWUXFFL³QGHODB,QWVSGI SP

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