Importancia de designar beneficiarios al contratar seguros y realizar inversiones financieras
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En la República Mexicana existen diversas instituciones que al contratar determinados productos o servicios solicitan al contratante designar sus beneficiarios, entre las más destacadas se ubican a las aseguradoras, los bancos, las casas de bolsa y las sociedades de inversión.
En este sentido, por beneficiarios se entiende a aquellas personas designadas por el titular que tienen derecho a recibir los bienes, ganancias, rendimientos o utilidades derivadas del contrato de seguro, negocio o acuerdo celebrado en caso de fallecimiento del trabajador.
La importancia de designar beneficiarios radica en que el titular al contratar un seguro, realizar una inversión con el banco; o bien, suscribir un contrato de intermediación bursátil o comisión mercantil con una casa de bolsa o sociedad asegura que sus bienes se van a destinar a quienes él designó, garantizando a los benefactores la seguridad de recibirlos y en la proporción deseada.
Por ello, a continuación se analizan los aspectos que se involucran para designar beneficiarios en el contrato de seguro y en las instituciones antes señaladas.
En la vida de cada persona existe una serie de riesgos que no se pueden prevenir, como padecer una enfermedad grave, sufrir un accidente, un siniestro en el hogar o negocio, los cuales resultan costosos de solventar; por ello, hay figuras como los seguros, por los cuales se puede disponer de los recursos económicos necesarios para resarcir o mitigar los efectos del daño provocado.
En efecto, tener un seguro ofrece la estabilidad y la certidumbre que requiere una persona, ya que protege a la familia y a su patrimonio, de hecho existen diversos seguros como el de vida, el de gastos médicos mayores, el de pensiones, de automóvil, de casa-habitación, entre otros.
Así, al contratar un seguro, es necesario que se designe en la póliza a los beneficiarios que recibirán la indemnización contratada, que por lo general son los familiares.
El contratante debe designar a sus beneficiarios al momento de contratar el seguro; sin embargo, también lo puede hacer después por medio de un escrito, el cual será entregado a la empresa aseguradora, quien a su vez realizará un documento llamado "endoso" donde quedarán establecidos los beneficiarios del asegurado.
El contrato que suscriba el interesado con la aseguradora debe incluir una cláusula especial en la que se describan los derechos, así como los porcentajes que tienen los beneficiarios sobre la indemnización, mismos que en su momento serán exigidos de manera directa a la institución.
El contratante es libre de designar como beneficiario a cualquier persona física o moral que él desee, incluso se puede elegir a sí mismo como beneficiario; un ejemplo de ello, es el seguro de vida dotal, donde una vez que haya transcurrido el plazo pactado y si el asegurado sobrevive, él será el beneficiario de la suma asegurada.
De hecho, el asegurado puede revocar de forma libre a los beneficiarios que señale; sin embargo, tiene la opción de renunciar a este derecho siempre que así lo establezca en la póliza de seguro. Al tomar esta decisión el contratante avisará por escrito a los beneficiarios de su decisión; esto es, que los beneficiarios serán designados de manera inamovible.
Se recomienda que cuando el asegurado nombre a un menor de edad como beneficiario, celebre un contrato de fideicomiso, a fin de que la fiduciaria administre el importe del seguro al fallecer el titular, en tanto el menor cumple la mayoría de edad y se le puede hacer entrega de la suma asegurada de acuerdo con sus instrucciones.
Según el artículo 171 de la Ley sobre el Contrato de Seguro (LSCS) puede suceder que el asegurado no especifique claramente a los beneficiarios; por ejemplo, que en el contrato se designe como beneficiarios a los hijos, sin establecer los nombres; cuando esta situación
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