Crisis y continuidad del muralismó en la segunda mitad del siglo XX

Páginas23-72
Capítulo
11
Crisis y continuidad del muralismo
en
la
segunda mitad del siglo
XX
A I comenzar la
sex
ta décoda del
sigla
XX
,
el
pcoceso
de
las
acles
plásticas
en
México
empezó
o tomar rumbos cuyo
novedad
habría
de
provocar
uno
de
los polémi-
cos más significativos
de
su
historio cultural.
Lo
denominado Escuelo
Mex
icano
de
Pintura representaba,
por
un
lodo, lo posibilidad
de
contin uar con uno práctico artístico
que
si
bien no
se
ceñía o
un
estilo único,
establecía condiciones
de
orden
ideológico
y estético
apegados
o uno tradición
de
p
or
lo menos
un
cuarto
de
siglo
Por
el otro, los
jóve
nes integrantes
de
lo llamado "generación
de
ruptura" pugnaban
por
uno produc-
ción
ar
stico radicalmente distinto, que reconocía en lo univer
sal
idad
, lo
pluralidad
, lo
subjetividad y e l compromiso con
el
arte mismo, a lgunos
de
l
os
pr
incipales valores
de
lo
creación artístico.
Al color del momento, el
debate
entre ambos posturas
llegó
o polarizarse y
simplificarse en planteamien t
os
toles como
arte
politizado
contra artepurismo, naciona-
l
is
tas contra internacionalistas
(y
,
po
r
ende
, colonizados), lo "cortina
de
nopal"
(en
ex-
presión
de
José
Luis
Cuevas) y l
os
"cómplices
de
!
as
vang uardias
del
desastre", pintores
realistas contra pintores abstractos, murolistas contra pintores
de
caba
ll
ete, etcétera. A
la distancio,
es
posible reconocer e n las posturas
asum
idos y en l
os
adjetivos vertidos
por
uno y otro
po
rte lo re
sp
u
es
to loca l o uno nuevo situación en lo culturo mundial,
pero
tamb
ién e nt
ende
r lo magnitud ton especial
que
tuvo dicho respuesto,
por
haberse
susc
it
ado
en el seno
de
uno tradición artístico cuyo prestigio o nivel nocional e interna-
cional no tenía precedentes.
Lo
s causas externos que
deben
considerarse al analizar el fenómeno
de
lo "rup-
tura" en las artes plásticos
me
xicanos
de
la segundo mitad del siglo, corresponden con
el proceso
de
lo m
ode
rnidad artístico
que
se
gestó desde lo posguerra en los pr inci
pa
-
les metrópolis del orbe.
Varios
hi
sto
riad
ores coi
nc
iden al
se
ñal
ar
que, o partir
de
1945, ocur
ri
eron l
os
siguientes hechos definitivos: el r
áp
ido en
ve
jecimiento
de
los
maestr
os
de
lo primero
mitad
del
siglo; el
debi
litamient o del surrea l
ismo;
el pujante crecimiento del
arte
abs-
tract
o y el consecuente surgimiento
de
diversos tende ncias figurativos
que
se
desarro-
23
24
PATRIMONIO
ARTISTICO
DE
LA
PRO
CU
RADURIA
GE
NERAL
DE
LA
REPUBLICA
liaron como contrapropuest
as
(a
veces asimilando las propias expresiones abstractas)
tanto
temáticas (privilegia
ndo
la representación
de
la figura humana) como políticas
O
tr
a causa externa de indud
ab
l
es
r
epe
r
cus
ion
es
para
la experiencia mexicana y lati -
noamericana en general,
fu
e la situación priv
il
egiada
que a
pa
r
ti
r
de
entonc
es
tu
vieron
Nueva
York
y otras ciuda d
es
de
l
os
Estados Unidos
de
Norteamérica como
fo
cos
de
pro-
ducción y promoción de
las
nuevas vanguardias artísti
cas
internacion
ales.
Los
ll
amados
"T
r
es
grandes"
de
l mura l
ismo
advirtieron esta nueva
si
tuación y , dos
de
ell
os,
Rivera y Siqueir
os,
no
lo la comba
ti
eron con
su
producción plástica, sino
también con
obra
t
ri
ca, siendo
es
te
un
aspecto en el q ue, como
se
ha visto, el se-
gun
do
destacó particu larment
e.
Entre las causas internas
más
sobresalientes,
se
encuentran: la lenta
pero
inexora -
ble
internacionalización
de
la vida económica y social
de
l país desde principios de los
años cuarenta
y,
como consecuenc ia
de
ello, la paulatina cosmopo litización
de
la
cu
ltura nacional (como t
amb
ién ocurrió e n toda América Latina); el aumento y la conso -
lidación
de
los grup
os
que
con
sti
tu
yeron l
as
capas medias
de
la sociedad y
su
identifi-
cac
ión con nuevos
pat
rones
cu
lturales. Igualmente
fu
eron importantes el desgaste y la
pérd
ida
de
l espacio histórico
de
la Escuela
Mexicana
de
Pintura ante
su
in
capac
id
ad
para
replantear propuestas, y e l afianzamiento
de
un
ecléctico
pe
ro co m
pacto
grupo
de
arti
stas
con
pe
rspectivas
más
af
ines al esquema
po
lítico-c
ul
tu
ral del país y del
mu
ndo
occiden ta
l.
Aunque el contexto histórico
de
l
os
años c
in
cuenta era propicio
para
l
os
intereses
de
l
os
jóvenes
de
la
ru
pt
ura
(así
lo hacían ver algunas señal
es
favorables e n el terre no
artístico, como e l encargo
of
icial hecho a Tamayo en 1
952
de
r
ealizar
un
mural en el
Pa
l
ac
io
de
las Bellas Arte
s,
hasta entonces reservado a l
os
"Tres
grandes"), al pr
in
cipio
éstos tuvieron
que
en
t
ablar
una lucho
denodada
contra la estrecha cultura oficia l
alia-
da
a la E
sc
uela
Mexicana
y contra e
ll
a
misma
p
ara
ganar
espacios públicos y privados.
In
cluso los
pr
op
i
os
artistas
tu
vie
ron
que fundar y mantener algunas
gale
as
en
donde
difundir
su
obra
de
caballete, como l
as
yo
h
is
ricas Pr
isse
,
Pro
t
eo
, Antonio
So
uza y
CRIS
I S Y
CON
T
IN
U
IDAD
D
El
MURAllSMO
EN
LA
SEGUNDA
MI
T
AD
DEL
SIGlO
XX
Juan
Martín,
especializadas en la
pr
omoción
de
vanguardias nacionales y extranjeras.
Con
t
odo
, en
1964
existían
alrededor
de
cuarenta galerías, y en ese mismo
año
se
abrió
el
Museo
de
Arte
Moderno
cuya arquitectura, significativamente, no estaba
planeada
para
albergar
murales.
La
polémica
que
tuvo lugar durante el decenio 1955-1965, ll
egó
a
su
cl
ímax en el
Salón
Esso
de
1965
y en la muestra colectiva
de
pintura titulada Confrontación 66.
En
esta última, el encuentro y desencuentro entre las dos posturas
provocó
un
fervor crítico
inusitado,
que
con seguridad rebasó todos los pronósticos. Comentó Raquel T
ibol
"
iOué
bueno
que
no
es
por
centavos!
...
Lo que ocurre
es
que la idea
de
confrontar tenden -
cias, personalidades y
calidad
, resultó mucho más estimulante
de
lo supuesto".
José
Luis
Cuevas, el más combativo y radical
de
los
jóvenes, rehu
só,
por
razones
de
estrategia, la invitación que le hicieron
para
participar y declaró: "
...
es
una confron-
tació n desequilibrada
..
.
Es
como
si
yo fuera miembro
de
un
comité e hiciera
que
Juan
García
Ponce (entonces integrante del jurado
),
como escritor,
se
confrontara,
para
demostrar que
es
mejor, con escritores como
Caridad
Bravo Adams o Félix l
Caignet"
Siqueiros y Tamayo
apadrinaron
cada
una
de
las
posturas encontradas. El prime-
ro (último sobreviviente
de
los
"T
r
es
grandes"), quien "no
hablaba
por
la herida",
po
r
que
no fue invitado a la Confrontación, llegó a acusar al comité
de
se
lección
de
complici-
dad
con la campaña
que
se
efectuaba desde Estados Unidos contra el muralismo
mexicano,
donde
estaba "la capital del abstraccionismo".
El
segundo
(el
eterno margi-
nado
por
l
os
"Tres
grandes"),
azuzó
los ímpetus del novel
grupo
, afirmando: "l
os
jóvenes
deben
participar
en Confrontación 66.
Este
es
su
tiempo. E
sta
es
su
lu
cha
...
deben
ser
más valientes. Expresar lo
que
piensan, creen, sienten ".
Entre
1952
y
1966
se
consolidan diversas tendencias que
se
distinguen claramen-
te del realismo imperante hasta la primera mitad del siglo. Surgen múltiples propuestas
neofigurativas
de
los pinceles
de
José
Luis
Cuevas, Francisco Toledo, Vlady, Ricardo
Martínez,
Alberto
Gironella,
Juan
Soriano, Francisco Corzas, Rafael
Coronel
y Roger
vo
n
Gunten
, entre otros.
En
esta línea
de
nuevos acercamientos a la figura
se
distingue,
25

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR