Los demonios de la memoria

AutorMichell Alejandro Espinosa Martínez
Páginas73-73
73
THEMIS | CULTURA
LOS DEMONIOS DE LA MEMORIA
Por Michell Alejandro Espinosa Martínez.
Abrí la puerta y ahí estaba tirada. Estaba quieta y un poco fría, estaba como debía
estar un cuerpo sin conciencia. Un suelo empapado y pueda en un rincón. Las
llaves sonaron, le siguió el galope de un corazón enjaulado; de aquel pájaro entre
huesos humeados.
Mis dedos tocaron por última vez un baúl de palabras y besos que ya eran re-
cuerdos entre una lágrima y su sangre. Estaba con su letal veneno, pero era más
letal su descripción; una obra de arte, una nota bien anada, una danza de dioses
invocados, una pintura de Blake entre líneas de Alighieri. Era la musa infernal de
una creación divina. Una mano en forma de cenicero, la otra cerca de una pluma
naufragando su veneno, así como mi corazón pasando un túnel oscuro.
En cada ventana una hiena llamando para entonar su sonido atroz. Su mirada
como queriendo buscar una pregunta y su cuerpo encontrando un nal de pen-
samientos y exhalaciones. Era la denición de desesperación en la piel de un
lobo cansado. La herida venía con vestigios de su sonrisa en el fondo de mi alma,
dejando una luna incompleta y estrellas a pedazos.
Me serví otro tequila y seguí matándola, ya no a su dignidad, ahora sólo matando su
coraje y sus gritos entonando mis ganas de disparar otra vez y volver abrir la puerta.
NUESTRO DÍA, NUESTRO SUEÑO...
Por: -SJNS.
Estarás de pie, tembloroso, nervioso, teniendo miedo que si eres el chico correcto
para la chica de tus sueños, con tu corazón latiendo cada vez más fuerte que lo
puedo escuchar desde afuera y aún así esperándome al nal del camino del altar
de la iglesia con ese traje elegante negro con tirantes y moño que escogiste para
esta ocasión tan especial, con una or blanca en el bolsillo con esos ojos relucien-
tes color marrones de un brillo inigualable que jamás te había visto incluso más
brillantes y hermosos que el día en que nos conocimos. Pero en cuanto se besen
nuestras miradas tu temblor pasará a ser mío y estaré tan nerviosa como tú. Me
verás acercarme a ti tan despacio como si el tiempo y el espacio no existieran
fueran uno mismo; vestida de ilusiones, de sueños de todo lo que construimos en
nuestro tiempo atrás, luciendo el blanco brillante del que siempre te hablé; con el
que quería ir a conocer los votos del matrimonio.
Iré con la duda en mente de si estaré luciendo como la novia de tus expectativas,
de tus sueños esperé que lo fuese porque al verte vestido de esa manera sabré
que es con quien quiero pasar mi vida; tu sonrisa me lo conrmará, incluyendo tus
ojos me dirán que no debo de preocuparme que todo estará bien.

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