Crisis agrícola: ¿fin del ejido?

AutorHilario Barcelata Chávez
Páginas120-122
La Economía Mexicana. Crisis y reforma.
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Hilario Barcelata Chávez
120
que el escenario de expansión de la demanda es campo propicio para el incremento de
los precios. Precios que no pueden incrementarse más allá de cierto límite por muy
amplio que sea el incremento de la demanda. Ello significa que este incremento de la
demanda puede propiciar una reactivación económica , aunque en el corto plazo
podría propiciar un incremento de los precios. Incremento que de todos modos se está
dando sin que haya una expansión de las compras que realiza la población. La
demanda podrá cumplir esa función sólo si su expansión es mayor que el incremento
que pueda provocar en los precios. De otro modo el proceso inflacionario cancelaría
cualquier posibilidad de incremento de la demanda en el mediano plazo.
Habrá quien identifique el repunte inflacionario del mes de diciembre con la expansión
de la demanda propia de este mes. Pero no es posible negar que en buena parte la
inflación decembrina ha sido provocada por un incremento en los precios anterior a la
expansión de la demanda. Por lo que dicha expansión explica muy poco la de los
precios. De tal modo que en diciembre comprobamos que la ampliación de la demanda
no es tan inflacionaria como dicen que es. Y por el contrario si es muy deseable ya que
posibilita la reactivación económica. Que dicha expansión sea a través de incrementos
salariales importantes puede cuestionarse porque muchos identifican esto como un
elemento inflacionario. Pero si bien podría serlo, no cabe duda que llegado un
momento, aun con el incremento de precios la economía se encontraría nuevamente
en movimiento ascendente.
La fórmula de expansión de la demanda-reactivación económica con escenario de
posible inflación difiere profundamente por su contenido de la fórmula de estabilización
vía contracción de demanda-contracción económica que se ha aplicado en nuestro
país y que hasta el momento no termina por estabilizar los precios y si ha conducido a
la economía mexicana a una fuerte recesión. Sería deseable la aplicación de la primera
fórmula ahora que los hechos le dan la razón. Ahora que la segunda fórmula ha
mostrado su ineficacia y agotamiento. Sería deseable aunque en las actuales
circunstancias políticas no es posible. La venganza de los ortodoxos aún no termina y
están dispuestos a todo. Uno de los riesgos de mantenerse bajo esa línea (quizá el
más grave) es que puede ser que el monetarismo en México no muera de muerte
natural. Más que el acecho de la heterodoxia, lo que podría provocar tal situación es
que agote la paciencia del pueblo.
CRISIS AGRÍCOLA: ¿FIN DEL EJIDO? 1990
Los últimos años transcurridos han configurado en nuestro país, una etapa de amplio
deterioro productivo y de la calidad de vida en la agricultura. El fruto triste de estos
años ha sido una caída vertical de los volúmenes de producción y un empobrecimiento
generalizado de los campesinos.
En 1989 el sector agropecuario registró una caída del 1.1% en tanto que otros sectores
con mejor suerte tuvieron importantes incrementos. Ello se observa en el volumen de
producción de básicos que cayó de 23,188 toneladas en 1980 a 21,000 en 1989. Un
fuerte retroceso cuya gravedad se profundiza por el hecho de que la población nacional
creció anualmente en aproximadamente 2 millones de habitantes. Lo que ha conducido
a una crítica situación en donde la disponibilidad per cápita anual de productos
agrícolas básicos se sitúa en 384 kgs.; inferior en un 22.5 % a la de 1980 que era de
489 kgs. Lo que quiere decir, en otras palabras que nuestro país cuenta actualmente
con una cantidad de básicos inferior o casi igual a la de hace 10 años; tiempo en que la
población creció aproximadamente en 19 millones de personas.

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