La cultura como identidad y la identidad como cultura
Autor | Gilberto Giménez |
Páginas | 35-59 |
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CAPÍTULO 1
LA CULTURA COMO IDENTIDAD Y LA IDENTIDAD COMO CULTURA
Gilberto Giménez
CULTURA E IDENTIDAD:UNA PAREJA CONCEPTUAL INDISOCIABLE
En este trabajo me propongo desarrollar la relación simbiótica que, en mi
opinión, existe entre cultura e identidad. Así formulado, el tema exige lógica-
podremos precisar sus relaciones recíprocas.
Ya adelanto desde ahora que, si bien defenderé la indisociabilidad concep-
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entre las mismas, porque vistas las cosas en el mediano o largo plazo, la identi-
Por último abordaré, a la luz de las grandes tesis previamente planteadas,
un tema más concreto que suele estar muy presente en los debates contempo-
ráneos sobre la cultura y que puede interesar particularmente a los promotores
culturales: el multiculturalismo.
Comenzaré planteando la tesis fundamental que me propongo sustentar: los
conceptos de cultura e identidad son conceptos estrechamente interrelaciona-
dos e indisociables en sociología y antropología. En efecto, nuestra identidad
sólo puede consistir en la apropiación distintiva de ciertos repertorios cultura-
les que se encuentran en nuestro entorno social, en nuestro grupo o en nuestra
sociedad. Lo cual resulta más claro todavía si se considera que la primera fun-
ción de la identidad es marcar fronteras entre un nosotros y los “otros”, y no se
ve de qué otra manera podríamos diferenciarnos de los demás si no es a través
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IDENTIDAD, CULTURA Y POLÍTICA
la identidad no es más que el lado subjetivo (o, mejor, intersubjetivo) de la
por los actores sociales en relación con otros actores.
Por consiguiente, para entender la identidad se requiere entender prime-
ro qué es cultura, y eso es lo que vamos a hacer a continuación.
BREVE INCURSIÓN EN EL TERRITORIO DE LA CULTURA
Como acabo de señalar, los conceptos de identidad y de cultura son in-
separables, por la sencilla razón de que el primero se construye a partir de
materiales culturales. No puedo desarrollar aquí, por supuesto, todo el pro-
ceso histórico de formación del concepto de cultura en las ciencias sociales.
Diré simplemente que hemos pasado de una concepción culturalista que
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portamiento”, a una concepción simbólica que a partir de Clifford Geertz,
consiguiente, Geertz restringe el concepto de cultura reduciéndolo al ám-
bito de los hechos simbólicos. Este autor sigue hablando de “pautas”, pero
todos modos constituyen una dimensión analítica de los comportamientos
(porque lo simbólico no constituye un mundo aparte, sino una dimensión
inherente a todas las prácticas). Vale la pena recordar el primer capítulo del
libro de Clifford Geertz1La interpretación de las culturas (1992), donde
dentro de la cual quedamos ineluctablemente atrapados.
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turales, sino sólo aquellos que son compartidos y relativamente duraderos,
ya sea a nivel individual, ya sea a nivel histórico, es decir, en términos gene-
racionales2
personal que para mí revisten una enorme importancia desde el punto de
vista individual e idiosincrásico, pero que mis lectores no comparten y tam-
modas intelectuales pasajeras y volátiles.
compartidos pueden revestir también una gran fuerza motivacional y emo-
tiva (como suele ocurrir en el campo religioso, por ejemplo). Además, fre-
cuentemente tienden a desbordar un contexto particular para difundirse a
1 Clifford Geertz, 1992. La interpretación de las culturas. Barcelona: Gedisa. p. 20
2 Claudia Strauss y Naomí Quin, 2001. A cognitive theory of cultural meaning. Cambridge. Cam-
bridge University Press. Pág. 89 y ss.
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