Correspondencia de Don Simplicio (1846)

AutorGuillermo Prieto
Páginas57-60
México, julio 14 de 1846.
Querido Pepe:
Hemos tenido, chico, involuntariamente por mi parte, un in-
terregno de desdén, como si yo fuera preso de Tlaltelolco y tú
ministerio de Guerra: han pasado en este intervalo cosas de
cuenta, no porque se haya llevado ésta exactamente en cuan to
a empleados, sino porque han trascurrido sucesos gordos,
como el hombre gordo. Ya sabrás que volví a levantarme, aunque
nadie lo creía; pero se pensó también en que el partido bor-
bonista no alzaría cabeza desde el manifiesto del señor pre-
sidente, y pardiez, que pregunta en el Congreso, si está más
tieso que un redactor del Diario.
Los presos de Estado siguen en Santiago, convertido en el
limbo de los reaccionarios; algunos, eso sí, declarados libres,
con su centinela al canto, que es una verdadera curiosidad.
El licenciado Villamil y mi tío el coronel están en sus glorias;
uno esperando a Iturbide, que no quiere creer que ha muerto,
para que lo componga todo: el otro pidiendo justicia para ali-
vio de sus males. Tú dirás si no la llevan larga los angelitos.
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CORRESPONDENCIA
DE DON SIMPLICIO
(1846)
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