Editorial
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La Barra 109 Abril - Septiembre 2019
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Este número gira en torno de un evento que marca la vocación de renovación de
personas y de ideas de nuestro Colegio, como lo es la toma de posesión del Consejo
Directivo de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados, A.C., al que ya le corresponde
navegar en las aguas embravecidas por la corriente de transformación de paradigmas políticos
y jurídicos en nuestro país.
Como consecuencia de este fenómeno de transformación, empiezan a materializarse cambios
legislativos importantes como la extinción de dominio, por citar solo un ejemplo, al tiempo
que se anuncian transformaciones profundas en los órganos de impartición de justicia,
frente a los que la Barra deberá cumplir con sus funciones de interlocutor, analista, crítico,
difusor y destinatario nal de las innovaciones a las que tendremos que someternos para la
adecuada asesoría legal a nuestros clientes.
En estos tiempos en los que la discordia, el infundio y el bullicio parecen adueñarse del
debate nacional en todos los ámbitos, el Colegio debe persistir en su labor de ser un agente
de la armonía que resulta de la solución pacíca de los conictos por las vías legales, del
rigor intelectual y material en los planteamientos jurídicos para dirimir esos conictos, y
del intercambio sosegado de ideas, para sustentar las posturas encontradas que deben ser
resueltas mediante una prudente aplicación del derecho.
Para esta labor, la Barra Mexicana, Colegio de Abogados, A.C. se ve cada vez más fortalecida
cuantitativa y cualitativamente, gracias a la invaluable aportación de las ideas, del talento y
del trabajo cotidiano de colegas de toda la República que se alian al creciente número de
sus Capítulos Estatales, así como de los nuevos barristas y aspirantes dispuestos a disfrutar
de los benecios y a asumir las responsabilidades derivadas de la colegiación profesional.
Esta combinación de renovación, crecimiento, fortaleza y disciplina, que son los ejes
distintivos de nuestra asociación, son y serán el sustento del éxito de este Consejo Directivo
de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados, A.C.
Por último, no podemos dejar de hacer una mención especialísima a la sensible pérdida
de una de nuestras colaboradoras más eles, dedicadas y amables, consecuencia del triste
fallecimiento de nuestra amiga Margarita López Ruiz, quien durante muchos años desempeñó
la ardua y fatigosa tarea de crear la memoria fotográca del Colegio en general y de esta
revista en particular. Como parte natural de su labor fotográca, Margarita estaba de alguna
manera exigida a obtener una sonrisa de las incontables personas que fuimos sujetos de sus
retratos, pero su simpatía y su profesionalismo siempre fueron los mejores instrumentos
para que todos ofreciéramos de buen grado esa sonrisa sin necesidad de que ella tuviera la
necesidad de solicitarla.
Además de la huella indeleble que su trabajo ha dejado en la memoria fotográca del
Colegio, Margarita deja una huella más profunda e imborrable en el corazón de todos
nosotros. Descanse en paz.
EDITORIAL
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