Cooperación internacional

AutorManuel Carrillo
Cargo del AutorLicenciado en ciencias políticas por la UNAM
Páginas84-107
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V. COOPERACIÓN INTERNACIONAL
MANUEL CARRILLO*
1. INTRODUCCIÓN
La cooperación internacional en materia electoral constituye un nuevo fe-
nómeno en las relaciones internacionales y en el proceso de democratiza-
ción de los países involucrados en el fortalecimiento de las instituciones y
las prácticas democráticas en el mundo. Este nuevo tipo de cooperación in-
ternacional que se ha desarrollado en el mundo a partir del último tercio
del siglo XX, y que continúa desplegándose en el siglo XXI, presenta carac-
terísticas muy particulares respecto a los esfuerzos de democratización que
se llevaron a cabo en el siglo XIX y después de la primera y la segunda Gue-
rra Mundial en el siglo XX. Este capítulo tiene como objeto el análisis de la
naturaleza distinta, así como de los componentes muy particulares en este
nuevo esfuerzo que la humanidad está realizando para conciliar libertad,
igualdad, equidad y justicia.
La cooperación internacional en materia electoral está centrada en el
aspecto de la democracia representativa que se refiere al acceso democrá-
tico al poder. En la década de 1970 inició el proceso de democratización,
aunado a la promoción del desarrollo humano, que promovió como nunca
antes la apertura de los sistemas políticos y la ampliación del régimen de
libertades.1A partir de entonces, la parte electoral de la democracia repre-
sentativa se sitúa como un campo de acción y de estudio específico, que ha
dado origen a prácticas, creación de instituciones, centros de investigación,
* Este artículo fue escrito con la colaboración de Isabel Morales, Carolina Varela y Lour-
des González.
1De 1973 a 2003 transitaron a la democracia 93 países; en la década de 1970 fueron 8 paí-
ses; en la de 1980, 23 países y de 1990 a 2003 fueron 62 países. Dicho de otra forma, en la dé-
cada de 1970 vivían en democracia 24.6% de los países en el mundo (Huntington, 1991), en la
de 1990, 45% (ibid.), y en los primeros años del siglo XXI, 63% (Freedom House, 2004) de los
países vive en democracia electoral, o, en su defecto, han tomado importantes medidas orien-
tadas a garantizar elecciones democráticas. De los 191 países miembros de las Naciones Uni-
das, en 140 de ellos se llevan a cabo elecciones democráticas con distintos rangos de calidad
(PNUD/ONU, 2002: 1).
tanques de pensamiento, asociaciones de expertos y movilización de la so-
ciedad civil, entre otros, para legitimar y mejorar las prácticas democráti-
cas en la organización para acceder al poder.
2. RESPUESTA DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL
El proceso de democratización en América Latina no fue producto de una
acción unilateral de los países involucrados ni de los organismos interna-
cionales interesados en dicho proceso. A semejanza de otras áreas de la
cooperación internacional, la que se ha dado en materia electoral ha sido
capaz de desarrollar instituciones, procedimientos, estrategias, modelos,
programas y centros de producción intelectual electoral que han tenido co-
mo propósito la cooperación y fortalecimiento de la comunidad internacio-
nal para apoyar el proceso de democratización.
Este proceso de creación de instituciones y mecanismos de coopera-
ción e intercambio para impulsar la organización de elecciones limpias y
transparentes se ha desarrollado en el ámbito global y sin precedentes, pe-
ro fue en América Latina donde se dieron los primeros pasos en esa direc-
ción. La Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA creó en 1980
el Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH) como una entidad
académica autónoma para desarrollar actividades relacionadas con la pro-
moción de los derechos humanos; posteriormente, con una visión más am-
plia de éstos, el IIDH creó en 1983 el Centro de Asesoría y Promoción Elec-
toral (Capel) con el propósito de proporcionar asesoría técnica electoral y
promoción de elecciones libres como parte del apoyo al desarrollo de los
derechos humanos.
Sobre esta base, Capel desempeño un papel clave en América Latina
para crear asociaciones de organismos electorales en Centroamérica (Pro-
tocolo de Tikal en 1985), en Sudamérica (Protocolo de Quito en 1989) y
en todo el continente americano (Unión Interamericana de Organismos
Electorales, Uniore en 1991). Mediante dichas asociaciones se promovie-
ron misiones de observación electoral y asistencia técnica que tenían como
objetivo básico la celebración de elecciones limpias y transparentes.
Por su parte, la Asamblea General de la Organización de los Estados
Americanos (OEA) creó en 1990 la Unidad para la Promoción de la Demo-
cracia, como una entidad de la Secretaría General, que estaría a cargo de
promover la democracia representativa en el área. Entre 1962 y 1990 la OEA
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