Derechos Humanos

AutorMaestro Gerardo Laveaga Rendón
Cargo del AutorDirector General de Prevención del Delito y Servicios a la Comunidad de la SDHPDSC
Páginas11-16

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¡Hola, qué tal! Buenos días, me da mucho gusto estar una vez más en mi querido Inacipe, y me da mucho gusto participar en este evento convocado por la Sra. Procuradora, una mujer excepcional, interesada, obsesionada con temas como los derechos humanos, la transparencia, la igualdad.

Me da mucho gusto estar acompañado de mi querido amigo y colega Rafael, que es un entrañable amigo y ahora dirige con gran acierto el Instituto, Rafael Estrada Michel.

Como a mí me toca abrir, no voy a entrar a los temas especíicos de discriminación y desigualdad que es el motivo o los motivos que nos reúnen, pero sí quiero hacer una visión muy amplia de lo que implican los derechos humanos y al inal, si les parece bien, aterrizamos la idea en discriminación y en desigualdad.

Quisiera hacer una relexión ilosóica, social y una reseña de carácter histórico, voy a hablar durante media hora y al inal si les parece podemos tener un intercambio de preguntas y respuestas para hacer más fresco y más agradable este encuentro.

Díganme sinceramente, con la mano en el corazón, ¿les parece razonable que las mujeres voten, que puedan votar en México? ¿Alguien tienen una visión distinta?, ¿alguien piensa que no debieran votar? ¿Deben votar las mujeres en México?

Segunda pregunta: ¿les parece bien que a las personas con preferencias sexuales distintas, que a una persona homosexual se le aplique un tratamiento para que cambie su mentalidad y se vuelva normal? ¿No les parece correcto?

¿Les parecería bien que a una persona con alguna deiciencia, alguna locura, le cortaran una parte del cerebro para evitar ese problema?

¿Les parecería razonable que niños de color de piel o de raza distinta estudiaran en escuelas distintas a las de un tipo de niños con un color de piel diferente? Es decir, los blancos de este lado y los morenos de este lado. Les parece horroroso, ¿no? La sola idea de que las mujeres no voten, de que se les aplique tratamiento médico a los gays, de que a los niños de un color de piel se ponga aquí y a otros de un color de piel se les ponga acá, hoy en 2015, en México, parece escalofriante; sin embargo, en 1952, en México, las mujeres no podían votar, o sea hace 60 años, quien tenga 63 años, nació en un momento en que nadie pensaba que las mujeres pudieran votar, y

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quien lo pensaba estaba un poco perdido, hasta que en 1952 cambiaron las cosas. En ese mismo año, en el Reino Unido, a Alan Turing, el gran creador de las computadoras, de los sistemas de ordenadores personales, le impusieron un tratamiento, si quería seguir libre, como era gay tenía que someterse a una suerte de inyecciones para cambiar su mentalidad desviada homosexual. Hasta los 90, todos nacimos en esa época, todos los que estamos aquí nacimos cuando en Sudáfrica era inconcebible que un niño blanco fuera a la escuela con un niño africano de color negro en 1990.

Déjenme hacerles una serie preguntas. Hasta los 60 en EUA se trepanaba el cerebro de cualquier criminal psicótico neurótico, ¡zap!, le quitaban un pedazo del cerebro las famosas trepanaciones, lobotomías. Les hago preguntas distintas: mi madre todavía muy plena, muy intensa, pero su último año la pasó muy mal, ella me dijo: “Ya me quiero ir, consígueme alguien que me dé algo para irme”, ¿les parece razonable que yo le hubiera conseguido un vasito de pentobarbital sódico, ¡jup!, que se lo tomara y que se muriera? ¿Quién piensa que sí, quién piensa que no? ¿Quién piensa que sí debí haberle conseguido su pentobarbital sódico?, ¿quién piensa que no? Segunda pregunta: ¿les parece bien que una persona que come carne de res vaya a prisión? ¿Les parece razonable que venda mi riñón a una persona que no tiene un riñón? Yo se lo quiero vender, porque el señor está muy mal, tiene un problema de suprarrenales, tienen un problema muy complicado, tienen que hacerle diálisis, y me compra un riñón, ando mal de economía, ¿puedo vendérselo? ¿Quién dice que sí, quién dice que no?

¿Les parecería bien que yo me fuera a vivir con tres mujeres? Tengo tres mujeres que me encantan y quisiera irme a vivir con ellas, digo, cada quien trabajando, ¿les parece razonable que lo haga?

Vean, quiero que adviertan algo, quiero que adviertan como en esta discusión, las primeras preguntas, ustedes me dirán: “Ay, señor, es usted burro, cómo que no votan las mujeres, no sea usted menso, por supuesto que las mujeres tienen que votar”. Pero cuando les pregunto si puedo darle un vaso de pentobarbital sódico a mi madre, las opiniones se dividen, no, sí, no, no, sí, no. Cuando yo les pregunto si deben estudiar los niños blancos de un lado y los que no los son de otro, es unánime la opinión: “Por supuesto que no, que pregunta tan tonta, nos ofende usted con esa pregunta”...

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