La dosis de drogas de abuso para estricto consumo personal
| Autor | Sara Mónica Medina Alegría |
| Cargo | Directora Ejecutiva de Laboratorios de Servicios Periciales de la Procuraduría General de la República |
| Páginas | 221-234 |
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Uno de los principales problemas de salud1 que se plantea actualmente a nivel mundial es la farmacodependencia, ya que es un cáncer que ha ido atacando a la juventud y a la sociedad en general, llegando a convertirlos en seres cuya vida queda ligada al consumo de diversos tipos de drogas, ya sea de origen natural o sintético, denominadas éstas últimas drogas de diseño.
Se considera a la farmacodependencia, el estado psíquico y en ocasiones físico causado por la interacción entre un organismo vivo y un fármaco, que se caracteriza por modificaciones del comportamiento y produce otras reacciones que comprenden siempre un impulso irreprimible por consumir una droga en forma continua, o periódica, a fin de experimentar por lo general sus efectos placenteros y en ocasiones para evitar el malestar producido por su privación.
En tal sentido, es importante diferenciar los tipos de dependencia que pueden presentar los usuarios por el consumo de determinada droga, siendo la primera de ellas la dependencia psicológica o hábito, que con frecuencia puede ser tan importante como la física y que consiste en la necesidad, como su nombre lo dice, psíquica, de consumir una sustancia para obtener una sensación de placer, y que dependiendo de la droga de que se trate se presentarán diferentes signos y síntomas.
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Es importante de hacer mención que en ocasiones durante la primera aplicación se produzcan molestias en lugar del bienestar esperado como son cefalea, mareos, náuseas, vómito e insomnio.
Por otro lado, es común que en usuarios crónicos, al suspender el consumo de la droga se presenten como principales manifestaciones inquietud, nerviosismo, ansiedad, angustia, agitación y desesperación, que sólo pueden eliminarse de acuerdo a su propio sentir, con la administración de una nueva dosis o bien con el inicio de un tratamiento médico, sin llegar a ser éstas un verdadero síndrome de abstinencia.
La segunda de ellas y quizás la más importante desde el punto de vista de la salud, es la dependencia física o adicción, la cual se representa como una sensación de bienestar, en este caso se produce una disminución en la producción de neurotransmisores endógenos, ya que son sustituidos por la droga, y por lo tanto al suspenderla, los niveles de transmisores en el organismo disminuyen, lo que se convierte en un trastorno físico, el cual se manifiesta con la aparición del denominado síndrome de abstinencia, cuyos síntomas y signos somáticos y mentales van desde leves a graves y son característicos para cada fármaco, pudiendo llevar al colapso y a la muerte; los más representativos son básicamente los opiáceos como la morfina y la heroína.
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Otro tipo de consumidores son los experimentadores, que son personas que consumen alguna droga en forma esporádica con el fin de satisfacer su curiosidad.
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La farmacodependencia comprende dos fases, la primera de ellas consiste en el contacto inicial con la droga y su consumo, pudiendo tratarse de los experimentadores, que se mencionaron anteriormente o bien de los usuarios sociales, quienes son individuos que las utilizan como parte de un proceso similar al consumo del alcohol, y que tiene como principal finalidad la de satisfacer la necesidad de pertenencia a un grupo en especial y así establecer relaciones sociales con amigos, compañeros o la misma familia, o bien obedeciendo a alguna moda y en ocasiones buscando la resolución a sus conflictos pasajeros.
En la segunda, se trata propiamente del abuso de drogas, en donde el consumo se empieza a convertir en rutinario, se pueden llegar a probar diferentes drogas que tengan características antagónicas para conocer la diferencia de sensaciones, y en un momento dado llegar a elegir la que les brinde mayor satisfacción, siendo ya en este caso difícil de controlarse de forma personal, por lo que es posible llegar frecuentemente a la toxicomanía.
La clasificación y conductas punibles con relación a narcóticos se encuentran previstas en El Código Penal Federal, en su Título Séptimo, de Delitos contra la salud, específicamente en el Capítulo Primero sobre la producción, tenencia, tráfico, proselitismo y otros actos en materia de narcóticos.
El artículo 193 hace mención sobre los estupefacientes, psicotrópicos y demás sustancias que se encuentran consideradas como tales por la Ley General de Salud en sus artículos 237, 245 fracciones I, II, y III y el 248 que constituyen un problema grave para la salud pública.
El grupo I está constituido por sustancias sin valor terapéutico pero que son susceptibles de uso indebido. Se incluyen en este grupo a las drogas consideradas como ilegales, siendo los derivados anfetamínicos las que han cobrado mayor importancia en la última década, tal es el caso de la metanfetamina, y el éxtasis, psicotrópicos que son de uso común entre los jóvenes, y que generalmente se distribuyen y consumen en los diversos sitios de diversión que frecuentan, así como en sus escuelas.
Este tipo de sustancias llegan a producir dependencia física y daños neurológicos, que por lo general son irreversibles y que no en pocas ocasiones conducen a la muerte.
En los grupos II, III y IV, se encuentran fármacos con valor terapéutico pero que constituyen un problema para la salud, siendo de mayor grado en el grupo II y menor en los restantes.
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En el grupo V, se encuadran las sustancias que carecen de valor terapéutico y se utilizan corrientemente en la industria; como son los inhalantes, los cuales se consumen ampliamente por los niños y jóvenes de la calle, quienes forman una parte muy importante del panorama epidemiológico de consumo de drogas en nuestro país.
En el artículo 195 se indica que … “no se procederá en contra de quien no siendo farmacodependiente se le encuentre en posesión de alguno de los narcóticos señalados en el artículo 193, por una vez y en cantidad tal que pueda presumirse está destinada a su consumo personal”.
Y en el art. 199 se menciona que… “al farmacodependiente que posea para su estricto consumo personal algún narcótico de los señalados en el artículo 193 no se le aplicará pena alguna. … todo procesado o sentenciado que sea farmacodependiente quedará sujeto a tratamiento”.
Con base en lo anterior, se puede observar que el consumo personal de...
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