Por una cultura de reducción de costos

AutorDra. Sylvia Meljem Enríquez de Rivera
CargoDirectora del Centro de Vinculación e Investigación Contable/ITAM
Páginas61-61
61CON TADUR ÍA PÚBLICA
academia
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Dra. Sylvia Meljem Enríquez de Rivera
Directora del Centro de Vinculación e Inves tigación Contable/ITAM
smeljem@itam.mx
Hoy más que nunca las empres as deben buscar oport uni-
dades para reducir cos tos ya que la posibilidad de trans -
ferirlos al precio, en el ambiente de competencia globa l
al que nos enfrentamos , es casi, por no decirlo, práctica-
mente imposible.
En lo personal, siempre me ha impresionado la cultu ra
de costos de los japoneses, quienes piensan que el costo
es un efecto y que lo que debemos controla r son las cau-
sas de los mismos, ya que bajo est a óptica prácticamente
80% de los costos está incu rrido desde el d iseño, tanto
de la estruct ura empresarial y la logística como de las
políticas y procedimientos establecidos.
El esfuerzo impor tante en materia de reducción de cos-
tos que llevan a cab o los japoneses se realiza en la et apa
de planeación, pues es mejor t rabajar en la etapa de in-
vestigación y diseño para asegurarse que lo que vamos
hacer tiene grandes posibilidades de é xito que darse
cuenta, después de que lo hicimos, de que no resulta-
ba viable debido a su costo y margen de rentabilidad
deseado.
En este sentido, los mexica nos, generalmente, apagamos
incendios, justamente porque dedicamos poco tiempo
a la planeación, la ejecutamos demasiado rápido y esto
nos cuesta muy caro más adelante, pues parecer ía ser
que está en nuestro ADN ser impulsivos y pensar que
una buena idea es suf iciente para arriesgarse a l levarla a
cabo, sin detenerse a pens arlo un poco mejor.
Adicionalmente a una buena etapa de pla neación, los
japoneses buscan una cultura de reducción de costos y
mejora continua, por lo que los objetivos presupuesta-
les que establecen siempre serán gastar menos que el
año anterior, no como lo hacemos nosotros que toma-
mos el año anterior como referencia para agregarle la
inflac ión más un piquito por si la s dudas. Al respecto
debemos motivar a todos los que tr abajan en una orga-
nización a gast ar el dinero y los recursos como si f ueran
propios, entendiendo que el esfuer zo de lo ahorrado es
prácticamente igual al de lo gan ado, porque ¿qué caso
tiene vender mucho o ingresar mucho para no tener
cuidado y despilfarrarlo en lo que gastamos? Al fi nal
el objetivo de max imizar los resultados puede logra se
por la vía del aumento de los ingresos o bien, por la de
la reducción de los costos y gastos.
Y si todos los mexicanos t uviéramos una cultura de c ui-
dar los recursos que t iene nuestro país e hiciéramos un
esfuerzo sign ificativo por ahorra r costos, por mencion ar
solo algunos ejemplos, tirando y separando la basura
correct amente, regalando lo que no ut ilizamos o nos so-
bra a los que sí lo necesitan, o simplemente siendo más
generosos con nuestro tiempo, que es uno de los rec ursos
más importa ntes que tenemos.
Aprendamos de otras c ulturas, lo que hacemos como in-
dividuos repercute en l as organizaciones en las que tra-
bajamos y en el país en que v ivimos.

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