El conspirador Aviraneta

AutorAndrés Henestrosa
Páginas433-435
Mi mujer se fue de via je,
¿no la has visto por al lá?
–Hombre, yo no la conozco,
ni sé qué seña s tendrá.
Mi mujer es de ojos negros,
trigueñi ta, blanca no es,
en el puño de un a espada
Lleva un le trero francés.
Por las señas qu e tú das,
tu mujer muert a es,
la mataron en Col ima
Los rurales, de alti vez.
Ya con ésta me despido,
Por las cumbres de u n ciprés,
si no le tomaste asu nto,
Te la cantaré otra vez.
¿No es verdad que siempre quedan en los libros enseñanzas que pasan
inadvertidas en una primera lectura? Entre otras, descubrirlas, ha sido el en-
canto de este retorno a los libros de Higinio Vázquez Santa Ana.
11 de noviembre de 1956
El conspirador Aviraneta
La muerte de Pío Baroja ha devuelto a nuestra memoria el nombre de Eugenio
de Aviraneta, personaje de más de una de sus obras de aventuras. Pariente muy
cercano suyo, lo oyó nombrar a sus padres; con más frecuencia a su madre, de
quien el célebre conspirador era tío segundo. De policía, contrabandista, he-
reje, intrigante, no le bajan sus contemporáneos, aunque todos están prontos a
proclamar su talento natural, su inteligencia clara y amplia, su audacia. Hom-
bre a todas luces enredador, pero con la suficiente entereza para salir airoso de
AÑO 1956
ALACE NA DE MINUCI AS 433

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR