La democracia de las coincidencias

AutorTarcisio Navarrete Montes de Oca
Páginas33-92
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E
n este libro he pretendido dejar esbozadas algunas
propuestas que se dirigen a lograr una mayor civi-
lidad y alejarnos al menos un poco de arranques de ca-
nibalismo en esas luchas cíclicas de las elecciones. Es-
tas propuestas son preliminares, para sumarse a muchas
otras formuladas por los que sí son expertos y académicos
mexicanos, que se añaden a un debate secular presente
en México, por el que se busca renovar nuestras prácticas
democráticas.
Finalmente, esto es lo que más nos interesa, alcanzar
poco a poco la unidad de propósito como requisito genera-
dor de energía, para volcarla luego en un proyecto común,
la patria. Voluntades dispuestas encuentran el camino. A
pesar de que existan separaciones y diferencias por razo-
nes de raza, religión, clase social y otros factores, hay una
fe que nos es común. En un principio similar descansa la
de la expresión común de la humanidad.
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TARCISIO NAVARRETE MONTES DE OCA
La ciudadanía no se cansa de exigir que el político
cumpla lo que promete, que el candidato que se postula a
un puesto de elección popular asuma el cargo para servir.
La política como servicio a la sociedad, para lograr un
país donde el Estado de Derecho salga fortalecido, basado
en el respeto a los derechos humanos, un país más apega-
do a la legalidad como expresión de justicia.
Lógicamente, cuando hay tantos intereses materiales
en juego es difícil; para algunos incluso es ingenuo hablar
de la pureza de intención del político, que debe buscar el
cargo y desde ahí gestionar el mayor bien posible para
el mayor número posible de personas. Éste es, por defi-
nición, el propósito ético de la política. Esto lo aprendí
desde muy joven y, sinceramente, todavía creo en su alto
valor. Un principio ético no pierde su validez por más que
la práctica lo niegue.
De lo bueno, más. Se trata de reforzar lo nuestro y
no de ir en contra del otro. Esas acciones positivas, esas
frases, declaraciones, programas e iniciativas hacia la
coincidencia, la cooperación y la reconciliación que, afor-
tunadamente, en la práctica política mexicana las hay y
suelen ser más frecuentes, imaginemos que las ponemos
“en una sola canasta”, con la debida participación de la
sociedad civil, para que veamos que también pesan, que
sirven y cuentan.
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LA DEMOCRACIA DE LAS COINCIDENCIAS
No sólo las faltas, las rupturas, las divisiones, en-
conos, son una carga pesada. También lo bueno y lo
positivo, pesa y cuenta en el ánimo del electorado. Y
con la ayuda de los medios, esto podría tener mejores
resultados. Creo que uno de los retos es no medir la rea-
lidad sólo por la negatividad y la violencia plasmada
en noticias, en detrimento del espacio que se concede a
las buenas acciones. También hay noticias buenas que
no deben quedar en las sombras. Actos de servicio y
entrega a la sociedad que también pesan, cuentan. De
lo bueno, más.
Anotaciones para una teoría
política de las coincidencias
Menciono enseguida algunos principios de filosofía así
como algunas propuestas encaminadas a acercar posiciones
distintas en las contiendas. Partiendo del sentido común
expresado en el dicho de que todos “vamos en el mismo
barco”, hay que idear e imaginar propuestas para que se
regenere al menos un poco la confianza en la política
y sobre todo crezca la confianza ante y entre las insti-
tuciones mexicanas. Más que propuestas estructurales,
son ideas puntuales para mejorar la contienda electoral
presidencial.

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