México: eficiencia y rentabilidad del sector eléctrico

Autor1.Josué H. Suárez Villaseñor - 2.Alberto I. Pierdant Rodríguez
Cargo1.Consultor privado.
Páginas117-139

Page 117

El análisis desarrollado se ha enfocado desde un punto de vista técnico-administrativo a partir de la hipótesis de que, para el caso mexicano, el sector eléctrico es un sector económico rentable. En este sentido, contrastamos nuestro análisis en dos vertientes. La primera consiste en refutar los argumentos financieros que propone el Estado mexicano en su insistente política de privatización del sector. La segunda realiza un análisis comparativo de al-Page 118gunas experiencias internacionales en las cuales se ha demostrado que la privatización de las empresas eléctricas no parece, hasta el momento, una solución viable a la problemática de crecimiento e inversión de la sociedad en general y en particular a aquella que las sociedades latinoamericanas requieren.

México: el sistema eléctrico nacional (SEN)

México tiene un sistema de electricidad moderno, razonablemente cercano a los estándares de funcionamiento de Europa occidental y de los Estados Unidos (CEPAL). Entre algunas de sus características más importantes en este renglón podemos mencionar las siguientes:

• El suministro de energía eléctrica cumple globalmente los requisitos de continuidad, calidad y mínimo costo.

• México no conoce los racionamientos que fueron comunes en América Latina e incluso en algunos países industrializados.

• La capacidad de generación es adecuada para atender la demanda; el tiempo de interrupción por usuario ha venido disminuyendo continuamente; las variaciones de voltaje y frecuencia se mantienen dentro de rangos aceptables.

• Los costos de suministro están por debajo del promedio mundial.

• La tasa de cobertura del servicio alcanza 95 por ciento.

Estas características permiten satisfacer a los usuarios del servicio adecuadamente, como lo demuestran las encuestas realizadas en febrero y septiembre del año 2000 por las empresas Mitofsky1 y Gallup,2 respectivamente, entre los clientes comerciales y residenciales del servicio público de electricidad.

En el exhaustivo sondeo de opinión realizado por Mitofsky en febrero de 2000, dirigido a usuarios industriales, comerciales y domésticos atendidos por la CFE en sus 13 divisiones regionales de distribución, la empresa logró una nota de calidad en el servicio de 8.1 en una escala de 1 a 10.

Page 119

En septiembre de ese mismo año, Gallup reveló en su encuesta un grado de satisfacción global de 8.4 para la CFE, en una escala de calificación del servicio también de 1 a 10.

Por otro lado, la CFE obtuvo el premio nacional de calidad. Muchos de sus centros de trabajo, principalmente en generación y distribución, han sido certificados por las normas ISO 9000 y 14000.

El contexto internacional

Después de una década de apertura a la inversión en los mercados eléctricos en el mundo, no hay clara evidencia de su éxito o fracaso. Existen experiencias satisfactorias en las que se ha logrado elevar la eficiencia, la calidad del suministro y la productividad, al mismo tiempo que se ha conseguido atraer capital y disminuir los precios. También se observan experiencias menos afortunadas, en las que la continuidad y la calidad del suministro se han degradado, o bien, los precios se han disparado. En algunos casos, el Estado, al que se trataba de alejar, ha tenido que intervenir directamente para evitar daños mayores a la economía nacional o local.

La crisis de California,3 que se inició cuando se liberalizó el mercado energético en el plano estatal en 1996, provocó que en el verano del 2001 el estado sufriera apagones de entre 20 y 200 horas seguidas. Con la política de 1996, en la que los precios de la energía dejaron de estar bajo control estatal, éstos comenzaron a regirse por las leyes de la oferta y la demanda. La especulación en los precios hizo que éstos se dispararan y crearan serios problemas para las empresas de suministro, las cuales debían pagar mucho más por la energía a las compañías generadoras, y no podían trasladar los nuevos costos, ya que el precio pagado por los consumidores seguía siendo objeto de regulación.

En Chile,4 los cortes de energía eléctrica en el año 2001 molestaron fuertemente a los sectores empresariales, especialmente los del comercio y la gran minería, por las cuantiosas pérdidas económicas provocadas por la falta de energía. La preocupación del sector de la minería se refería a que cada corte implicaba dejar de producir cientos de miles de toneladas de cobre, principalmente. Analistas ligados al sectorPage 120indicaron, a modo de comparación, que en el corte del 25 de julio de ese año, cuando el Norte Grande estuvo sin energía por 15 horas, el sector perdió unos 7 millones de dólares, lo que significa más de 466 000 dólares por cada hora sin producir.

En Brasil,5 la situación del actual sector eléctrico también es crítica. Las razones se remontan a la década de 1980, cuando un sistema de subsidios cruzados constituyó un fuerte desincentivo a las mejoras de eficiencia, y problemas en el presupuesto demoraron las inversiones. A pesar de la introducción de una nueva legislación en 1995 dirigida a permitir y atraer el capital privado en y hacia el sector eléctrico, las nuevas inversiones en generación y transmisión que se esperaban, hasta hoy en día no se han materializado en las cantidades necesarias. Mientras las empresas privadas controlan 80% del sistema de distribución del país, pocos inversionistas privados están dispuestos a correr el riesgo de construir nuevas plantas, por una parte, a causa de la incertidumbre creada por la implantación incompleta de la reforma y, por la otra, a resultas de la crisis financiera de 1999, la cual ha aumentado el riesgo monetario del país. La situación se halla lejos de estar resuelta, ya que sólo unas cuantas de las cincuenta o más estaciones energéticas de encendido por gas que el gobierno está promoviendo con el Programa Prioritario Termoeléctrico pueden comenzar a operar a mediados del 2002.

Afortunadamente, el caso de México es un poco diferente. Una comparación de tarifas internacionales es prueba de ello. Las tarifas del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) para la industria se encuentran por abajo del promedio de las tarifas industriales de la OCDE, que en 1999 fue de 6.3 centavos de dólar por Kwh. En ese año México6 tuvo la cuarta tarifa industrial más baja dentro de esta organización (4.2 centavos de dólar por Kwh), como puede observarse en la gráfica 1. En tarifas eléctricas residenciales, México7 tenía en 1999 la segunda tarifa más baja dentro de la OCDE con 5.9 centavos de dólar por Kwh, muy por debajo del promedio en esa organización, que en ese año fue de 12.3 ctvs de dólar por Kwh (gráfica 2).

Comparando con países latinoamericanos no miembros de la OCDE cuya desregulación de su sector eléctrico ha sido calificada como exitosa, tenemos que en Chile el precio promedio para la industria es superior en 19%, mientras que para los

Page 121

Gráfica 1 Comparación internacional de tarifas industriales, 1999 (US centavos de dólar/Kwh)

[VER CUADRO EN PDF ADJUNTO]

FUENTE: “Energy, Prices & Taxes 2000”: Agencia Internacional de Energía, OCDE.

Gráfica 2 Comparación internacional de tarifas residenciales, 1999 (US centavos de dólar/Kwh)

[VER CUADRO EN PDF ADJUNTO]

FUENTE: “Energy, Prices & Taxes 2000”: Agencia Internacional de Energía, OCDE. Page 122hogares lo es en 52.5%. En Argentina ambos precios están por arriba del precio mexicano en 88 y 139% respectivamente.

Sin embargo, al comparar las tarifas eléctricas para usuarios residenciales ajustadas por la paridad en el poder adquisitivo, la tarifa de México es superior al promedio de todos los países que integran la OCDE. Inclusive es superior a la de los Estados Unidos en 30% (gráfica 3).

Por otro lado, una comparación de razones financieras internacionales8 nos muestra que la solvencia de la CFE se compara favorablemente en relación con empresas de países seleccionados (véase cuadro 1), ya que la razón de apalancamiento financiero (pasivo total/capital) es de 35.4%, lo que significa que debe 35 centavos por cada peso que tiene de capital social. Esto último contrasta con lo observado en otros países; por ejemplo, en Francia se observa que la empresa local debe más de 8 francos por cada uno de capital social.

La razón de endeudamiento, es decir, la relación pasivo total/activo total es de

26.1%, lo que quiere decir que debe 26 centavos por cada peso que tiene de activos, lo cual también se compara favorablemente con las empresas eléctricas de los países considerados en el cuadro 1.

La razón de liquidez, que se expresa como activo circulante/pasivo circulante, es de 1.5, lo que significa que la CFE tiene 1.5 pesos en activos líquidos por cada peso que debe en el corto plazo. Este nivel de liquidez es similar al que tienen las empresas analizadas.

Las razones que miden la rentabilidad de la empresa no presentan resultados favorables, ya que se han venido deteriorando a lo largo del tiempo por las causas que posteriormente expondremos. Por ejemplo el margen de utilidad neta (resultado neto/ ventas) que para el año 2000 fue de 5.9%, es poco más de 16% inferior al logrado en 1995, que era de 22.3 por ciento.

Page 123

Gráfica 3 Comparación internacional de tarifas residenciales, 2000 Se considera la paridad en el poder adquisitivo (US centavos de dólar/Kwh)

[VER GRÁFICO EN PDF ADJUNTO]

FUENTE: “Energy, Prices & Taxes 2000”: Agencia Internacional de Energía, OCDE.

Cuadro 1 CFE: indicadores de
...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR