Cuarto principio. El pueblo ha decidido ser una república, representativa, democrática, federal y laica

AutorEnrique Uribe Arzate
Páginas33-34
33
Segunda parte. Decálogo constitucional
La democracia vista así, es la condición inmanente a la pervivencia de los seres
humanos socialmente organizados; la falta o las imperfecciones de la democracia,
tarde o temprano incidirán negativamente en estos indicadores del bienestar. No de-
cimos más; baste con invitar a nuestros compatriotas a pensar si nuestra democracia
debe anidar en algo más humano que los relevos de los gobernantes.
CUARTO PRINCIPIO
El pueblo ha decidido ser una república, representativa, democrática, federal
y laica
México tuvo virreyes y hasta emperadores, la libertad del pueblo mexicano no condice
con esta forma de organización. Cada pueblo es libre de elegir la forma de su gobierno,
todavía hay países que se gobiernan a través de monarquías parlamentarias, México no.
Nuestra historia es elocuente y hay múltiples pasajes que nuestra memoria fácilmente
puede recordar y en virtud de los cuales México optó por ser una república a diferencia
de las monarquías donde se conceden títulos nobiliarios y el poder se hereda por la sangre
—sin mérito alguno y a veces sin interés— y no por el talento o el esfuerzo.
También por esto se estableció el principio de la división de poderes para que el po-
der público no se convirtiera en patrimonio de unos cuantos hombres o de sus familias
o de sus abolengos o apellidos; en este sentido, la Constitución dice que periódicamente
se deben celebrar elecciones para reemplazar a quienes gobiernan, y además que esas
elecciones deben ser equitativas, limpias y justas. Por eso es tan importante un sistema
de partidos políticos que realmente representen las diferentes formas de pensar de los
mexicanos y un sistema electoral que sirva con limpieza y sin trampas al ejercicio del
derecho y la libertad para aspirar a desempeñar cargos públicos.
En este rubro, el pueblo mexicano también se decidió por el sistema federal que
estableció desde su fundación distintos espacios para el ejercicio del poder; así, el
ámbito federal que comúnmente llamamos la federación, los estados y los municipios
representan esos espacios para el ejercicio del poder público. En México no puede
haber poderes intermediarios entre estos que sirven de estructura al sistema federal.
A diferencia de lo que sucede en otros países, el nuestro que durante varios decenios
del siglo XIX vivió oscilando entre el centralismo y el federalismo, redactó en su
Constitución su decisión a favor del federalismo; nos toca a todos hacer que esto sea
la realidad cotidiana en cualquier espacio del país y especialmente en los municipios
que han vivido en la marginación y el olvido.
Finalmente, otra dura lección de la historia nos condujo a la denición de Mé-
xico como un Estado laico; aquí no puede haber discusión sobre el carácter pre-
dominante del poder del Estado sobre el poder de cualquier iglesia o religión; así,
con independencia de la libertad de cultos que la misma Constitución reconoce,

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR