El 2012 y la encrucijada de México The 2012 and the Crossroads of Mexico La crisis del PAN, el regreso del PRI y el síndrome Gorbachov / The Crisis of the PAN, PRI?s Return and the Gorbachev Syndrome

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AutorCarlos Ramírez
CargoPeriodista. Alumno de la maestría en Ciencias Políticas de la BUAP
Páginas279-285

Page 279

IUS

REV I S T A D EL I N S T I T U T O D E C I EN C I A S JU D I C A S D E P U EB L A , A Ñ O V , N O . 2 7

EN ERO - JU N I O D E 2 0 1 1 , P P . 2 7 9 - 2 9 4

D E B A T E

En 2012 se realizarán elecciones presidenciales en México y el panorama político se plantea interesante y polémico. No obstante, más allá del pronóstico del partido ganador y la ref‌lexión sobre la recomposición de las fuerzas políticas, está la preocupación de qué pasara en la nación mexicana y su sistema político. IUS acoge en esta sección dos análisis sustanciosos sobre el tema.

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In 2012 presidential elections will be held in Mexico and the political landscape raises interesting and controversial panorama. However, beyond the outcome of the winning party and ref‌lection on the restructuring of political forces, is the concern of what will happen in the Mexican nation and its political system. IUS welcomes in this section two substantial analyses on the subject.

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El 2012 y la encrucijada de México The 2012 and the Crossroads of Mexico

La crisis del PAN, el regreso del PRI y el síndrome Gorbachov
The Crisis of the PAN, PRI’s

Return and the Gorbachev

Syndrome

Carlos Ramírez*

I

Las elecciones presidenciales de 2012 van a conf‌irmar el peor de los augurios: un conf‌licto poselectoral como consecuencia de la acumulación de gases en los túneles del sistema político por falta de reformas estructurales y la incapacidad del viejo sistema político

aún vigente para administrar las nuevas fuerzas y la nueva correlación política e ideológica. La ingobernabilidad electoral será apenas el ref‌l ejo del agotamiento del viejo sistema político priísta que el PRI se negó a reformar, que el PAN no pudo reestructurar en dos sexenios y que el PRD aprovechó para su benef‌icio.

Las tensiones electorales son el ref‌lejo del fracaso de la alternancia partidista en la Presidencia de la República y de la paradoja de querer acomodar en el viejo sistema político una composición de poder de nuevas fuerzas sociales. La victoria de Vicente Fox en julio de 2000 se constituyó por sí misma en la transición a la democracia, aunque a la espera de la instauración y consolidación democrática. Pero Fox pref‌irió aprovechar el sistema político priísta, y Felipe Calderón careció de la estabilidad poselectoral para buscar una agenda de cambio político con el PRD.

* Periodista. Alumno de la maestría en Ciencias Políticas de la BUAP (carlosramirezh@hotmail.com).

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C A RL O S RA M Í REZ

El conf‌l icto poselectoral no tiene más antídoto que la democracia, pero el PRI va a aplicar la lección de 2000 y la del Estado de México: una diferencia de votos del doble sobre el PAN y el PRD podría darle el respiro sobre las quejas. Y vendría entonces el tiempo de espera para saber si una victoria con irregularidades restauraría el viejo régimen, o si la falta de legitimidad política permitiría una reforma de fondo.

Las tres grandes reformas políticas del sistema priísta tuvieron como contexto crisis de legitimidad: los diputados de partido en 1963 fueron producto de la ausencia de una oposición legislativa en un escenario de dominio absoluto del PRI; el registro al Partido Comunista Mexicano en 1978 estuvo estimulado por la guerrilla o lucha política con las armas, y la fundación del IFE en 1989 y su autonomía total en 1997 resultó de la presión de la guerrilla en 1994 contra la polémica elección presidencial de 1988, además de las presiones de la globalización y de la cláusula democrática exigida por la Unión Europea.

La lucha político-electoral por la democratización constituyó una oposición al modelo autoritario-centralista-presidencialista del PRI. Esa batalla política culminó con la alternancia partidista en la Presidencia de la República en 2000. Pero en lugar de atender el mandato del voto por el cambio e instrumentar reformas para instaurar la democracia plena —siguiendo el modelo de Leonardo MORLINO—, el panismo en Los Pinos permitió una grave contrarreforma electoral en 2007 que entregó la auto-nomía total del IFE al dominio de los

partidos políticos en la designación de los consejeros electorales. Así recuperó el PRI el control sobre las instituciones electorales.

Las elecciones de gobernador en el Estado de México del 3 de julio de 2011 mostraron algunos indicios de lo que no se quiso reformar, y de la forma en que el control priísta sobre los órganos electorales se convierte en una ventaja comparativa: el Instituto Electoral del Estado de México fue copado por el gobierno estatal priísta y con ello le restó margen de movilidad política a la oposición. Ciertamente que los candidatos del...

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