Epílogo. La construcción de una nueva ontología jurídica

AutorMiguel Moreno Plata
Páginas671-688
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El sistema políti co, económi co, social y c ultu ral predomi nant e en las
últimas décadas del sigl o XX e inicios de la p resente centuria es, en bue-
na medida, incompati ble con los objetivo s del DS. Por u na parte, l a globa-
lizaci ón econó mica consolida la ten dencia d el merca do a privi legiar la
rentabil idad económica sobre el uso racional d e l os bienes naturales y
ambiental es, al exacerbar la competencia comerci al entr e nacio nes, em -
presas e individuos, al margen del coste ambient al de la producción de
los bie nes y servic ios.
Por otra parte, la organización política más acabada de la civilización
humana –el Estado– se encuentra inmersa en una aguda crisis que se tra-
duce en una debilidad crónica para afrontar los graves problemas sociales,
como resultado de una acelerada erosión del poder estatal, a través de la
pérdida de uno de sus atributos fundamentales –la soberanía tanto en su
esfera interna como externa–, cuya consecuencia es la creciente ineficien-
cia para procesar adecuadamente la problemática que enfrentan las socie-
dades modernas. Actualmente, el Est ado contemporáneo se e ncuentr a
acotado y reb asado por los podere s fáct icos: e mpresas transnacionales,
medios de comunicación, ONGs, narcotráfico, terrorismo, etcétera. Esta si-
tuación se traduce en una relativa incapacidad del Estado para asumir como
razón estatal la efectiva protección ambiental y la adopción del DS como el
modelo de desarrollo alternativo para enfrentar los agudos problemas socia-
les, económicos y ambientales de nuestra época.
En este sentido una asignatura pendiente de las sociedades modernas
es la pobreza en sus diferentes formas y grados de expresión, sobre todo
en los PED, cuyos problemas sociales se agravan por las altas tasas de cre-
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cimiento demográfico, lo que se manifiesta en el crecimiento sin control de
los centros urbanos marginales (ciudades perdidas, favelas, etcétera); es-
tas tendencias sociales constituyen referentes fu ndamentales en el para-
digma del DS, ya que inciden directamente en la capacidad ecológica, social
y económica de los sistemas humanos y naturales.
En e ste escenario, para afront ar lo s re tos de l as s ociedades de este
siglo, es necesario avanzar en la adopción de este nuevo paradigma, mis-
mo que posibilitaría la construcción de una sociedad sostenible en sus tres
esferas fundamentales: el desarrollo económico, la equidad social y la pro-
tección ambiental.
El n uevo paradigm a de la sostenibilidad es un reto sin precedentes
para nuestr a especie. La construcción de sociedades so stenibles im plica
una revolución social, económica y cultural para la humanidad. Presupone
el rediseño de las actuales instituciones políticas/económicas y de los mis-
mos sistemas jurídicos contemporáneos para ajustarlos a las necesidades
de este modelo de civilización.
El DS es un concepto que goza de una gran aceptación desde hace va-
rias décadas, por lo menos desde su formulación por la CB en 1987. En su
nivel de generalidad radica precisamente su debilidad y su fortaleza. En efec-
to, la definición esbozada por dicha comisión se centra básicamente en un
modelo alternativo de desarrollo económico que impone ciertos límites a la
destrucción ambiental, incorporando algunas variables de de sarrollo so-
cial, pero sin una modificación sustancial de los cimientos de la actual ci-
vilización industrial.
En este contexto es preciso reconocer qu e d icho concepto ta mbién
acusa una debilidad teórica congénita: su amplitud y vaguedad, al no pre-
cisar desde un principio sus alcances e implicaciones, sobre todo para el
sistema económico mundial. Esta especie de subdesarrollo teórico permea
hacia los diferentes cam pos científicos vinculados con el DS: economía,
sociología, ciencia política, administración, derecho, etcétera.
De esta manera, desde sus orígenes el concepto de DS ha seguido dife-
rentes derroteros en las diversas ciencias, en función de las particularida-
des de cada una de éstas. En el campo de las ciencias sociales su evolución
es variable, con cont rastes notables en cu anto a su avance conceptual,
según se trate de economía, sociología, der echo o al guna otra rama del
conocimiento científico.

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