Un día en la vida de un migrante guerrerense

AutorMarco Antonio Mónge Arévalo
Páginas31-34
Un
día
en
la
vida
de
un
migrante
guerrerense*
Los primos de Demetrio y
su
hermano
se
levantan
muy
tem-
prano. Salen atrabajar. Son las cinco de la mañana. Demetrio
continúa dormido;
sin
embargo,
su
reloj biológico
está
a
una
hora
de decirle: "despierta, tienes
que
ir atrabajar" oquizá:
"despierta, tu vejiga
está
llena ytienes
que
ir al baño" o
aún
peor: "despierta,
tu
estómago tiene hambre."
Son las 5.35
horas
yel sol
ya
salió
en
Chicago. Aunque
no
lo
crea
en
Chicago
amanece
muy
temprano
y
en
especial
para
los
guerrerenses.
Demetrio
se
reacomoda
en
el sofá que utili-
za
para
dormir,
pues
resulta
que
el departamento
en
que
vive
sólo
hay
tres
recámaras:
una
ocupada
por
su
prima
yesposo,
otra
por
sus
dos
hermanos
yla última
por
el que esto escribe
(y a
quien
Demetrio
muy
amablemente se ofreció adarle alo-
jamiento sin importarle que
ocupara
su
recámara).
Ni
las
ganas
de ir al
baño
ni el
hambre
lo despertaron. A
sus
43
años
su
instinto de responsabilidad
está
más
atento
que nada. Demetrio despierta;
se
alista
para
salir a
su
trabajo.
Junto
con
su
hermano
salen
rumbo
a
su
empleo.
Demetrio
compró
su
tarjeta
de
seguro
social falsa y
su
tarjeta
verde
(green card) falsa
por
100 dólares,
no
le fue difí-
cil,
pues
en
Chicago
abundan
lugares
donde
se
pueden
con-
seguir fácilmente; trabaja de
lunes
aviernes
en
la construc-
*El Sur,
11
de
diciembre
de
2004.
[Quinta
de
seis
partes].
31

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