La dignidad: fuente de los Derechos Humanos

AutorMagaly Hernández Alpízar
Páginas24-26
UN AÑO DE REFLEXIÓN EN TORNO
A LOS DERECHOS HUMANOS
24
“Considerando que la libertad, la
justicia y la paz en el mundo tie-
nen por base el reconocimiento
de la dignidad intrínseca y de los
derechos iguales e inalienables de
todos los miembros de la fami-
lia humana…” Resulta interesante
analizar con detenimiento este tex-
to con el que inicia la Declaración
Universal de Derechos Humanos,
pues en palabras sencillas nos ex-
plica que los más altos ideales de
paz no se materializarán en tanto
se desconozca o ignore la dignidad
humana y los derechos fundamen-
tales.
Es así como el documento emitido
por la Organización de las Nacio-
nes Unidas en 1948 vincula estre-
chamente a la dignidad con los de-
rechos humanos, de lo cual deriva
la postura que sostiene que dicha
dignidad perteneciente al género
humano es la base y fundamento
de los derechos que reconoce esta
Declaración.
Lo anterior es un
a valiosa premi-
sa que merece una refl exión si es
nuestro deseo comprender la ra-
zón de ser de los derechos huma-
nos y de los Organismos protec-
tores de los mismos, más aún, es
de suma importancia para nuestra
vida personal desmenuzar y pro-
fundizar en el entendimiento de la
dignidad de la que somos posee-
dores.
En este orden de ideas es necesario
conocer el signifi cado de la palabra
aludida desde su origen latino “dig-
nitas–atis” que signifi ca excelencia,
realce y preeminencia, por lo que la
dignidad humana es el valor excel-
so que posee el individuo emanado
de su propia naturaleza, la cual le
dota de razón, voluntad, de grandes
cualidades y potencialidades que lo
distinguen de los demás seres vivos
y lo colocan en un nivel superior
frente a éstos.
En consecuencia, para que aque-
llas sencillas palabras iniciales de la
Declaración de derechos aludida,
así como los nobles ideales de paz,
justicia y libertad que ésta promue-
ve, puedan materializarse, cada
individuo se debe reconocer a sí
mismo como poseedor de tal valía
y dignidad.
Cuando el ser humano acepta ver-
daderamente la evidencia racional
de su rango y de su dignidad, nace
en forma consecuente y natural el
LA DIGNI DAD: FUEN TE DE LOS DERECHOS HUM ANO S
Magaly Hernández Alpízar

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