La construcción discursiva de identidades nacionales

AutorRudolf de Cillia - Martin Reisigl - Ruth Woddak
CargoUniversidad de Viena - Universidad de Viena - Universidad de Viena
Páginas153-191
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Andamios
La consTrucción discursiva de idenTidades nacionaLes1
Rudolf de Cillia, Martin Reisigl y Ruth Woddak
Universidad de Viena
Traducción del inglés:
Juan Carlos Cabrera Pons*
resumen. Los colectivos y comunidades construyen su pasado
para hacerse de una identidad nacional, con lo cual se confor-
ma una visión ego-, etno- y nacio-céntrica. Esto repercute en la
actualidad por el número creciente de acciones nacionalistas de
dis criminación en muchos estados europeos. Esto ocurre den-
tro de una creciente dinámica de movilidad geográfica, social,
política y familiar cuyas desigualdades sociales no pueden ya
des cri birse mediante categorías sociológicas comprensivas ni
por las “grandes” teorías. Con base en la crítica del concepto
de modernización reflexiva y tomando a Austria como ejemplo,
tratamos de ilustrar algunas de las estrategias lingüísticas más
prominentes empleadas en la construcción de naciones e iden-
tidades nacionales.
PaLabras cLave. Austria, identidad nacional, nación, naciones, co-
munidad, cultura, discurso, neutralidad, fronteras.
* Poeta, traductor y maestro en Estudios Culturales por la Universidad Autónoma de
Chiapas.
1 Este artículo resume los resultados de una investigación que se llevó a cabo durante dos
años, financiada por el Internationale Forschungszentrum Kulturwissenschaften (IFK)
de Viena. Rudi de Cillia, Klaus Hofstätter, Maria Kargl, Karin Liebhart y Martin Reisigl
fueron los investigadores de este proyecto dirigido por Ruth Wodak. Agradecemos a
Norman Fairclough y Richard Mitten por sus estimulantes y agudos comentarios a una
versión previa de este artículo.
Volumen 12, número 27, enero-abril, 2015, pp. 153-191
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Rudolf de Cillia, MaRtin Reisigl, Ruth Woddak
inTroducción2
Comenzamos este artículo citando dos ejemplares impresos que hemos
descubierto recientemente: The Xenophobe’s Guide to the Austrians (James,
1994) y The Xenophobe’s Guide to the English (Miall, 1993).
“Cuando un austriaco de la edad de piedra emergió de un glaciar en
Tirol —escribe James (1994: 11)— los italianos lo reclamaron como
suyo. Una comisión de eruditos estableció que quizá se encontraba ape-
nas uno o dos metros más allá de la frontera y un reportero de televisión
sugirió satíricamente que debíamos ‘nada más revisar su pasaporte’”.3 La
moraleja aquí es que incluso este hombre de hielo, aún tras varios años
de gélido confinamiento, está tan confundido sobre su identidad na-
cional como el resto de los austriacos. Por supuesto que este tira y afloja
na cionalista entre Austria e Italia, al que James se refiere irónicamente,
no nos dice nada acerca de la identidad de “Ötzi”, pues las preguntas
sobre la identificación nacional(ista) no comenzaron a surgir sino hasta
la era moderna, siglos después de su muerte. Con todo, los esfuerzos
tanto de Austria como de Italia por adornar su “pasado nacional” con
un descubrimiento arqueológico de relevancia histórica revelan una
estrategia nacionalizante típica que consiste en usurpar o tomar la pose-
sión de contingencias del pasado (descubrimientos casuales) mediante
una expansión mítica ex post facto transhistórica y al mismo tiempo de-
historizante (eternizante). Con una analogía tomada de la teoría de la
relatividad, Rudolf Burger (1996: 40) describe esta estrategia metafóri-
camente como una “dilatación nacionalista del tiempo”.
2 La traducción al inglés de este artículo, realizada por Angelika Hirsch, fue origi nalmente
publicada en 1999: Rudolf de Cillia, Martin Reisigl, and Ruth Wodak (1999), “The Dis-
cursive Construction of national identities”, Discourse & Society, vol 10 (2), pp. 149-173.
Si bien en su mayor parte traduzco de su versión, me he apoyado en el original alemán
para los fragmentos más confusos de las transcripciones de extractos de entrevistas y
discusiones de grupo que se utilizan como ejemplos. Excepto en el ejemplo 15, que por
su longitud se diferencia del resto, he dejado entre corchetes la transcripción original para
que pueda ser contrastada. (N. del T.)
3 Se trata de la momia de un hombre hallada en 1991 que debió vivir hacia el año 3300
a.C. Se le dio el nombre de Ötzi. (N. del T.)
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Andamios
La construcción discursiva de identidades nacionaLes
“Los ingleses” también parecen estar preocupados por su identidad
nacional. “Hasta donde saben los ingleses —escribe Miall (1993: 5)—,
los más grandes problemas de la vida pueden resumirse en una sola
palabra: extranjeros”. Continúa: “la visión que los ingleses tienen de los
extranjeros es muy sencilla: mientras más se aleje uno de la capital, hacia
cualquier dirección, más extranjeras se vuelven las personas” (1993: 6).
Es obvio que la visión ego-, etno- y nacio-céntrica descrita por Miall no
es tanto una particularidad de los ingleses como una característica de
patrones etnocentristas y nacionalistas de la percepción del otro.
Por supuesto que podríamos multiplicar casi al infinito estas y otras
opiniones anecdóticas más o menos serias acerca de la nacionalidad o
de las presuntas mentalidades de una nación. Pero, mientras que esto
podría resultar de algún modo entretenido, sabemos que las actitudes
nacionalistas y los estereotipos articulados en los discursos no sólo
acompañan sino que a la vez influyen en las decisiones políticas, y hoy
en día podemos distinguir con preocupación un número creciente de
acciones nacionalistas de discriminación en muchos estados europeos.
Cambios con grandes consecuencias en el paisaje político euro-
peo desde finales de la década de 1980 —como la transformación del
antiguo bloque del Este, la reunificación de Alemania, la expansión e
integración profunda de la Unión Europea (UE), así como los continuos
debates sobre migración e inclusión— han llamado nuevamente la aten-
ción al asunto de las identidades étnicas y nacionales. En los países de
la UE la propagación de una nueva identidad europea ha venido acom-
pañada de la emergencia o reemergencia de una serie de identidades
étnicas y nacionales en apariencia arcaicas, fragmentadas e inestables,
al tiempo que otras identidades nacionales y culturales que parecían
firmes y estables se han convertido en terreno de contiendas políticas
y se han visto reflejadas en el corazón de nuevos conflictos políticos.
Como lo exponía ya el Economist en un artículo de 1930 (citado por
el politólogo Ulrich Beck (1993: 99-100):
Desde una perspectiva económica, el mundo de hoy en día
actúa como una unidad común. Políticamente, el mundo
no sólo ha mantenido una distribución entre sesenta o
setenta naciones soberanas, sino que al mismo tiempo las

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