Cambio estructural y lento crecimiento, 1988 al presente
| Autor | Enrique Cárdenas Sánchez |
| Páginas | 55-61 |
55
Pacto
antinflacionario
Cambios
estructurales a
nivel mundial
Inicio de la
globalización
7. Cambio estructural y lento crecimiento,
1988 al presente
7.1 El cambio estructural
1988 fue el año de la estabilización económica. El gobierno introdujo
el Pacto de Solidaridad Económica, que por primera vez desde 1982
convocaba a los diversos sectores productivos para cooperar en la
lucha contra la inflación. El resultado fue extraordinario, pues en un
año ésta logró reducirse de más de 130%, a menos de 30%. La estra-
tegia fue eliminar la parte inercial de la inflación, aquella que se debe
a su propia dinámica, y mitigar las causas de fondo del aumento de los
precios. Entre otros instrumentos, se utilizó el tipo de cambio como
ancla para forzar la reducción de la inflación, y en aquel esfuerzo los
resultados fueron muy positivos. En un solo año, la inflación dismi-
nuyó de más de 140% a cerca de 30% al año.
Pero el estancamiento de los años ochenta puso en evidencia la
necesidad de realizar cambios sustantivos a la estructura económica,
de la misma forma como se había hecho evidente en otros países del
mundo. La política de apertura económica y política en la Unión So-
viética, y la caída posterior del muro de Berlín y el cambio europeo de
fines de los años ochenta, constituyó una influencia vigorosa para
el cambio de estructuras que se consideraban ya muy anquilosadas. El
mismo deterioro de los niveles de vida de la población, en México
estableció el marco para la realización de reformas indispensables.
El gobierno de Miguel de la Madrid había iniciado desde 1983
los primeros cambios estructurales: reducir el tamaño y complejidad
del sector público y abrir la economía a la competencia del exterior.
La reducción de entidades públicas fue de las menos difíciles, algunas
sólo existían en papel, pero marcó el inicio del cambio. La rápida
apertura comercial no generó un cierre de empresas o despidos masi-
vos de trabajadores y se dio prácticamente sin oposición de empre-
sarios o trabajadores, cuestión que cambió más adelante, cuando se
empezó a resentir más fuertemente la competencia externa. El inicio
del gobierno salinista, a finales de 1988, coincidió con cambios
profundos en el sistema económico y político mundial. El fracaso
del modelo centralmente planificado de la Unión Soviética, en que el
Estado era omnipresente en la economía, parecía no dejar opciones
a los países en vías de desarrollo, más que la preeminencia del mercado
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