Cultura política y partidos políticos en México: ¿para qué sirve la propaganda partidista?

AutorEnrique Cuna Pérez
Páginas169-192
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Cultura política y partidos políticos en México:
¿para qué sirve la propaganda partidista?
Enrique Cuna Pérez
A MANERA DE INTRODUCCIÓN
Numerosos análisis sobre la transición a la democracia en México han
concluido que ésta ha estado sustentada principalmente en cambios desarro-
llados en el terreno electoral y en el sistema de partidos, reforzando el
papel de los partidos políticos como interlocutores, muchas veces únicos,
entre el sistema político y la ciudadanía. Y si bien la democracia no se ago-
ta en los procesos electorales, ni los partidos políticos poseen el monopolio
de la actividad democrática, en México se han convertido en protagonistas
importantes para desarrollar los lazos entre representación y participación
ciudadana.
El mismo diseño de la democracia instalado en el país supone a los
partidos políticos como instancias de mediación, organización y confronta-
ción insustituibles. Sin embargo, en México los partidos políticos –repre-
sentados por las tres fuerzas principales a saber: Partido Revolucionario
Institucional (PRI), Partido Acción Nacional (PAN) y Partido de la Revolución
Democrática (PRD)–, atraviesan por una severa crisis de credibilidad y con-
fianza ciudadana manifestada en una decreciente participación electoral y
en la escasa capacidad de convocatoria.
Pese a todas sus taras, los partidos mantienen el control de dos funcio-
nes políticas de crucial importancia: la postulación de candidatos a cargos
de elección popular y la formación y el sostenimiento de los gobiernos. Sin
embargo, entender a los partidos políticos como piezas centrales del proceso
democrático no es entenderlos como los únicos actores ni los más privile-
giados; su agotamiento o crisis de representación y mediación implica la
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Enrique Cuna Pérez
reflexión acerca de la refuncionalización de sus aspectos internos (democra-
cia, tolerancia) y externos (gestión, programas, administración correcta,
rendimiento de cuentas, capacidad de negociación y capacidad legislativa,
identidad ideológica, voluntad de compromiso, entre otras), y posibilita la
solución de múltiples desafíos de la consolidación democrática.
Estudiada por Francisco Reveles Vázquez, la crisis del sistema de par-
tidos en nuestro país se explica en buena medida porque los actores del
cambio político no eliminaron el antiguo régimen de partidos, de tal suerte
que conservaron algunos de los privilegios que antaño tenía un solo parti-
do. Las normas legales del sistema electoral convirtieron a los partidos
políticos mexicanos en profesionales electorales, fuertes oligarquías parti-
distas cuyo poder proviene del financiamiento público y del erario, además
de la elevada influencia de los medios masivos de comunicación en la po-
lítica, como causas más importantes de la trasformación partidista. Para el
autor, el financiamiento hizo más moderados y centralizados a los partidos,
alejándolos de la sociedad. La lógica electoral impregnó las actividades de
los partidos en su conjunto. El activismo y la capacidad de movilización
cedieron su lugar a la acción estrictamente electoral, fincada en el marke-
ting político y no en el activismo cotidiano y en los compromisos ideológi-
cos fuertes.1
No obstante esto, en este texto planteo que ante el notable descrédito
de los tres principales partidos políticos en México, aún siguen siendo ac-
tores importantes para la consolidación del sistema democrático, pues
ésta pasa por la evaluación de amplios sectores sociales y por la percep-
ción de los resultados efectivos de los actores del sistema democrático.
La convicción que existía algunos años atrás sobre la irreversibilidad del
proceso de consolidación democrática disminuyó no sólo por la creciente
incertidumbre económica del país (dadas las expectativas generadas con el
régimen democrático, ha sido inevitable que las frustraciones en la vida co-
tidiana de la sociedad en general sean trasladadas al régimen democrático),
sino también por el desempeño ineficaz de la política manifestada por la in-
capacidad de las instituciones para resolver problemas concretos y generar
la confianza debida que posibilite la reafirmación de la democracia como
ideal de régimen político y para desarrollar una cultura política ciudadana
1Francisco Reveles, Partidos políticos en México, apuntes teóricos, México, Gernika-UNAM,
2008, p. 179.

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