Espacios disputados y redes clientelares en la formación del municipio de Maravilla Tenejapa (región Selva fronteriza)

AutorXochitl Leyva Solano y Luis Rodríguez Castillo
Páginas179-221
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CAPÍTULO 5
Espacios disputados y redes clientelares en la
formación del municipio de Maravilla Tenejapa
(región Selva fronteriza)
Xochitl Leyva Solano y Luis Rodríguez Castillo*
En este capítulo describimos y analizamos los procesos políticos, locales y
regionales, y las disputas1 que se dieron durante la formación del municipio
de Maravilla Tenejapa. En dichos procesos y disputas intervinieron distin-
tos grupos políticos de la región selva fronteriza;2 mismos que lucharon
por apropiarse, controlar y operar la remunicipalización gubernamental
legitimada en los Acuerdos de San Andrés firmados en 1996 entre el go-
bierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Las transformaciones sociales y políticas que se han dado en el muni-
cipio de Maravilla Tenejapa son, en parte, resultado de las disputas entre
grupos que, de manera esquemática por su filiación, se podrían caracteri-
zar como “proauton omista zapati stas-neozapatist as”3 y “p rogobierno
* Agradecemos mucho la colaboración de Jorge Morales Nájera en la realización de entrevistas
y el trabajo de campo.
1 Siguiendo a Weber (1984: 31-32), llamamos disputas a las relaciones sociales de lucha. Turner
(1966: 239), por su parte, apunta que las disputas “tienen un ciclo de vida el cual es sistematizado
por rutinas, procedimientos y símbolos que establecen el carácter de sus fases sucesivas... o situa-
ciones”. Franz von Benda-Beckmann (1989) señala el uso estratégico de las disputas como mecanis-
mos de control social mie ntras que Marc Gala nter (1981) enfatiza su carácte r estratégico para
ejercer presión y buscar alternativas para la solución de conflictos.
2 Llamamos región Selva fronteriza al área fisiográfica ubicada en la franja sureste limítrofe con
el vecino país de Guatemala (véase mapa 1). Esta es una región socio-histórica colonizada por mi-
graciones internas de indígenas provenientes de los Altos de Chiapas y de los municipios vecinos
a Las Margaritas, tales como Comitán, La Independencia y Trinitaria. Todos estos colonos encon-
traron en diversos programas gubernamentales impulsados por el Departamento de Asuntos Agra-
rios y Colonización (DAAC) y el Instituto Nacional Indigenista (INI), el apoyo institucional a la migra-
ción que se venía realiza ndo de manera espontán ea ya desde principios de la décad a de los
sesenta. La región ha sido también receptáculo de migraciones internacionales originadas, sobre
todo, por el conflicto armado de Guatemala y la política militar de “tierra arrasada”. La región de
estudio es pluriétnica ya que en ella conviven tojolab’ales, tzotziles, tzeltales, indígenas guatemalte-
cos y mestizos.
3 Retomamos aquí la propuesta de Leyva (2001), quien recomienda diferenciar entre las acciones
del EZLN y sus bases de apoyo, de las acciones llevadas a cabo por ciudadanos, organizaciones y
movimientos que se zap atizan y lleg an a formar una (o varias) red(es) de alianzas y coaliciones
políticas que actúan en tiempos y formas determinadas pero siempre en convergencia o apoyo a las
demandas zapatistas. A ello Leyva le llama redes de movimientos sociales neozapatistas (neozapa-
tista social movement networks) (cfr. Leyva, 2001, 2004).
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Xochitl Leyva Solano y Luis Rodríguez Castillo
(llamados popularmente “gobiernistas”). Las diferentes posturas políticas4
e ideológicas, con las que se identificaron los grupos en disputa, nos ayu-
darán a entender por qué en la región selva fronteriza se desarrollaron dos
concepciones de reorganización político-territorial no sólo distintas sino
antagónicas. Por un lado estaban los “proautonomistas”, quienes ensaya-
ron tanto el “municipio en rebeldía” como la instalación de una “región
autónoma” que tuvo algunas convergencias con las regiones autónomas
pluriétnicas (RAP) propuestas bajo la cobertura del Consejo Estatal de Orga-
nizaciones Indígenas y Campesinas de Chiapas (CEOIC). Por el otro, estaban
los grupos “gobiernistas”, que aprovecharon la oferta abierta por el gober-
nador del estado Roberto Albores Guillén, y multiplicaron la demanda de
formación de nuevos municipios en la región.
Estos proyectos político-administrativos diferentes, además de dividir
el territorio municipal, implicaban formas distintas de concebirlo y admi-
nistrarlo. Ello condujo a la transformación de los espacios de participación
(social y política) y a la reconfiguración de los grupos de poder locales y
regionales. ¿Cómo se dio esto? Este es el objetivo central del presente ca-
pítulo y para ello nos valemos del enfoque procesual y del network analysis5
partiendo de la idea de que los avances y retrocesos en los diversos pro-
yectos de remunicipalización aquí estudiados son parte de las crisis en que
ha estado sumergido, desde 1996, “el conflicto de Chiapas” y de los altiba-
jos y claroscuros que pueden identificarse dentro de eso que hemos dado
en llamar la “transición política mexicana”.
4 David Slater (1998: 387 y ss.) señala que la política corresponde a la esfera pública, es decir,
a todo tipo de “actividad, prácticas y procesos que toman lugar en la arena institucional del sistema
político.” En este texto distinguimos la política de lo político, aunque entendemos que ambos pueden
llegar a subvertir los espacios institucionales, lo político tiene más que ver con el carácter potencial-
mente conflictivo de las relaciones sociales. También seguimos a Slater cuando propone que ambas
dimensiones son indisolubles y están en constante interacción.
5 En este capítulo hacemos uso tanto del análisis pro cesual como del network an alysis para
profundizar en el estudio del interjuego entre estructura y procesos, institucionalización e informa-
lidad, sin perder de vista las capacidades de agencia del individuo. Los dos enfoques seleccionados
son parte de la historia de la antropología británica de la segunda mitad del siglo XX y llegaron a
México a finales de los años setenta y principios de los ochenta, para ello, ver las obras, por ejemplo, de
Arias y Bazán (1979) y De la Peña (1980). El procesualismo sigue siendo (a pesar de sus mostradas
limitaciones) una herramienta útil en el estudio del conflicto y las luchas de los grupos (cuasi-gru-
pos, facciones, etcétera) por el control de recursos públicos (Swartz, 1972). Por su parte, el network
analysis nos permite describir y analizar el intercambio de bienes, servicios e información que se
da a través de las redes de relaciones sociales interpersonales, y a partir de las posiciones ocupadas
en el sistema (Boissevain, 1974; Boissevain y Mitchell, 1973). Aludimos al concepto de red de rela-
ciones sociales para observar la escala de niveles de articulación (Adams, 1975) y el carácter parti-
cular de las relaciones entre el líd er y sus seguidores (Wolf, 1977) así como con los estamentos
horizontales que llegan a constituir fa cciones (Van Velzen, 1973; Mitchell, 1973, 1980; Nicholas,
1977).
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Partimos de lo que Alberto Aziz (2003: 5) señala acerca de que “la vida
política del país se ha transformado intensamente pero [...] todavía faltan
importantes reformas institucionales para poder afirmar que México es una
democracia consolidada”. Tenemos, dice, una democracia incipiente y frágil
que ha tenido un desarrollo prolongado y sobre todo en las últimas dos dé-
cadas del siglo XX dio pasos importantes para romper el sistema autoritario
combinando confrontaciones y fases de reforma que fueron escalando des-
de los municipios hasta llegar a la Presidencia de la República (2003: 17). En
este capítulo queremos, desde lo local y regional, mostrar cómo el proceso
de municipalización de Maravilla Tenejapa no está desligado de algunos as-
pectos significativos que han conformado la transición política mexicana.
En la primera parte de este capítulo explicamos cómo el poblado de Ma-
ravilla Tenejapa se convirtió en el lugar central de la región selva fronteriza,
describimos cómo las redes de poder de ciertos líderes y grupos tuvieron
sustento en las disputas por el acceso a la tierra ejidal y a los servicios pú-
blicos, para mostrar por qué la remunicipalización fue una “arena política”.6
En la segunda parte hacemos el recuento de las iniciativas de remunicipali-
zación que anteceden a la del propio gobernador Roberto Albores Guillén y
recapitulamos los proyectos autonomistas que se dieron antes de 1994. En
la tercera parte analizamos los matices particulares que adquirieron las op-
ciones remunicipalizadoras “zapatista” y “gubernamental”. En la cuarta mos-
tramos cómo la remunicipalización contuvo disputas en torno a los recursos
económicos destinados a las obras públicas. En la quinta sección, realiza-
mos un breve recuento de las transformaciones que han sufrido las redes,
las clientelas y las facciones políticas a través de los procesos electorales
recientes celebrados en el municipio de Maravilla, en los años 2000 y 2001.
EL EJIDO Y LA FORMACIÓN DE REDES CLIENTELARES
Para entender a cabalidad el proceso “exitoso” de formación del municipio
llamado hoy Maravilla Tenejapa tenemos que remitirnos a la historia polí-
tica del ejido que lleva el mismo nombre. El ejido Maravilla Tenejapa fue
6 La remunicipalización puede ser entendida como un “a rena política” en cuanto campo de
acción política en donde los actores luchan por un objetivo público (Swartz, 1972), es decir, en este
caso, por el n uevo municipio . Dichas luchas implica ron conflicto y negoci ación; negocia ciones
realizadas sobre todo por medios informales antes que por medios o instituciones formales. Cabe
destacar que los resultados de dichas negociaciones fueron valorados como acuerdos normativos
(con obligatoriedad de cumplimiento) por los actores involucrados en el conflicto hasta que tuvieron
lugar nuevos conflictos, impugnaciones y renegociaciones.

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