Detective científico. La ciencia al servicio de la justicia
| Autor | Rafael Moreno González |
| Cargo del Autor | Instituto Nacional de Ciencias Penales. Ciudad de México |
| Páginas | 2-18 |
DETECTIVE CIENTÍFICO. LA CIENCIA AL SERVICIO DE LA JUSTICIA 3
cación al abrigo de toda reconvención; tarea semejante me parece de tal
modo superior a mis fuerzas, que renuncio a ejecutarla al presente. Haré
conocer en pocas palabras las dificultades de este trabajo. No pueden cla-
sificarse de un modo conveniente los venenos sino conociendo justamente
el órgano al que se dirigen y el género de alteración que en él determinan.
Este conocimiento no puede adquirirse a menos que no se estudien profun-
damente los síntomas que desarrollan y las lesiones que causan; además,
estos síntomas y estas lesiones varían en un gran número de casos, según
las dosis, así, cuando se introduce en el estómago una gran dosis de un
veneno irritante muy enérgico, se ve al animal agitado de movimientos
convulsivos espantosos; expira algunos minutos después, no descubrién-
dose a su muerte sino una ligera inflamación de la víscera que recibió
el veneno. Al contrario, si la sustancia irritante se ha administrado a
cortas dosis muchas veces reiteradas, el animal cae en un gran estado de
insensibilidad, el estómago y los intestinos se inflaman, se ulceran, etc.; la
muerte en este caso no acaece regularmente sino después de muchos días: es
con evidencia el resultado de la alteración orgánica del conducto digestivo.
¿Se objetará tal vez que en esos dos casos que acabo de referir, el veneno
obra de la misma manera, pero que determina afecciones cuya intensidad
varía? Si esto fuese así, sería preciso admitir que una ligera inflamación
del estómago, producida por una gran dosis de veneno es capaz de ocasio-
nar la muerte en el espacio de algunos minutos, hecho que es inadmisible.
¿Cómo se puede clasificar metódicamente esa serie innumerable de
venenos que parecen obrar sobre el sistema nervioso de una manera tan
varia y que no dejan después de la muerte señal alguna de su acción?
Podemos a la verdad formar dos grupos naturales: 1° los que determina la
excitación de la médula espinal, los cuales se encuentran en corto número;
2° los que obran sobre el cerebro o las otras partes del sistema nervioso.
Mas, admitiendo esta división, ¡cuántas sustancias desiguales compren-
dería el último grupo! La idea de dividir estos grupos en dos clases, la una
que contuviese los venenos irritantes, y la otra los debilitantes del sistema
nervioso, no me parece mejor. Las alteraciones de que es susceptible el sis-
tema nervioso, en sus diversas partes, no están suficientemente conocidas
para que sea posible fundar sobre ellas una clasificación razonada…1
1 López P iñeiro, José María, Antología de clásicos médicos, Madrid: Triacastela,
1998, pp. 341-343.
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4DETECTIVES REALES E IMAGINARIOS
Avé Lallemant (1809 - 1892). Autor de importantes estudios de
criminología práctica: Das deutsche gaunertum (1858) y Physiologie
der deutschem Polizei (1882), así como de algunas novelas judiciales
y policiales. Inicia el paso hacia la siguiente etapa, que es la CIEN-
TÍFICA.
A fines de la etapa empírica aparece la NOVELA POLICIACA,
así como el detective privado, como posteriormente trataremos.
Francis Galton (1822 - 1911). Antropólogo y médico inglés.
Demostró la permanencia e individualismo de las huellas digitales,
que habían sido estudiadas con anterioridad por Purkinje, pero fue
Galton el que realizó un sistema completo de identificaciones de las
mismas. En 1911, soluciones espectaculares de casos criminales, se
efectuaron por las huellas digitales y establecieron su uso en Gran
Bretaña y Estados Unidos.
Obras de contenido criminalístico: Fingerprints (1893) y Finger-
print directories (1895).
Hans Gross (1847 - 1915). Padre de la criminalística. Nace en
1847, en Graz, ciudad ubicada en la Cuenca Danubiana, junto con
Salzburgo, Wels, Steyr y Sankt Pölten. En 1915, muere en su ciudad
natal. Realizó sus estudios en el Gimnasio y Universidad de Graz;
desempeñó diversos cargos judiciales; fue profesor de Derecho pe-
nal en Czernowicz, Praga y Graz, donde dirigió un seminario anexo
a su cátedra, así como del Instituto de Criminología de la Univer-
sidad. Tuvo a su cargo los Archiv Fur Kriminal-anthropologie und
Kriminalistik, de Leipzig, y compuso numerosas obras de interés
médico-legal, jurídico, sociológico y filosófico, entre las que se cuen-
tan como las más importantes su Manual del juez de instrucción como
sistema de criminalística (Handbuch der Untersuchungrichter, als
System der Kriminalistik, Graz, 1894).2
Obras: Manual del Juez (1894) y Psicología criminal (1898).
2 Moreno González, L. Rafael, Antología de la investigación criminalística,
México: INACIPE, 2001, p. 127.
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