Dimes y diretes: polémicas sobre la práctica arqueológica en México
Autor | López Hernández Haydeé - Pruneda Gallegos Elvira |
Cargo | DEH-INAH - CINAH Morelos |
Páginas | 39-61 |
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Trace 67, C, 2015, págs. 39-61, ISSN: 0185-6286
SECCIÓN TEMÁTICA
D :
M
Haydée López Hernández*
Elvira Pruneda Gallegos**
* -.
** Morelos.
Resumen: En este trabajo se exploran brevemente algunas de las propuestas arqueológicas de las primeras
tres décadas del siglo , destacando los principales debates ocurridos alrededor de las exploraciones de
Teotihuacán. Se muestra que si bien las deliberaciones traslucen las pugnas entre personajes, proyectose
instituciones, también permiten vislumbrar el mosaico de propuestas de trabajo de cada uno de los ac-
tores, así como sus diferentes formaciones y tradiciones. La falta de consenso permite, a la vez, observar
el proceso de construcción de la disciplina arqueológica, tratando de escapar de aquellas interpretaciones
que consideran que el método estratigráco introducido por Franz Boas fue el parteaguas para alcanzar
la cienticidad de la arqueología.
Palabras clave: historia de la arqueología, práctica cientíca, Teotihuacán, tradición, debate cientíco.
Abstract: is paper briey explores some of the archaeological proposals of the rst three decades of the
twentieth century, highlighting the main debates regarding the exploration of Teotihuacán. It is shown
that even though the discussions reveal the conicts among characters, projects and institutions, they also
oer a glimpse of the various work proposals of each actor and their dierent backgrounds and traditions.
e lack of consensus allows us, at the same time, to observe the construction process of the discipline of
archeology, trying to escape from those interpretations that consider the stratigraphic method introduced
by Franz Boas the watershed that led to the achievement of the scientic nature of archeology.
Keywords: history of archeology, scientic practice, Teotihuacán, tradition, scientic debate.
Résumé : Cet article explore brièvement quelques propositions archéologiques des trois premières décen-
nies du XXe siècle, en soulignant les grands débats qui ont eu lieu autour de l’exploration de Teotihuacán.
Il est montré que, bien que les discussions prégurent les conits entre les personnages, les projets et les
institutions, orent également un aperçu en mosaïque des propositions de travail de chacun des acteurs
et de leurs origines et des diérentes formations et traditions. L’absence de consensus permet, en même
temps observer le processus de construction de la discipline de l’archéologie, en essayant d’échapper à ces
interprétations qui considèrent que la méthode stratigraphique introduite par Franz Boas a marqué un
tournant pour atteindre le caractère scientique de l’archéologie.
Mots-clés : histoire de l’archéologie, pratique scientique, Teotihuacán, tradition, débat scientique.
Fecha de recepción: 28 de octubre del 2014 • Fecha de aprobación: 31 de marzo del 2015.
Haydée López Hernández y Elvira Pruneda Gallegos
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Buena parte de las historias sobre la arqueología en México consideran su inicio
como ciencia con la aplicación de la estratigrafía en las excavaciones de Franz Boas
en la Cuenca de México en 1911.1 Fue así como hace ya varios años Guillermo de
la Peña propuso a Manuel Gamio (1883-1960), discípulo de Franz Boas, como el
“intermediario intelectual” de las ideas del alemán en México (1996: 41); mientras
que Luis Vázquez y Mechthild Rutsch (1997) analizaron profusamente el impacto
del culturalismo alemán en la práctica arqueológica en el país.
Esta mirada, si bien brinda elementos para comprender la inuencia de algunos
alemanes en México, deja pendiente el análisis de las prácticas con las que tales teo-
rías y metodologías convivieron o a las que desterraron, aquellas que eran parte del
quehacer cotidiano de los estudiosos del México prehispánico. El detalle permitiría
alejarse de aquella mirada que observa ese periodo como la abrupta implantación
de técnicas importadas del otro lado del océano y reconsiderar la posición de las
llamadas periferias cientícas,2 ahondando en la comprensión de las innovaciones
y debates ocurridos durante este proceso y, sobre todo, en cómo estos denieron
la disciplina en un proceso paulatino de cambio, que no necesariamente involucró
el consenso absoluto de la comunidad cientíca.
I
Teotihuacán fue desde principios del siglo la ciudad arqueológica emblemática.
A partir de que el inspector Leopoldo Batres Huerta (1852-1926) descubriera
los frescos del que llamó Templo de la Agricultura en 1884-1886, puso todo su
empeño en persuadir a la comunidad de estudiosos, nacional e internacional, así
como a las autoridades mexicanas, de que en ese lugar existía una ciudad, la “Pom-
peya americana”, y que era digna de explorarse. No lo consiguió. Fue el duque de
Loubat (1837-1921) quien convenció al ministro Justo Sierra (1848-1912), en la
Exposición Universal de París en 1900, de la necesidad de excavar el sitio y darlo
a conocer. Cinco años después Sierra conversará al respecto con Batres y el presi-
dente Díaz aceptará el proyecto (Batres, 1906: 12). La zona fue abierta en 1910,
en ocasión del Congreso de Americanistas celebrado en México, y así el mundo
pudo observar lo que el inspector exploró, consolidó y reconstruyó. Desde entonces
la ciudad de los dioses ha sido objeto de investigaciones sin descanso, convirtiéndose
en “la piedra de toque para todos.”3
La ciudad arqueológica, quizá por ello, permite como ningún sitio de la época
confrontar las polémicas y el quehacer de los principales actores, quienes la ins-
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