¿Es una carrera más democrática que otra?

AutorRoderic Ai Camp
Páginas204-244
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VII. ¿ES UNA CARRERA MÁS DEMOCRÁTICA QUE OTRA?
TODO intento de analizar la integración del liderazgo político nacional debe
considerar a los políticos en conjunto y por separado. Ya hemos examinado
cierto número de diversas variables que revelaron fascinantes diferencias en-
tre los políticos mexicanos, así como las diferencias resultantes de la transi-
ción democrática de México. Como ya se observó al hablar de las mujeres y
de los militantes de partido, los políticos cuyas carreras enfocaron la rama
legislativa fueron los más afectados por las reformas democráticas. Si dividi-
mos a todos los principales políticos en tres categorías generales de carrera
—legislativa, ejecutiva y judicial—, ¿qué patrones aparecen? ¿Corresponden
a nuestras conclusiones especí cas acerca de las mujeres y los militantes?
¿Hubo otras carreras más afectadas por el cambio democrático? ¿Cómo ex-
plicar esas diferencias?
Uno de los patrones más interesantes y signi cativos que afectaron la po-
tica mexicana durante el siglo pasado es el impacto del regionalismo. Los
desequilibrios entre regiones tuvieron importantes consecuencias políticas
en el liderazgo mexicano durante las décadas de los veinte y los treinta. Dada
la manera en que se distribuyen los escaños legislativos, habríamos esperado
encontrar un robusto nexo entre los porcentajes de mexicanos nacidos en
esas regiones y los porcentajes de funcionarios legislativos elegidos. Además,
dado que los miembros del Congreso han estado más representados entre
todos los principales políticos que en ningún otro cargo o cial, la represen-
tación legislativa entre estas élites debe ayudarnos a precisar estos porcenta-
jes geográ cos para que correspondan más precisamente a los lugares de
origen regional de todos los mexicanos.
De hecho, si examinamos a los líderes más sobresalientes, la distri bución
de la población por regiones no necesariamente es útil para predecir la dis-
tribución del liderazgo político más prominente. En realidad, sólo en el caso
de dos regiones puede decirse que todos los principales políticos son repre-
sentativos de la población mexicana en general: el norte, que sumó 15% de la
población de México en 1950, y el Golfo, que representó 12% (cuadro VII.1).
En las cuatro regiones restantes podemos distinguir dos patrones signi ca-
tivos entre las  guras públicas prominentes. Lo más importante es que el
Distrito Federal, como cuna de políticos importantes, está muy sobrerrepre-
sentado: casi el doble de políticos proceden de él, en comparación con la po-
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blación general que allí reside. Esas cifras están aún más sesgadas si las com-
paramos con 6% de los mexicanos que, en 1920, residían en la capital: fecha
promedio de nacimiento de todos los dirigentes políticos que aparecen en la
muestra. Por tanto, las otras tres regiones geográ cas, el sur, el centro-oeste
y el centro-este, están considerablemente subrepresentadas en los orígenes
de políticos importantes; el sur, la región más pobre de México, es la que tie-
ne menor representación.
Si la muestra total de los políticos se desglosa en categorías por carreras,
¿producen estas preferencias por carreras diferencias signi cativas sobre sus
orígenes geográ cos? Por las carreras que siguieron, descubrimos considera-
bles disparidades en la distribución regional de los principales políticos. Es-
tas diferencias son importantes para identi car y para explicar. En primer
lugar, como era de esperarse, es acertada la a rmación de que los políticos
que siguieron carreras legislativas en la Cámara de Diputados son más re-
presentativos de los lugares de nacimiento de la población en general que las
cifras de todas las  guras importantes combinadas. En comparación con to-
dos los políticos, casi la mitad de los miembros del Congreso proceden del
CUADRO VII.1. Orígenes regionales de los principales políticos mexicanos
Región de nacimiento (%)
Puesto
Distrito
Federal
Centro-
este Oeste Norte Sur Golfo
Centro-
oeste Extranjero
Legislativo
Senador 8.2 17.1 19.6 17.7 10.8 12.7 12.7 0.05
Diputado 12.1 15.9 17.9 15.9 10.5 12.5 14.7 0.4
Dos veces diputado 13.5 15.0 20.3 15.3 10.4 10.9 14.5 0.002
Todos los políticos
Censo 1920 6.3 20.0 15.8 12.0 13.7 12.7 19.5
Censo 1950 12.0 18.0 14.0 15.0 13.0 12.0 17.0
Todos los políticos 23.0 13.2 15.2 15.0 8.4 11.9 12.2 1.1
Ejecutivo
Secretario 33.0 8.5 11.2 14.0 6.2 12.8 13.0 1.4
Subsecretario 40.3 8.5 9.2 14.6 4.9 9.7 10.6 2.2
O cial mayor 28.6 11.4 13.0 14.6 6.0 12.1 12.7 1.6
Judicial
Suprema Corte 20.6 12.3 11.0 7.7 14.2 14.8 19.4 0
FUENTE: Mexican Political Biographies Project, 2009.
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Distrito Federal, mientras que los porcentajes de todos los demás políticos
son precisamente iguales a la población general. Una vez más, las regiones
sureña y centro-occidental están escasamente representadas entre los miem-
bros del Congreso, pero no al mismo nivel que entre los políticos de la élite.
Sin embargo, de manera similar a todos los políticos, el norte y el Golfo es-
tán representados en niveles que se aproximan a la población general.
En comparación con todos los principales políticos del Distrito Federal,
además de la enorme diferencia en número, los miembros del Congreso es-
tán mejor representados en el occidente. La explicación más probable de es ta
excesiva representación es que el Partido Acción Nacional (PAN) ha logrado
su mayor triunfo en esa región, y ha aumentado notablemente su presencia
en la rama legislativa, afectando así los números de la región en esas carre-
ras. Esto queda con rmado, asimismo, entre los miembros del Congreso que
sirvieron dos o más veces en la Cámara de Diputados (permitiéndoles así in-
cluirse entre los más prominentes políticos nacionales) que contribuyeron
aún más a la enorme representación del occidente.
A medida que avanzamos en la escala legislativa hacia el Senado, es evi-
dente que existen diferencias entre senadores y diputados del Congreso. Me-
nos senadores son del Distrito Federal que en cualquier otro cargo importante
a nivel nacional, sólo porque el Distrito Federal, aunque es una de las regio-
nes más pobladas de México, está representado por únicamente cuatro sena-
dores: el mismo número que cualquier otro estado. Por consiguiente, cada
región, integrada por múltiples estados, de forma automática tiene muchos
más senadores que el Distrito Federal. Los senadores del occidente también
están fuertemente sobrerrepresentados y, una vez más, no están su ciente-
mente representados en el sur.
Si contrastamos la distribución de políticos importantes entre esos car-
gos legislativos nacionales y los ejecutivos, pronto aparecen marcadas distin-
ciones en la distribución de antecedentes regionales. Los dos patrones más
claros encontrados entre todos los políticos cobran importancia agregada
cuando reducimos la muestra a la rama ejecutiva. Una tercera parte de se-
cretarios del gabinete, en comparación con una cuarta parte de todos los po-
líticos, procede del Distrito Federal. Los secretarios del gabinete de Estado
probablemente han nacido en el Distrito Federal dos veces y media más que
todos los demás políticos. Dada su importancia al elegir a sus subordinados,
al crear camarillas políticas nacionales y al formar el reducido grupo de po-
tenciales candidatos a la presidencia antes del año 2000, esas cifras son mu-
cho más signi cativas.
Al comparar el sesgo del gabinete hacia el Distrito Federal con el subgabi-
nete, la distorsión es aún mayor. Dos quintas partes de todos los subsecreta-

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