Al discutirse la ley de conspiración. Respuesta del diputado Dondé 442

AutorGuillermo Prieto
Páginas442-444
442
AL DISCUTIRSE LA LEY DE CONSPIRACIÓN.
RESPUESTA AL DIPUTADO DONDÉ*
¿QUIÉN se atreve en este recinto a abogar por el trastorno del orden público?
¿Cuáles son los cómplices de esos bandidos que nos multiplica la astucia,
cuyo número nos exagera el arti cio, cuyos recursos superabundan sólo en
la mente de los que quieren deber a la alucinación y al miedo el triunfo de
este funesto proyecto de ley? ¡Funesto para el país, deshonra de la civiliza-
ción, afrenta del siglo en que vivimos!
¿Qué, cuando deberían acallarse las pasiones; qué, cuando debería le-
vantarse a la razón para que desde una altura serena y sin nubes de odio
sondeara la situación para asegurar la paz del porvenir, entonces el dolo, en-
tonces el rencor, cuando se trata del legislador y de la vida humana, es decir,
del sacerdocio de la salvación social y del objeto más precioso que está co-
metido a su cuidado?
Desde esa altura se desciende, señores, hasta el fango de la lisonja a la
fuerza, hasta hacerse complacientes cortesanos de la venganza, hipócrita que
quiere que pongamos sobre sus hombros el disfraz de la ley, y para eso se
aguza y se asesta contra mí el dardo emponzoñado de la alusión personal; yo
lo rechazo y lo destrozo entre las mismas manos que quieren alevosamente
herirme… Aquí nadie aboga por la conspiración; yo la detesto, porque ella
degradará las glorias de la patria; la anatematizo, porque ella es el aliento de
la traición abominable; quiero que se persiga y que se extinga y que se que-
men sus raíces, porque nuestras discordias son el regocijo de nuestros ene-
migos, son como una concesión de nuestro aturdimiento a sus rencores.
Pero estoy avergonzado, lo repito, humillado de oír en los labios de un
representante del pueblo la apología del despotismo, la glori cación del patí-
bulo, la palinodia cínica de la Constitución.
¿Sabe ese señor diputado lo que es la Constitución?… Pues es el símbolo
de creencias que han redimido al mundo de la barbarie, es el triunfo del de-
recho sobre la fuerza, sellado con la sangre de nuestros héroes, su testamen-
to de confraternidad, su herencia de progreso, su arca sacrosanta en que está
encerrado el tesoro de nuestro porvenir de ventura. ¡Atrás!, ¡no lo profanéis!
Se dice que queremos la impunidad por haber pedido una distinción que
reclamaba el buen sentido y que la han hecho cuantos han tratado de estas
* Pronunciado en el Cuarto Congreso Constitucional durante la sesión del 25 de abril
de 1868.

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