"Duplicado empirico-trascendental" y "escatologia": una vez mas sobre las criticas de Foucault a Merleau-Ponty.

AutorJavier Cormick, Claudio
CargoEnsayo critico

["Empirico-Transcendental Doublet" and "Eschatology": Once Again on Foucault's Critiques of Merleau-Ponty]

  1. La critica de Foucault al "analisis de lo vivido" en Las palabras y las cosas

    Segun la reconstruccion que propone Foucault en Las palabras y las cosas, la episteme moderna, cuyo inicio se debe a Kant, se caracteriza por una "analitica de la finitud" en la cual "El hombre [...] es un extrano duplicado empirico-trascendental, puesto que es un ser tal que se obtendra en el el conocimiento de lo que vuelve posible todo conocimiento". (1) La tesis del "arqueologo" es que en la Modernidad la representacion deja de ser el espacio en que las cosas se muestran segun su identidad propia, como sucedia en la Epoca Clasica. La representacion deviene mas bien "del lado de este individuo empirico que es el hombre, el fenomeno--o tal vez menos aun, la apariencia--de un orden que pertenece [...] a las cosas mismas y a su ley interior. En la representacion, los seres [...] manifiestan [...] la relacion exterior que establecen con el ser humano". (2) A partir de esta transformacion del papel de la representacion, cabe por primera vez preguntarse por sus condiciones de posibilidad, las cuales tendran que rastrearse en esta figura novedosa que es el hombre. Por mor de la claridad distinguire en la apretada sucesion de pasos reconstructivos que nos ofrece Foucault en unas pocas paginas, los siguientes momentos fundamentales:

  2. La distincion entre una cuasiestetica y una cuasidialectica como momentos de la "analitica de la finitud".

  3. La presentacion de las distinciones en las que se apoyan estos dos proyectos, y en particular de la distincion entre una "verdad del objeto" y una "verdad del discurso".

  4. La vinculacion entre estos dos tipos de verdades por la via de un "positivismo" o una "escatologia".

  5. La presentacion de la fenomenologia como un intento fallido de superar la alternativa que se ofrece en (3).

    Como primer paso, podemos recordar que Foucault explora el proyecto de una "analitica de la finitud" en dos grandes vertientes: por una parte, la que compara con la estetica trascendental kantiana y que, centrada "en el espacio del cuerpo [...], el estudio de la percepcion, de los mecanismos sensoriales", pone de manifiesto que existe una naturaleza especifica del conocimiento humano, que nuestras representaciones son indisociables de ciertas propiedades particulares de nuestra constitucion subjetiva; por otra parte, la vertiente que, en linea con la dialectica trascendental de Kant, intenta evidenciar la existencia de una historia del conocimiento, "que el conocimiento [tiene] condiciones historicas, sociales o economicas, que se [forma] en el interior de las relaciones que se tejen entre los hombres". (3)

    Sin embargo, como senala Foucault en el segundo paso crucial de mi reconstruccion, estas dos vertientes de analisis buscan ocupar el papel de la critica kantiana, pero aunque "pueden prescindir de todo recurso a una analitica (o a una teoria del sujeto)"; aunque "pretenden que pueden reposar solo sobre ellas mismas, porque son los contenidos mismos los que funcionan como una reflexion trascendental", sin embargo, continua Foucault, "la busqueda de una naturaleza o de una historia del conocimiento [...] supone el uso de cierta critica". (4) Pero esta "critica", implicita en la posibilidad de elevar a un significado trascendental los conocimientos empiricos, no representa, subraya Foucault, "el ejercicio de una reflexion pura, sino el resultado de una serie de particiones mas o menos oscuras". (5) Foucault menciona como fundamentos de esta estetica y de esta dialectica trascendentales--es decir, del empleo de los analisis sobre la naturaleza e historia del conocimiento--la oposicion entre los esbozos "nacientes" del conocimiento y sus resultados acabados o estables, la cual haria posible el estudio de las condiciones naturales del conocimiento y la oposicion entre las quimeras ideologicas y la verdad, la cual fundaria el estudio de las condiciones historicas.

    Ahora bien, recordemos que Foucault senala que la oposicion clave es la que denomina, un tanto enigmaticamente, "una verdad del orden del objeto" y una verdad "que es del orden del discurso". (6) La primera de estas "verdades" se describe como una que "poco a poco se esboza, se equilibra, se manifiesta a traves del cuerpo y los rudimentos de la percepcion" y que, al mismo tiempo, "se dibuja a medida que las ilusiones se disipan y la historia se instaura sobre un estatuto desalienado". (7) La segunda de ellas "permitiria" tener "sobre la naturaleza o la historia del conocimiento un lenguaje que sea verdadero". (8) Esta oposicion no esta muy clara, pero lo que Foucault denomina "verdad del orden del objeto" parece significar la verdad sobre los objetos segun el conocimiento cuya naturaleza e historia se trata de analizar, verdad que se desarrolla en forma gradual, mientras que lo que llama "verdad del orden del discurso" parece ser, en oposicion a los conocimientos cuyas condiciones se analizan, el conocimiento ("natural", "historico") de esas condiciones, el cual debe ser el mismo un discurso verdadero.

    Pues bien, y este seria el tercer paso por destacar, para Foucault justo este segundo discurso, este conocimiento "de orden superior", posee un estatuto que es dudoso. Dado que estamos aqui en un suelo poco firme en terminos filologicos, resultara conveniente citar el pasaje correspondiente in extenso:

    Es el estatuto de este discurso verdadero el que permanece ambiguo. Una de dos: o este discurso verdadero encuentra su fundamento y su modelo en esta verdad empirica cuya genesis traza en la naturaleza y la historia, y tenemos un analisis de tipo positivista (la verdad del objeto prescribe la verdad del discurso que describe su formacion) o el discurso verdadero anticipa esta verdad cuya naturaleza el define, la bosqueja por adelantado y la fomenta de lejos, y entonces uno tiene un discurso de tipo escatologico (la verdad del discurso filosofico constituye la verdad en formacion) [...]. Comte y Marx atestiguan bien este hecho de que la escatologia (como verdad objetiva futura del discurso sobre el hombre) y el positivismo (como verdad del discurso definida a partir de la del objeto) son arqueologicamente indisociables: un discurso que busque ser a la vez empirico y critico no puede mas que ser, enteramente, positivista y escatologico; el hombre aparece en el como una verdad a la vez reducida y prometida. (9) Este pasaje es crucial porque introduce la serie de problemas como cuya solucion, segun senala a continuacion--y este seria mi cuarto paso--, aparecera la fenomenologia de Merleau-Ponty, puesto que:

    el pensamiento moderno no ha podido evitar [...] buscar el lugar de un discurso que no seria del orden de la reduccion ni del orden de la promesa: un discurso cuya tension mantendria separados lo empirico y lo trascendental y permitiria, sin embargo, senalar uno y otro a la vez; un discurso que permitiria analizar al hombre como sujeto, es decir, como lugar de conocimientos empiricos pero remitidos muy de cerca a lo que los hace posibles y como forma pura inmediatamente presente a estos contenidos; en suma un discurso que desempenaria, en relacion con la cuasiestetica y la cuasidialectica, el papel de una analitica que [...] les permitiria [...] articularse en este tercer termino, intermediario, en el que se enraizan a la vez la experiencia del cuerpo y la de la cultura. Un papel tan complejo, tan sobredeterminado y tan necesario le fue otorgado en el pensamiento moderno al analisis de lo vivido. En efecto, lo vivido es a la vez el espacio en el que se dan todos los contenidos empiricos a la experiencia y tambien la forma originaria que los hace posibles en general y designa su enraizamiento primero; permite comunicar el espacio del cuerpo con el tiempo de la cultura, las determinaciones de la naturaleza con la pesantez de la historia. (10) Ahora bien, Foucault sustenta su critica a Merleau-Ponty en el presunto incumplimiento de las exigencias que la fenomenologia de este ultimo deberia satisfacer: "el analisis de lo vivido se ha instaurado, en la reflexion moderna, como una contestacion radical del positivismo y la escatologia; [...] que ha querido conjurar el discurso ingenuo de una verdad reducida a lo empirico y el discurso profetico que promete ingenuamente la venida a la experiencia de un hombre al fin", pero, en rigor, "La verdadera contestacion del positivismo y la escatologia no esta en un retorno a lo vivido (que a decir verdad mas bien los confirma al enraizarlos)"; (11) ella solo podra tener lugar cuando nos preguntemos "si verdaderamente el hombre existe". En otras palabras, los problemas particulares a los que se veria sujeta la fenomenologia de Merleau-Ponty solo podrian superarse cuando abandonemos toda la problematica moderna en torno al "hombre". Asi, Foucault insiste en burlarse de las formas de reflexion "desviadas" sobre el hombre, y en que solo es posible pensar "en el vacio del hombre desaparecido".

  6. Confrontacion con otras interpretaciones

    Sin embargo, debemos reconocer que estamos sobre un terreno poco firme en terminos filologicos. Las criticas de Foucault a Merleau-Ponty son a la vez un momento central del debate filosofico contemporaneo y parrafos en los que se condensa una notable oscuridad que ha provocado divergencias en cuanto al sentido mismo de lo que se supone que afirma el "arqueologo", a tal grado que pareceriamos estar frente a un fragmento aislado de un autor presocratico mas que ante paginas de un filosofo del siglo XX cuya obra no presenta lagunas. Asi, tendremos que realizar un excurso para confrontar nuestra reconstruccion esquematica del texto con las lecturas que ha propuesto un conjunto de interpretes del "arqueologo" frances. En concreto:

  7. No existe un acuerdo entre los...

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