Derecho de la guerra

Páginas31-40
CAPÍTULO
III
DERECHO
DE
LA
GUERRA
La
ciencia
jurídica
de los romanos
partía
de
la
idea
de
la
pleni
tud
de poder de
la
magistratura.
Conforme á
esta
concepción, el
jefe
único
y vitalicio que
tenía
ori-
ginariament
e
la
comunidad, 6 sea el soberano (rex),
mandaba
y disponía con
entero
é ilimitado
poder
sobre
toda
clase de infracciones ó
faltas,
igual
sobre
las
de ín-
.dole religiosa que sobre
las
militares y las civiles,
tanto
cpn respecto á las cometidas
dentro
como á las cometi-
das
fuera
de los muros
de
la
ciudad, no existiendo dife-
rencia
alguna
desde el
punto
de vista
jurídico
entre
las
varias especies de
injusticias
ni
entre
el estado de paz y
el estado de
guerra
.
El
rey
daba,
sí, leyes que obligaban
á los miembros componentes de
la
comunidad, pero que
.no le obligaban á él mismo
ni
á sus sucesores. Delitos
eran
las acciones que el rey ca.
stigaba,
y
penas
los males
que el mismo imponía á
ciertas
personas.
Aun
cuando es
verdad que
la
costumbre
imponía
restricciones
en
el uno
como en el otro respecto, es de
advertir
que
el
conteni-
do.
de ambas esferas
estaba
formado
por
el
arbitrio
so-
berano; el orden
jurídico
de
la
comunidad
no
conocía
procedimiento alguno
para
sustraer
al castigo al inocen-

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