Derecho Mercantil Mexicano. Parte 1

Páginas1-20
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LIT.
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JOAQUIN GUERRA Y VALLE,
Calle
de
la
Merced mero
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1891
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RóLoGo.
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ALIÉNTAME á la publicacion de la presente obra el -inme-
recido favor con que el foro mexicano se dignó acoger mi
primer trabajo titulado El Poder Judicial, cuya.única edi-
cion está hoy enterarrnmte agotada. ·
Y léjos de ver en esa indulgencia una patente
de
pre-
suntuosa confianza en mis talentos, la considero tan solo
como un estímulo que empenando mi· delicadeza, me obli-
ga
á'poner, como he puesto, aprovechando las, enseñanzas
de mi propia experiencia, una
.,labor
más escrupolosa.y
un
estudio más atento en la creacion de la presente obra.
Ella tiene por objeto. satisfacer una ingente necesidad
11.uestrp
derecho patrio, pués siendo, como son, segun
nuestro Código Político y sus últimas · reformas, obligato- -.
. rios para
toda,
la República, no solo el Código merc~ntil,
sino
todEls
ó.
casi todas las demas leyes relativas al derecho ·
mercantil; siendo este derecho el que por
su
cotidiana y
universal aplicacion exige ser conocido no solo por ,l
os
ju-
.1
.
ristas, sino tambien por los .hombres de
negocio%~
' banqile-
. ros, éomerciantes, etc.; y no existiendo en nuestra litera-
tura
jurídica' una obra que
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en
· un solo ·cuerpo· ~·e d.oc-
trina el conjunto de la legislacion, táhtoJlel ór_deh püMico co-
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o; todo lo vigente
en
materia de legislacion mercantil pú-
blica y privad a .
Par
a que se formen mis lectores
una
idea del plan( ex-
tension y materias de la presente obra,
hástame
consignar
aquí el prog¡ama ó índice abreviado de
su
contenido.
ia
obra está divid ida en dos tomos.
·
El
primer tomo que ahora doy á
la
estampa,
'está divi-
~
dido en cinco libros que , explican 1
!1:
s, siguientes materias:
Libra
Primero: Nbci'emes hístóric'ás:. "1 ' ' ',
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L Historia del Comerció e·n ·
G-
eneraL
II.
Historia
del
Cbmerci'o 'México.
III.
Historia del Derecho , me'r caritil.
_ Libr9 Segundo·: Noci~nes-de derecho 'público
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La simple lectiira
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dificultad que ha tenido su autor para
recoger datos, leyes, circulares, resoluciones dispersas en
multitud de volúmenes y algunas aún inéditas, y ,ordenar-
las despues bajo la simplicidad
de
un plan que oculta y
vela, por
su
misma senciílez,
el
penoso _trabajo
del
que com-
pila, compara, depura y sintetiza. ,
~n cuanto á la parte verdaderamente científica de la obra,
he aprovechado
los
últimos estudios tan ric9s, variados y
completos de
la
· literatura jurídica francesa, y ,algo, aunque
6 PI?.ÓLOGO,
poco, de
la
española; y he consultado ! tambien r cási . todos
los códigos de· c0mere'io ·extranjevos. La I mayór
,,
parte de
este trabajo de consulta no
se
reflejará en la
obra;
porque
solo
he
creido conveniente citar de .
una
manera especifica
los textos consultados cuando la autoridad ó prestigio de
sus, autores ·dan más' peso á los razona:m.ientos ·de las doctri-
nas que adopto.
Con
1a
misma sobriedad he procedido tra-
tándose de citas
d~
los .códigos 0 ' leyes consulta'das, ·~ues
aunque hubiera podido concordar núestro
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código, con' los
extranjeros, ni es es·e el
-:
programa; de 'mf Óbra, ni
es
· mi
propósito aumentar innecesariamente las-dimensiones , de
aquella, puesto que abundan obras especiales
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de
co~cor-
dancia de casi todos los códi~os de c
du'l.ercib
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os,
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y entre ellas
la
·española 'de,Gallostra y -Frau, ·en la que "figu-
ran los códigós ó leyes :mercantiles de ' España:, Fraa~ia,
Bélgic
a;
,
Alemania, It'alia, Hofanda, Pól'tügál Iaglaterra,
publicados hasta 1887.
. Si este primer tomo es acogido favórabletne'hte I por · el
público, en los primeros
r.tieses
·
de}
· año-de 1
H~92
quedará
terminada publicaéión
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viles, y con esto
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aumento prodigioso del crédito, es decir,
del
poder productor
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los bienes,
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los capitales y del trabajo:
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el recuento de todos estos beneficios aportados
por
el comercio á
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que
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No es
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estudio de curiosidad pueril, no es simplemente el de-
, seo, por
otra
parte legítimo, de
dar
al conjunto
de
nuestro
trabajo
aquella forma
artística
que consiste en
tratar
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asunto dividif,ndolo-
e~das
sus
partelnaturales
; siéndo \
ma
de ~llas
la
parte
histórica;:
es que ,el espíritu.del jurisconsulto,,del ab9g.ado,
detJegi
lador,, ad--
f
nr,rq
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i:·rn
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qhiriráh
úocióne'~_m'ás
elévad¡:1s,
m~s,comprensivas, más qesembara-
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· zadas 'de
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'modo estrecho, .mezquino y casuístico con que
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que ocupa en _e( cuadro
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oiv,ilizac,io_n, ¿as rel,~-
(lio
~e,s que
lo
ligan
oon las qemas
0sferai;;
_4e
ia
Iiqertad
lrµmcana;:
eii.-
-
i{l~S-
~e
siep.t~
el P.or
q'tié
nació, ltrotó espon~~neamEmte el de!éc,li.o-
~eré
;int~l, qué ne.ces~dades est~ !\~ruada á
¡;~~isfaq
ff est~ Iegislflcion,.
y se adquiere
un
criterio ilustrado
para
apreci~r el conJµnto
Ae
en~,-
que
no puede
.1,1
os que influir
en)a
ap~~ci,ac.
~o:q.
de;l~s pormen.o_
re~,
·e
.n;
_el
~~
nti1o j.9-rídico de los' textos aisladf,
S,
·
aquí
;por q~é.
hew
8s-
ci'e.i~o
' úti} 1
ind
'ispensabl~ ,abrir nuestro ~rabajo, J
\W¼
dfco
eisr
,~s
preliininares de.historia. · ' ,
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,
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~"J
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se compr
$3_1;1
cler~
desde lmigo que e~ta_ p
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rte
h1st~r-1ea
1:1,,9,
es-
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~}á.
sé~
:11-u
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ca,
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'trab~jo n~estr:o ori,
~iI?,
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P:;tW
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Up
~nb\w:a,
.
siclo
"prec.iso éonsagrar niuoho.s años exulusÍvamente
al
~»tudiQ .p_
(lµO-
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,
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.,
~sk&-
DEl?.EOHO MEJW:A.NmlL MEXICANO. 9
punj;o se
qa
ljmita(lo á
e:d
ó·cc.on:densar .
en
poc~
-
páginas
'1o
que c,ontienen monog
¡:-
~;fja~
eRpeciales y sohr.e todo
la
de
_
Sc-frnrer,
~omel!tando alg,,nos
9~~
ie
s
uat;.~s,
noticias
y"
observaciones reóogidas
!)q
n~iestros
est1J.éliQs
!,i:t~narios,
rjnrídicos é históricos .
,
..
j,
'f
·f''.f
1'
h
IE
·
' ·
·",;,
TIEMPOS''
PRE
H:s±6ruéos
:
,,· '
5.
Recogiendo las tradicionés que envneltás
en
Ía neblina de -
. ' -
bulas
y leyendas, nos
ha
trasuíitido
la
.antigü'
eÜad,
y comparárúlofas
.con los datos atttén'ticos que
ia
geograf:a•y ta antropología
han
am
i-
mulado al 'estudiar los
l')UeblOS
,
qHe
atrasándose Ó: estacionándose
-'
en
el cámino de
la
.c.ivilizacion,'
b:an
,qt1edado.corno
representantes
el~
la
barbarie e los .primitivos: t-ierupos; ,encontramos
identidad
com-
·pl~ta, salvos acci,lentes fáciles
:.
explicar,
entre
'lo
que
revelan
aquellas leyendas
··
Y lo
qu
é· pasa·
en
estos~ pueblos de ·costumbres
é in¡;¡titucion.es ; arcaicas. .Asi es como I
ha
·potli· conocer lo ·
que · fuf el ,hombre prehis~órico, lo que fueron sus set1t'imient~¡:,
sus .c,
osfa
:unbres y sus instituciones, y cómo y
por
qué caminos, ba-
. \ .
jo qué leyes naturales
ha
ido desenvolviendo en
lenta
pero
fija
y re-
gular
dir.eccion, los gérmenes· de progreso· que encerr'
aba
eh
su
a~ti-
. vidad.inconsciente, en.sus
des-eos
{.agos, en sus:as ociaciones informes.
Esas
r.evelaciones de la leyen·d
a,
de
los
símbolos, de las reliquias que
por
doqui
!:)
r.
ha
dejado .el hombre á
su
poso; esa·confrontacion d~ los
restos de civjlizaciones perdidas con
Jos
hechós qtte
pasan
en
tribus
y
puel,>los
actuales atrasados, y qu:e
ha
utilizado el sabio y el
filó~ofo
en
sus,estudios reiigiosós, ·políticos, jurídiéos, antropolégicos y lite-
rarios; nos
dan
la
clarn rmra copocer
la
historia del comercio desde
sus comienz.os más
11em.otos,
pues .el oornercio, · como' todas las otras
esferas ·de
la
acti,,idad humaRa, ,
ha
.
obedecli
á
la
mism·a ley de .
evolucion y .progres
o.,
, ·
•.,,
6 ."Guando .el.grupo hntuaDo primitivo ·
(I)
comenzó á hacerse es-
ta
.ble y se deliqearon las,íuncioties de
un
verdadero organismo,
ha-
ciéndose más íntimos y contínuos los sentimientos simp.átiéos
entre
.,
~
· .
(r
,,
r • . ,
,,
~
'f-.
, r . · .1
l La, º?Prª
r~
l;
ev
;
hi~1one
, del Writ o
9~
yile p9r
P. ,qh;
rimi.
. ) t
'
\
10
11·
•i
IT.A.CIN,.ro
P.A.LL.A.RES,l,I ,,r
los individuos, ent01rnes:el cambio
cl'.e
st:irvioi
se ,iiizo· más ffeénen-
te, sin :
que
por esto·
rev
~st.iese
carácter
jttddíco;
En
efecto; fa pró-
piet;Jad individual ·
iJ¡:
H
exi1?tia
j-y ademas1
nin:gúm>
•:
pl>di
,
a;
empeñar
la
actividad
propia ·sino ,
em
servicio del grupb, cónfurme á ']as órdéries,
absolutas
del jefe. Despues, las ~elaciones obligatorias comenzaron
á manifestarse. entre los individuos y el
grupo
representado
por
un
jefe. Desde el momento en q\te
el
jefe
4a
repartido
las furiciones-
cacla uno depende de éste, y está dedicado á
la
funcion que se
le
designó; de manera que su trabajo
es
una
especie de locacion
de
obras que él
deseu;1.peña
en compensacion,
por
su
parte,
de
la
dis-
tribucion
dl;l
los{ruto,s y
.de
todas las demas cosas
·.
útiles á
la
. vida.
Be entiende que tofio.
está
reguladQ por el jefe segun su ~riterio; no
se
\lel;le
bu,scar el
:1senso
-lihre del inclividuo obligado,
ni
la facu~tad
d~
~ximirse¡del trapajo y de ~u obligacion; pero
en
·cambio le
e~
ve.
n-
tajoso,
vivir
en socieda~l y
trabaja
,.
vo
lu
_
ntariamen
.te, porque · com-
prende que no pue_de encont
rar
seguridad alguna fuera de
.la
aso-
ciacion.
Pero
en
general !9s trabajos sorr repartitlos
segun
.
la
apti-
tud
_d~ los individ1ws.
Si
pues el
indi
virluo no p!)dia empefíar ó com-
_prometer
¡;u
trr.bajo en favor, de oti;o, no
hay
que
:habl
ar
de
•.
que se
vincula
la
propiedad, porque como los 'trabajos indí(Viduales .pertene-
, cen al jefe, así tam pien la propiedad pertenece ·
al
mismo, ó mejor
di-
. cho, al éonjunto del g~upo. A
lo
más porlian reailizarse
entre
'
lo,s
iñ,-
dividuos.algunos cam.bios de cosas muebles de poco ;vafor, como ar-
mas, comestibles y 1\ti,les de trabajo. Mas como el
grupo
en _su con-
junto
poseia colectivamente
la
propiedad y
obraba
corb.o
· un solo
todo, dada la solidaridad,.de l~s miembros. que lo :forman y el hecho
, qe encontrarse todo~ .unidos
por
, el vínculo de ·
la
·sangre, por 'esto
cuando
comenzaro,11
á nMer relaciones de si:mpatía
ent
re
grupp y
grupo
(gracias
(t.
,
Ja
,estable permanencia y á la.vida Iriás disciplina-
da),.
comen?fLrg>n
ta:o:ibien
á nacer alg,unos cambios, comerciales:
El
origen
de las relaciQnes· internacionales es comiomitante con el de
las relaciones de comercio; y estas relaciones en ·
tanto
que. obligato-
rias en
la
esfera del derecho civil,
se
reducianá
la
.
permuta
.
.Lo
que
sobraba á
un
grupo podía ser nece~ario á _otro y vic'eversa; y con el
cambio
de
produc,
nos
t,odo grupo,
:v~ene
{1
recibir,lo
que
neces,ita •y á
.,
ee~ler lo
stJ.pé1.'.flu0.
·
,,'
.,
.u,, 1
,:ü,_,
·>·•
·
..
...
1
,;
7 Estos cambios eran ya desde entónces regidos
J?Ol
la
intlexi?le
ley
que imperá
l
~l
campo' ec'd~ómi~ó',
por
º
la
'Iey'de ,
la
_ofertaly de
DJmECHO
MERCANTIL
MEXIC.A'.NO.
11
la
demanda. A ¡:nedida que crece
la
necesidad
de
1.ma:
mercancía
y
que
no
disminuye
la
oferta,· crece nroporcionalrnente
el
valor
de.
la
cosa; y viceversa, si se
aumenta
la
oferta
·y no
disminuye
1a
deman-
da,
la
mercancía
se deprecia.
Entre
los díversos
grupos
humano!\
ligados
por
relaciones de simpatía, se establecieron, pues, relaciones
de
la
más
sirnple·
naturaleza,
las
que
tenían
por objeto
la
sola permu-
ta
-de objetos inuebles;- y entónces esos
grupos
debián
cónservar
los
frutos
cosechados, los animades cazados, los instrumflntos·
de
trabajo
,
etc., porque ellos
eran
cambiables
por
otros objetos.
Hemos
visto
ya
que
al
terminar
la
época
quaternaria
·se
encuentran
las
pruebas
de
es-
tos
cambios
por
haberse encontrado diversos
instrumentos
de
piedra
en
diversas localidades; y semejantes cambios debieron
ir
aumentando
poco á poco
al
pasar á
la
é'poca neolítica y con
más
razonen
la
épo-
ca
del metal. Semejantes relaciones comerciale ,
nacid~1s
de
la
nece-
sidad
recíproca, debieron realizarse con
la
más
grande
circunspec-
cion.
Una
ojeada .
bácia
los medios
que
emplean
los salvajes contein-
poráneos
en
sus cambios comArciales,
podrá
darnos
un
concepto
de
las
relaciones
entre
los diversos
grupos
humanos
ele
la
prehistoria.
Es
probable
que
el
primer
paso
hácfa
las relaciones comerciales se
hiciese m"lrced á
una
especie.
de
,
guerra
simulada
entre
los'dos pue-
blos-
que
querían
caro
biar
sus productos,
pues
ya
ha
dicho
que
en
la
época
primitiva
no se conceb'ian relaciones
entre
laB
diver
0 as hor-
das
humanas
que se
andaban
forÍnando. Cuando
un
grupo
teni-a
:eo-
braúte
algo
que
faltaba
á otro grupo, se
recurría
á
las
armas, á
la
gnerra; el
vencedor
despojaba
al
vencido, y
aquí
todo
(
ed
ec
co
tu
-
tto
);
pero cuando comenzaron á
construirse
las
cabañas
, y los
grupos
humanos
comenzaron á
vivirá
poca
'
distancia
uno
del
otro
sin
da-
ñarse,
era
natural
que lo que
tenia
a.e
sobrante
un
grupo
y
faltaba
al
otro,
pudiera
ser cambiad.o. Mas los grt}pos vecinos
llegaban
muy
pronto
á
fundirse
y ademas
teID.ian
poco que cambiarse;
porque
los
productos
dE:ll
suelo y
ele
la
industria
no
podian
Ser
ipuy
diferentes. · ,
8.
''El
verdadero
comercio no comenzó á efectur.rse sino
entre
pue-
blos lejanos, '
entre
los
que
no
podían
existir
las relaciones simpúti-
cas ·
que
existían
entre
los
grüpos
vecinos.
Ese
comercio
venia
sino
cuando
un
grupo
carecía de
alguna
cosa y
se
armaba
para
arreba-
tarla
allí
donde
la
podía
encontrar;
~i
podia llegarse pacíficamente á
un
cambio ó perrímta, todo
quedaba
concluido;
en
caso
contrario,
se
ocurría
á las armas.
La
necesidaU siempre creciente de los · cambios
\
12
J
ACWTO
P ALE..:A.RES.
m,erca,ntiles liauia ne,cesario
que
se
recurriese
ménos .posible á
la
prueba
.
d~
las
armas; p~ro
la
desconfianza
continuaba
existiendo·.
Los
nub~os de 1mestros días trafican del sigui.ente mo(lo: los
grupos
que
deben
efectuar
el
cambio
permanecen
. armados el uno
frente
al otro;
desp1Jes
algunos
infüvid_uos
avanzan
y
hacen
el cambio.
Pero
la
des-
.c.onfianza y :
~l
t
,e
mor de que
la
pre,senci!l
üe
Jas '
tribus
armadas
pu
.
di.ese
hacer
€le.generar
un
camhio pacífico
en
un
sangriento
.;ionflicto,
debió
hacer
que
se recurriese á
otro
medio, y
este
consistió en depó-
sita,r
l.~
mercancja en
un
lugar
dado, c.oii ,
una
señal
que
illflicast:i
que
s,e
deseaba
el cambio; 1a
otra
parte
practicaba
lo mismo; y si
babia
frande se
ocurría
á las armas.
Esta
especie de comercio
por
depósito
e::¡t
,á
en
uso
en
todos los
pueblos
salvajes.
En
fa Colorr¡.Lia
rusa
se
practicaba
del siguiente modo:
el
·
e~tranjero
comenzaba
por
deposi-
tar
;¡,ma
mercancía
la
·
ribera
y se
retiraba;
en
s-eguida llegaba eI
indígena, ,colocaba
junto
al
primer
depósito lo
que
creia
convenien-
te
cJa,r
en .cambio, y hlego se
retiraba;
el
extranjero
volvja
y
retiraba
la
mercancía
deJ indígena si
la
consideraba de
un
valor
Stlficiente,
'Y
si
n,Q,
simplemente se
retiraba
en
espera
de
,que se
aumentase
alg:o
m~s . .
Si
n,o
llegaban
á convenirse
por
estos medios, .
cada
uno
: reco-
brap~
su
mercancía.
Esta
es t.ambien
la
manera
de
proceder
en
,
el
Nuevo Mundo
entre
los
sldados
españoles
ele
los Presidios y
-los
in-
sª'ivajes (1). A fo largo·del camino
que
va
de
Obinana
á
Santa
Fé,
los indios
que
,quieren ·comerciar·
ponen
una
pequ~ña
cruz
en
la
qu
_e suspenden
un
·saco de cuero con
una
insignificante
cantidad
de
carne
de ciervo; despues
al
pié
fle
la
cr~lZ
depositan
varias
pieles
de búfalo que quieren
cambiar
por
comestibles; los soldados
toman
las pieles y
_,
dejan
en
cambio al pié de
la
cruz
carne
salada. Fi-nal-
meri1e,
esta
curiosa forma
de
comercio
entré
los sal~ajes es
la
usacla
en
Australia.
Cuando algunas
tribus
quieren
entrar
en relaciones co-
merciales ó permaneuer en ellas, proc,e,
den
del modo siguiQnte:
"por
.aro
bas
partes
las foncionljs
de
agente
comercjal son confiadas á
un
in:diYiduo elegido con
tal
,objeto desde nacimiento y
para
lo cual
se
ha
tenido
cuidado de com1erva¡']e el co:rdon umbilical
envuelto
en
un
manojo
de
plumas; este objeto se llama kalduco ~y los respectivos
padres de los dos muchachos lo cambian
entr
.e
s-í.
Lo~
macbachos
así consagrados
al
comercio
no
deben hablarse jamas, y al
llegará
la
1 ·
Esta
noticia'.
del
auto:¡-
es
cierta
y
puede
·1eers~
en
la
,
Ristoril\
d!l
Alaman.
,;
/
DEREClfO
' MEiliCANTIÍJ
lh:É'.XICANO.
..
'
edad
::i,cluUa
se convierten
en
agentes come-rniales ·
titulados
de
sus
respectivas·trib'us." · · ·
9,
"Tal situacion,.
agrega
el
Riltor·citado, se prolongó clurante
toda
ra
época
cuaternaria
yr
gran
pa
rte
'del período neolítico~
tC
.
ómo
·pasó
la
hurnanfolad'
de
ese estado. illforme y de homogeneidad
del
grupo;
en el cual estado el indivüluo, el llombre, no figuraba como' uniclad '
social?
Aquí
podemos oc'úrri-r á las fuentes legendarias, es cierto~
pe
,
ro,que á, trav.és'
el síínholo dejan
'.
entrever
al filósofo · y al
pensádoi
la,realidacl
cl
éij
.os hechos; á las fuentes
de
uno
de
los Übros
en
que, esa:
leyenda
rl
escübre más que
otras
juegd
de
los aéonte'cimientos:
El
mytho, dice Renan, que·
en
los g:riegos sé nos·
presenta
yaren-teramen!
te
.formado y
por
con·siguien
te
oscuro, aparécesenos·
aq11i
(
en
el G
é-
nesis) en
su
form.acion misma.
El
redactor
primitivo
' del Génesis
nos hace asistir al acto 'creador. Vemos' el boton
de
Ía flor
en
'1
íspé-
ras
de abrirs
e,
contalncs
Jos
·'
péta!Qs
que
se superponen, las signifi-
cacionm, múltiples á que se prestan seg,un
la
'
naturaleza
del
mytho
,
que es el
expresar
tre
s ó cuatro cosas {t la ,,ez." Siguiendo efectiva-
mente las
ley
endas bíblicas en el
trán
sit0 (t6 la
vida
nómada
á b
vi-
.
da
sedentaria
todavía
bll
ia
forma
patriarcal
, y
de
esta
á l
a/
institu-
0ion del estado político,"y conft'dntando esas leyendas y tradiciones
en las del
der
echo romano y de
la
Incli
i¡¡
Oriental
tan
profnndamen:'
estudiadas, podem08
hallar
el
enigma
de es
tai
transicion. -)
10¡
Por
'S-unrnér Maine y otros
grande
·s árqueólógos del· derecho,
Pº:
demos saber que
la
b~se y fumlamento, la unidad social
de
los primi-
tivos
grupos
buinan0s fué la familia, el patriarcado; que
esta
familia~
compúesta de ·las mujeres, liijos por
la
sangre,'hijos
adoptivos
y · éscla-
vos y sometidos á la soberanía-absoluta del
Jefe
ó
Patriarca,
desc·
an-
saba no solo
en
el víncul~ ó mén·
os
que
e'u
el vínculo
de
la
sangre, ~n
la
ficc'fon
ó s:uposiéion de que todas lás personas
de
la
misma
fa~iú
r'
· deséeFtdian del mismo troaco; que
esta
idea· ó sentimiento
radical
de
la
priínítiva
familia se reflejó en los
sent
imientos político¡;; de
ma-
nera
que la idea moderna
,:re
que los hombres
pudiéraii
ejercer
cle~
i
chos pólíticosser miembros
de'
un
pueblo 'por
\i&l
o el hecho de'
ha
-'·
hitar
en él,
era
extraña
y monstruosa,
para
las prim'itivas sociedade
s,
. '
t'
'
y por esto siempre que se
tráfaba
en ellas de incorporacion
de
nuevas
tdbu~
ó gen.tesr-se ocurría al:expediente, de
fin
·gfr ó
aceptar
que
la
" ,
.,.
p
f'
nuevál '
bláci01_1
descen'cli~ d'el mismo tronco' que la,
antigua
que se.
agre-gaba;. que á medidá que
aumentaba
en,volúnren
el
grupo
de
los
14
J ACIN:TO P
ALL.A.RES.
asociados,
esto
es, de
las
familias así constituidas, debió
resultar
por
la
-ineludil>le
ley
de
la
division del trabajo,
que
-se
afl.ojarn,
la
estreeha
solidarillacl
ele
ese grupo, que
las
familias
adquirieran
cierta
autono-
mía
ó
individualidad
frent
e á
frente
del
gr upo y
su
representante
ó
caudillo y
que
fueran posibles derechos ejercidos y obligaciones con-
traielas,
ya
no
po1
~solo el grupo, sino
por
cada
familia,
pero
en
el
sent
,ido
ele
que
toda
ella
era
responsable solidariamente de los
actos
de
cada
uno
de
sns miembros;
que
la
division dél
trabajo
económico
ó social
establecida
al
principio
por
el jefe
entre
las
diversas
fami-
las
se
perpetuó
por
la costumbre,
dando
orígen
á las
di
:ve
rsas
castas
ó clases sociales, que
no
podian
ya
franquear
las
barreras
traz
a
das
por
,
el
arte
6
industria
á
que
por
herencia
es
taban
condenadas;
que
las
agrupaciones de
varias
familias formando
la
gens,
el
clan
,
la
tri-
bu
y ( 1) otros grupos mayores, hicieron posible
que
existiesen rela-
ciones
jurídicas
y
por
lo mismo cqmerciales
entre
familia y familia,
· esto es, e
ntre
los jefes de ellas, los
que
tenian
ya
en
nombre
pro,)io
é
independientemente
del
grupo
general
algunos
bienes
sobre los
que
,podian
contratar;
que
la
repe
ticion
de
estos cambios y
permu-
tas
condujo
naturalm
e
nte
á
la
invencion
ele
la
moneda,
pues
los cam-
bios
de objeto
por
objeto clebian
ser
embarazosísimos cuando se au-
IIJ.entai:ou las permutas, multiplicándose
tanto
en
el
interior
como
con
tribus
ó
pu
eblos
extraños
las
permutas
y
los
actos de responsabili-
dad; que no siempre el
que
poseia
determinados
objetos
podia
nece-
sjtar
los que se le
daban
en
. cambio, y e
ra
por
lo mismo necesario
ocurrir
á
una
·
tercera
especie
de
mer«:lancía
que
sirviese
para
medir
,el,valor de las otras,
porque
fuese posible,
dadas
sus condiciones,
.
q_otnpll,rarla
con las deruas mercancfas. '
11.
Aquí
comienza, pues,
una
nueva
era
para
el
comercio; y
quizá
la
iniciacion
espontánea
de
la
moneda fué
un
gran
paso,
no
sólo pa-
ra
ampliar
en aquellos ·tíempos las transacciones
mercantiles
y ·
el
tráfico, sino tam
bien
p~ra
modificar el
carácter
primitivo
del
derecho
civil, carnbiánclolo ·
cle
público, religioso y formalista
que
era,
en
de-
r~c'tto
privado
que deja mayor esfera de accion á
la
libertad
indivi-
. dual.
J:,as
indicaciones que á este propósito existen en
la
historia
del derecho romano,
parecen
confirmar estas ideas, puesto que
el
1
La
agregacion
de
familias
forma
'1a
gente
6
la
casa;
la
agregacion
de
casas,
es
la
tribu,
y l a
agregac
ion
de
tribus
es
la
República.
Podemos
seguir
estas
in-
,
dicaciones
y
afirmar
que
la
República
es
una
coleccion
de
personas
ligadas
por
la
descendencia
comun
del
autor
de
una
familia
primitiva.
(Sumner
Maine).
/
DERECHO
MEJW.A.NTIL MEXICANO.
15
nexurri,
que
,
era
.
el'primero
·y único
contrato
practicado
ántes
de 'las
xu
,tablas,·y
era
un
negocio de órden público (1); se desc'omp'uso des-
pues
en
, dos · éontratos,
el
,nexum
·-
y
la
'mancipatio,
trasform
.'
ándose
aquel
e'n
contrato
de
derecho
privadÓ y descomponiendose despues á
su
tumo
1
en
otra
multitud
'
de
contratos
' p':rivadós.'i
Parece
que
al
prificipio
una
ni.ísnia ceremonia
era
eÍnpléada
en
todos
los negocios
solemnes,·
la
cual
era:
l111macla
por
'los
ronuno
·s nexum. ·
Prec
_isamente
las mjsmas·formas· que servían:
pa~·a
la
traslácion de los'bienes, ser-
vían
tainbien
para
la
ce1e'bracion del contrato; pero
no
se
necesita
ir
muy
jos
para
ll
egar
á
una
'épóca
en
qne
la
idea
-de
contrato
se des-
pren:Clió
de
la
idea
ele
trasl·
aéion;
el
acto
ce
lebrado
con el
cobre
y la
balanza
recibió
el
nombre
de marrcipacion '
cuando
tenia
por
ohjeto
la
trasmision
de bienes;
el
antig\10
ne
.
-rum
designa
todavía
la
misma
ceremonia, m~s solamente cuando
tiene
lugar
respecto
de
los contra-
tos." (2) Y
miéntms
que
esta
descomposicion
se
operaba
en
la
s ideas
jurídicas
de
los contratos,
otra
no
ménos
trascendental
se
realizaba
bajo
la
s necesidades -
apremiaiites
del
comercio
en
la
clasificacion de
las,cosas. ·
Estas
eran
clasificadas·
primitivamente
en
mancíp~s y no
mqncipes-;
las
primnas,
·únicas
quizá
objtlto serio del
derecho
primi~i-
vo, ~ran
la
tierra,
los aniina,les, los· esc
la
vos, qlie no
podían
enajenar-
se sino
por
meclio de las fortnas solemnes y de derecho
publicó
de
la
mancipacion; miéntras
que
la&
segundas,
cuyá
enájeríacion no
1·e-
vestia
-formas
tan
solemnes ó no necesitaba ni-nguna7 se
formaban
de
la
lista
de
todos
los objetos
que
las exigencias-dél comercio y el prú-
greso de la civilizacion
aumentaba
dia
á día, ú
1rn~dida
que
su
utili
-'
dad
era
sentida,. Y "como ellas
estaban
exentas
Ue
todas
ó casi todas
las
solemnidadei, embarazosísimas-
que
estorbaban
el comercio de las
primeras,
y como
tú,o
_
que
predomimtr
por
°Ser
más
larg·a
la
'Iista' de
las
segunda
s el comerc'io
{t
,ellas relativo, llegó lin
dia
en
que
el de- .
recho
tuvo
que
asimilarlas á tollas bajo el aspecto
de
las
formas
de
oontratacion; y que
hacer
predominar
el
derecho
privado
sobre el·
e
re
9ho público, ó á lo mén.os
extender
inmensamente los dominios
.,
¡
'"
' . ; -
1
"Los
miembros
de
la
familia
no
pueden
contratar
los unos-
con
los otros, y
la
familia
tiene
derecho
á n'o
hacer
caso
de
los
cpmpromisp~.
contraidos
por
uno
de
sus
miembros.
Una
fam~lia
ciertaIJ;1Em~e
"
p1té
.
<:le>
' cq
µtrat~r
c_on
otra,
familia,
un
jefe
con
otro
jefé,
'pero
este
es
un
h~gpcio
'
de
la.,
misma
n~turale~a
(de
6rden
pú,
blico)
y t¡i.h
recargado
de
solell)ni'~_~dw
i,
._
com:o
1~
enajenacion
de
un
inmue
b
le,
"
Sumner
Maine
,
"L'ancien
droit.'
' · , J
••
1 ' ·
,-
0
·.,
,
.\
2
Snmner
Maine,
op.
cit.
. '
.
' '
'/
16
l J.A.CINTO PALL.A."RES. '1,
d1:1l
,pr~mero. ,
Entre
esas cosas·
nec
m'{tn
'
eip_i-(no
mártcipes) dehi:J)roa
encontrarse
p,
9r
su
carácter
de
~uevas
Jas
'..
cosas :
qJ1e
sirviero
,
rr;
de"
mercancía-tipo;
es·
4eci1.·,
de
monecJa (oon excepcion
de
ciertos ani-
males
y
de
los esclavos,
que
tambi~v..~ervian
de
.moneda y que
1:1ran
,
máncipes); y
desde
el
momento
en
que
,
esta
franqueó,
por
su
carácter
de
nec
manápi,
las
, solemnidades_
9-e
la
mancipacion
y
que
aclq_ui.nió
el
preLlominio
nat~ral
que
su
presen0ia.
en
todas
.l~s -
tran
_s'.1cciones
deb~ó
darle
por
se
r,
el
agen
,
te
de, todas ellas, el derecho
tnyo
,
que
se-
guirlas
fiu~tnaciones
ele
esa mercancía, J
4ll0'aillOiclaJ,'Se
á
SUi,,
necesi-
~ades
.y cambios,
que
.s~erificar
en
,
todas
las
Iµercancías usadas
co-
11;
,º mQnedalas~veri,d
ad
clt'I
sus
e;
mb
~razosos ritos, y ,
en
copiar ó,
~~Ü-
tar
en
otros
:.i,suntos las facilidades,
qae
el comercio,
por
medio .
ele
monedas
comercial(·s,
estaba
realizando. Y
he
aquí, pues, -
al
comercio
desde
, ;os
primeros
ti
emp
os
qe
la
bi~toria,.inventando ,la
mercancía-
"
mon!3da,
11:an~1n,ütiendo
al derecho
privado
,
del
Aerecho público,
ob
ligando
al clerec.bo
angur
_a,l y religioso á sacrificar
sus
embaraz9sas
ritualiq.ades de los contra~c¡s,
en
el tráfico ordinario, y aml1liand0
a:sí
y cre~~do, P;
t~ede
deéirse,-
la
lib
ertad
civil,
la
libertalt1le
con
tratar
.
En
'
este
período
ante
,
-bi
l')tór
ico
encontramos
efect
i
vamente
adq
ui-
rirla.
para
l;:i,
bnmaiüd
ad
,
la
invenciou
de
la
moneda,
que-
_desde·
s1ts
rudi
,
mentari
as
(l)
1formas (le
bia
ll
egar
hasta
la
letra
de
cambio y has-
ta
el
billete
.d e banco.
''E
n los actual~s
pueblos
salvajes,
dice
un
es0:
critor
(2), qu~ usa~
ele
la
mone
la,
,.
est,a es
una
,
mercancía
,que_vamos·
á describir\
En
tocl.a .el Afric~. ecu,
atorial
.,
l@S
esclavos
constituy
,
en
,
u~a
mercancía
.de cambio y el
que
tiene
mayor
nú,mero
de
ello/;;es,
el
,
más
r,ico:
la
riqueza
de
un
hombre, dice-el
Dr.
0haillu
, se . mide
en
A.~vica,
e~.
prii:µ.er
lugar,
por
el, númflrO
cl--e
esclavos, y
en
segundo,
por
el
número de mujeres;
19
mismq sucede, segun,
Burton,
~n
toda
la
,
regipn
del
.
Gran
Lago,
en
cloncl
~ los eschwos ·son considerados co- .
ir¡o
un
valor
de cambio, Hemos visto
ya
cómo
entte
lQs
aborígenes·
de
Bengala
lofi
esclavos
constüuye
:
R,
como
eH
A.frica,
un.
,v;álor
~rne
, J
ble
·
ac
umulable,
y-
.
la
influencia
de
·
un
hombre
se mide· _
por
la
inipor-
. ,
tancia
de
su
capital
servil, ¡Y
cada
jefe
reune
á
su
alrededor
una
, • •
'\
J ••
o,
J.
1:
1 Ya '
el
p'oe'.tá' Lucr~6W
habta
d!éJSCr'i,t6
por
.
simple
:
intuiqion
l
as
pn~~
flV.~S
eonqufatas'dcl
hombre
'p'réliist;ó'rico: " ·
~
· . . ·
..
"Ar
}
na
hti.gtra
; ri:a
nu
s, -ungj¡e~ de,ntesque
iúe(uñ
t
" '
Et
lapi'd1
es
''
é'
f.
H
eiÍl.
si!
'vai
qni
fp
:
gmi.ha
r
a.m
í;
r,
. ,:
,.
; ,
'::. ParteriUS ·fe
rtis
'~iS '
~s
t, aerísqüé' r'
epetfi,
1
"-J
,,
(
Sed
prior
aeris
crat,
quam
ferri
cognit"ú
us
~s."
2 Chironi, op. cit.
''
· ·
. 1
DERECHO MERO.A.NTIL MEXIO.!.NO.
17
guardia
de 'Sesenta esclavos. Tambien en 'Malesia los esclavos son
mercancía
de
cambio;
se
adquirían
tantos
esclavos cuantos se po-
dían poseer y se
rneclia
fa
riqueza por
er
número
de
esclavos. Se
ha
visto
ya
cómo
la
mujer,· tambien, en la sociedad, salida
clel
matiar-
-ca'do
era considerada como objeto
de
cambio, como
una
verdaclera
,--,
moneda que se pagab~ en expia0ion de los delitos cometidos.
Pero
-com-0
obje~o
de cambio, la moneda más comunmente usada debie-
ron ser· las bestias, aunque no se tienen ejemplos sino de
lo.s
tiempos
históricos.
En
Egipto las bestias eran los más importantes objetos
·
-de
cambio.
En
Roma está demostrado el mismo hecho no solo con
el orígen
de
la palabra
pecunire
(l
), que viene
de
pecus
(ganado), si
no porque el
ager
publicus servia
para
pastar
á los :ganados
~e
pro-
piedad de los particulares, los que se servían de las bestia-s como de
moneda.
Esta
moneda de cuatro patas, dice Letourneau,
tiene
todas
las veRtajas y todos los inconvenientes de
la
nuestra;
puede
acumu-
larse en
gran
cantidad en la mano de
un
particular y
darle
un
po-
der
errorrrre;
con
fll
dinero, como con las bestias,,
un
hoi;nbre puede
comprar mlwhachos, que los padres pobres siempre están dispuestos
á vender; con bestias puede adquirir
tantas
mujeres como quiera;
con bestias se adquier"e la in:fluenc.ia po'lHica, y ,
iJ.o
· se llega
en
Cafre.
ría al supremo rango sino á condioion
tener ó procurarse
por
me-
elfo
de fecundas razas,
numei:osoi,
ganados. Los olientes, los guerreros
_¿
ele
un
jefe, no le sirven sino ·en atencion á sus ganados.
Pero
no sólo
la
-moneda viviente, sino tambien la monedá mineral, , se
encuentra
entre
los
pue"blos
salvajes¡
y.
entre los minerales, el más apreciado es
la
salgema, la cual,
,•
segun Leto1frneau, puede
se1·
comparada en ·
Africa
á 'nuestr'a moneda de oro.
Entre
los Latukas, los jefes
la
co-
rren
con grande avidez; en una
gran
parte
del Afríoa, se dice
corre-
dor
de
sal
para
designar
un
h0mbre rico, y los pedacitos de sal (
pez~
zeti)
(2)'.
graciosamente of:reéidos á:los muchachos, sirven á los misio- .
neros arbitrio
para
conciliarse el afecto de las poblaciones.
Otra
especie de moneda que corresponde á nuestra moneda de cobre en
el
.Afrioa son los cauri, p sea
una
variedac. de éonohitas con tal objeto
escogidasºdel cabo de Hafum_M.ozambico.
En
la ,costa, oeciclimtal, los
1
La
palabra
moneda viene del nombré
del
templo
de
la
Diosa
Monneta,
de
monere, aconsejar, en
el
cual se depositaban los tesoros públicos. ,
,2 '\Pefz~tis," pedacitos,
palabra
que originó el nombre de nuestras
antiguas
"pesetas;" o
sea
dos reales de peso. . .
2
18
JACINTO
PALLARES.
caiiri son ensartados en hilos de
cuarenta
conchitas y cincuenta hi-
los equivalentes á
un
peso; entre los paisanos del
int
erior, los cauri
no son ensartados en·hilos, si
no
qne se
cuentan
por 5
para
formár
montones
de
doscientos, de mil; y resulta
una
moneda muy embara-
zosa, pues el camello más robusto no puede
cargar
más de ciento cin-
cuenta
mil monedas, cuyo valor
es
de sesenta escudos de España.
Vienen
despues de esta clase;de moneda los productos vegetales,
co-
mo
la
pimienta, el clavo, ef anís, 6 los naturales, como las perlas, las
piedras
preciosas; los corales.
En
el Africa oriental, el samsam ó pe-.
queño coral es llamado el raptor
ele
la virtud, porque seduce
·
las
mujeres como el oro seducía en otro tiempo ~J~anae. Las perlas
de
cristal y de porcelana son estimaclísimas, pero
el
g,nsto cambia segun:
la
diversidad de color
es
: hlanco, ros~, ópalo.
El
estaño forma tam-
bien
una
mone
da
artificial,
lo
.mismo que las bandas. de estofa, y
so-
bre
todo las-de colores chillantes.
Eu-
la Nubia sirve
ele
moneda
el
polvo de or
o;
en
lo
s pueblos de.Ja América central se encuentran
las
·
mismas especies de moneda que en ,
cl
Africa;
ent
re los Chin
uk
s.
la
moneda
es
üna
conchilla (hiaqu
a)
enfilada en· cordones y cuyo
va
-
lor, tHgüaldad de longitnd,·se aumenta
en
proporcion del volú.men
de
las conchas; en México,
el'
polvo de oro contenido en tubitos de
plu
-
mas, lo mismo que en la Nü.bia,
ser,ia
de moneda, usándose tambi
en
sacos 'de' cacao conteniendo
un
número determinado de granos.
Fi,
nafment
é,
' en
la
Poliu esia, en la época 1de Cook, todo, y
muy
espe-
cialmente
Ja
cornplacencia"de-las mujer
és,
se podia comprar con
pln
-
mascolor de rosa y más aúir con clavos. ,' . :
L~
mQneda
priJnüiva
de
Roma, ya se
ha
dicho, que .fué la vac·a,
el
corclero;
cu~mdo
llegó·
á usarse ·
fa
moneda metálica,
se
le llamó ,vaca y se ,puso la efigie
de
_
ésta; cuando más tarde el pueblo ro
m,a
no
comenzó á conocer el
arte
ele
fúndir los metales, adoptó el cobre como monéda t¡pica
para
fi-
jar
su
valor; y que esté cobre en ·
el
principio no se acuñó,'
!!ino
que
se usó en barras,
es
una cosa evidente
el!.
·nuestro
co1_1cepto,
pues se.
refleja en la fornrn, más .
antigua
tlé
tr
asfer
ir
, la propiedad, que
era
.
prectsament('
per
et
libram (por el-cobre y la balanza); forma que
existió
durante
mucho tiempo como símbolo de
la
pres~ni'lia
,:].el
lL
bripens (porta-balanza), que llevaba
el
peso y la balanza, lo que de
muestra
que
la
·moneda no
se
contaba, sino
sP>'
pesaba. . .,
~
12 ..
',!:enemos,
pues; que al
co
.
rn
;i
luír la época pNhist~rica 'de la_
hu
- _
muuidad el comercio ·con sus apremiantes.nécesi9-ades y en l,os pri-
DERECHO
MERCAN'.l~IL Mli1XICANO. 19
meros rudimentos de sn asistencia
había
in-:-entado
la
.moned,a como
signo de cambio (1),
habia
pasado
del
trueque
ó
permuta
á
la
com-
pracuenta,
ha
bi
l:J(
iniciado el verdadero tráfico civil,
hab
ía
emanci-
pado
de
la
tutela
religiosa y formalista del
derecho
público
un
gran
grupo
de actos jurídicos,
habia
iniciado
la
creacion del
derecho
civil
y
al
hacerlo
habia
conquistado algunas esferas
de
li
bertad
para
los
individuos.
13. Conclui.do el período prehistórico encontramos á
la
humani-
dad
constituida
en
grandes monarquías, teocracias ó
aristocrac
ias
que
denuncian
en
las reliquias de
la
patria
potestad
y
de
la
constitu-
cion
de
la
familia
la
trausiciou del
patriarcado
á
la
uni
dad
política. A
partir
desde este momento
las
nociones históricas despojadas
en
gran
parte
de
fa leyenda, nos
suministran
datos
bastantes
para
seguir
en
su
márcha
majestuosa
al
éxodo del comercio, desde las
grandes
y an-
tiguas
civilizaciones,
clel
Oriente
basta
las
primeras
repúblicas
el
e
la
Grecia, y despues en
su
gigantesca
lucha
y definitiva
victoria
alcan-
zada con
la
adquisicion del Nue-ro Mundo. Seguiremos,
pues
,
en
es-
tos
datos
históricos
la
clivision
natural
indicada
·
por
los
grandes
acou-·
teciiuientos
que
trasforman
la
actividad
comercial y
por
.
Io
mismo el
primer
período comprenderá el comercio
en
la
antigüedad
hasta
la
1
Cuando
hablamos
de
moneda
en
esta
época
ya
-
se
comprenderá
por
los
ejem-
plos
consignados
que
no se
trata
de
moneda
ácuñada;
esta
probablemente
no
vi-
no
sino
con
mucha
posterioridad
y
la
in
re
ncion
de
esa
nueva
forma
no
p1
~ede
at
ribuirse
á
determinado
pueblo,
pues
lo
natural
es
que
muchos
á
la
vez,
y
al
lle-
gar
al
mismo
estado
de
cultura
comercial,
hayan
pasado
de
la
moneda-mercan-
·
cía
á l a
moneda
acuñada,
El
historiador
·
Herrera
sostuvo
que
los
lidios
fueron
los
primeros
que
acuñaron
moneda
cerca
de
tres
siglós
ántes
de
J .
O.
Homero
no
menciona
aún
la
moneda
acuñada;
los
griegos
de
Sicilía
llev
a
ron
el
a
rte
de
ac
u-
ñar
á
su
más
alta
perfecciou;
en
tiempo
de
Licurgo
existía
ya
la
moneda
acu-
ñada
y
de
esto
·
deducen
algunos
autores
que
se
inventó
900
años
ántes
de
J .'
C.;
la
tradicion
.
diée
que
Pheidon,
rey
de
Argo8,
acuñó
moneda
.
en
·
Egina
895
años
ántes
de
nuestra
era;
en
la
época
en
que
se
escribió
el
libro
de
Jeremías
( Jm·e-
niías
32-8-17)
aún
no
existia
entre
los hebreos
la
moneda
acuñada,
puesto
que
Ha-
namel
paga
un
·
sepulcro,
,
que
compró
en
barras
de
metal
que
se
pesa1·on;
segun
Plinio
(Heitor.
nat.
lio.
23) los romanos_ no
acuñaron
moneda
de
plata
sino
cuatro
años
ántes
de
la
primera
guerra
púnica
y
de
oro
64
años
despues
á
consecuencia
de
la.conquista
de
Tarento.
"Hé
aquí,
segun
Stanley
Jevons,
el
origen
de
la
forma
6
impresiones
que
tiene
la
moneda."
En
tiempos
muy
remotos
lo's
sellos
eran
de
un
uso
niuy
comun, como lo
demuestran
las
pinturas
egipcias
y
las
construcciones
'
de
Nínive. Como
se
les
empleaba
para
indicar
la
propiedad
ó
ratificar
los
contra~
tos, se
convirtieron
en
símbolo
de
la
autoridad
:
Cuando
un
¡'
3oben,no
quiso
por
primera
vez
certificar
el
peso
de
las
piezas
de
métal,
hizo
naturalmente
uso
de
su
sello
para
hacerlo
saber
á
sus
súbditos
exactamente
como
hoy
en
G:oldsmithsHal
se
usa
de
un
punzon
para
certificar
en
la
va1illa
de
plata
la
ley
del
metal.
"El
nombre
de
la
unidad
monetaria
entre
los
,
griegos,
dracma,
vien
,e
de
que
.
se
supo-
nia
que
la
mano
podia
tomar
la
vez seis
barras
de
metal,
cada
una
de
las
que
llevaba
el
no.robre
de
óbolo
(broche). '
,,
'
20
JACINTO
P .A.LLARES.
aparicion de la civiHzacion greco-romana: el segundo desde esta
época
hasta
la caída del imperio ·romano:
el
tercerb desde la'irrupcion
de los
bárbaros
·hasta el descubrimiento
de
América; y el cuarto y
último
hasta
nuestros dias.
III
COMERCIO
EN
LA.
ANT!GUEDAD ORIENTAL.
14.
Ni la antropología,
:lli
la
eth:llOtogía han podidd llegar á ·obte-
ner
una
clasificacion exacta de las razas humanas; pero la ling·iHsti-
ca, fundándose en la diversidad de idiomas, ha distribuido el género
humano eu diversas familias ó grupos~ y esta distribucion, por más
que no corresponda á clasificaciones étnicas y antropológicas, es
la que más debe tenerse en
cuenta
cuando se -trata de_ estudiar el
contingente que á la civilizacion
ha
llevado cada uno de esos grupos.
"Las lenguas, dice Reuan, represontan, no divisiones ethnográficas
de
la
humanidad, sino hechos constitucionales extremadamente· an-
tignos y d e
una
trasc@ndencia incalculable, porque siendo el lengua-
je'
para
cada raza la forofa misma de ·
su:
pensamiento, ei uso del
mfs-
mo
lenguaje continuado
durante
va~:ios
siglos viene á · ser para· _el
gi\
ipo que 'fo habla
un
mold
e',
uii,a en'vo
lt1
i
ra
' en
cierta
máne
ra
más
estrecha
qm:i
fa
religiori,
la
legislaéion, los usos y las costumbres·.
Las
' razas sin las in;tituciori.es son poca cosa; las fnítituciones son
co-
mo
los arcos de hierro de un envase que de
terminan
la capacidad
dü,
-
rabl
e 'del recipient
e;
y todas las institU:ciones, la más vital' y.énér-
gica
es
~l idioma:
4'sí
1
es
como este' se
ha
sustituido complefairiente
á la raza en la divisíoú
ele
los grupos
ele
la humanid~d, 6 má:s-bién l_a
palabra
raza
ba
cambiado C
Oilli
)le
tan:i
.e'
nt
e de senticlo'(l). '
Ef
lengua-
je,
la
s leyes, la ;religión, las· éostumbres cónsti'tuyen
la
raza,
másbién
'
~.v , , , i
.,.(.L
. J
que la sangre." Siguiemlo
la
importancia de estos couceptos y tonia
ri
-
d,o
por base el idioma y SllS pi:inoipales orfgenes, se h a dividido'
el
--. ' '
'
.1
Estas
ez:plicaciones
bastan
'pa
ra
refutar
la
crítica
que
al
sistema
seguidó
por
Rehá
'
nhace
el
hist
o
riador
'Ber.nar:do
Stárde
'
en
sii'Historia
ide
l
pu
8b
lo
de
Israel,
dO'nde com¡ir.end~
por
las
razones
q,ue ~l!í éxpres_a.'~
?tre
l~s !\'rupos
pe;t::iec
i
en-
tes
á'
la
ra
za
seril.1t1ca
á los
arameo
s, _
as
1r10
s,
ba
b1Iomos, cananeos, femo1os,
ára-
bes y
gran
parte
. de los abisinios.
·,
'
/
..
DERECHO
MERCANTIL
MEXICANO.
c21
género humapo en
·,
tres grnudes grupos: el grupo
tu
,r.aniense,· el gru-
po ó familia !]amética, el 'gr~po ó
raza
semítica y el grupo ó
raza,
iu-
cl?-europea ó arya.
El
primer grq.po corp.prende
lo
s pueblos que
hablan ó hal)laron idiomas monosilábicos y los que
hablan
idiomas
ag
lut,inantes (1), como. los chinos, americanos antiguos,y otros pue-
blo¡;¡
y tribus
de
inferior cultura: el segundo grupo comprende los
pueblos de idioma de
fl.~xion,
P.e
ro sin afinidad con las I_enguas semí-
ticas
é_inclo--eurqpea:;;,
como los egipcios,
tanto
los que
hablaban
el an-
tiguo egipcio como los
qq.e
_hablan el copto (2), los que
hablan
el.lí-
bico y los que hablan el etíope: el
tercer
grupo compren~e á todos
los
-puebl_os
que hablan el babilónico-asirio, el cananeo, al que per-
tenecen el fenicio.,. el hebreo y el moabita; el arameo, que compren-
de el sirio, el caldeo, el palmirisano; el árabe, que comprende el
sa-
beo, y aun segun al
gn"9-os,
el etíope;
por
úttimo, el cuarto grupo, el de
la
raza indo--europea, cuyo primitivo
.'
idi9ma perdido, se
ha
intenta-
do reconstruir y que á
partir
del sanscrito (idioma sagrado de la In-
dia Oriental)
ha
dado orígen á todos ó casi todos los idiomas
ele
Eu
ropa (eón excepcion del eu~caro ó_vasco y filandés), comprende á
todos los pueblos cuyo primitivo orígeri, segun Renan, fué el moder-
no Afganistan,· y que salidos de la
India
Oriental dieron orí gen á los
escitas, griegos, etruscos,. r?m~~
os
ó itali~tes,
g
germanos, sla-
vos, etc., y por ,lo mismo á todos los pueb
lo
s m~clernos de Eu-
ropa .
. Ahora bien, en concepto de.Renan, la verdadera civilizacion, el
verdadero progreso viúo· al mundó con la aparicion de estas dos, úl-
ti~a~
razas: fasemítica y la i~do--europea. ''A distancia
c1e
seis ó sie,
~e
mil .afíos
qe
, nue~
tra
épo~a, e~con~rarµos, en efecto,
tres
ó
~
.
.!1atro
ciyili~aciones (3), ó más bien
tres
ó ci~atro grandes manadas
ele
hom-
bres teÚiendo ciertas reglas, cie~to modo d e ,vida,
un
ienguáje y
:i;i-
tos religiosos:
es
,to
se
parecia mucho á las.repúblicas. de hormigas ...
Eran
rebaños
ele
hombres gobernidos por,
un
.hijo del cielo,
e~
el seno
ele
los que
en,
vano se, buscaria el pril).cipio que, 'lía fofmado la ciu-
1
,__.~
, .
>
, , ' ·
•.
i
._,
..
dad griega,
la
iglesia judía, la liga . germánica, la ·feudalidad,
la
ca-
f • • , , r
_,
. ' , ,
1
Estas
clasificaciones son todavía objeto.
de
controversias. '
2
El
_copto es el
h'eI'IJ?áno
menor
del
ahtig
·uo
",
idiom
a ·egipcio
representa
el
le~g;1aJe
que
se
hablaba
en
la
.orilla
del
Nilo en los ·pximeros . ~iglos de
la
era
cristiana
por .los egipcios
conver
tidos. · r · ·
3 Alude á .
la
de
loegi'pciós, chinos, .babilonios,
anti~semític
.os 6
súmeros
y
caldeos, · , · · , r . ·

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