Conclusiones

AutorManuel Cabanas Veiga
Cargo del AutorDoctor en Derecho Constitucional con mención internacional por la Universidad de A Coruña, sobresaliente cum Laudem
Páginas187-191
187
CONCLUSIONES
Así, como hemos tenido ocasión de comprobar, la idea de federalización se ha
congurado, históricamente, unida a la idea de solidaridad territorial. Es la
fraternité revolucionaria la que acentuó esa necesidad ineludible para man-
tener la unidad del Estado. Por tanto, la forma más ecaz de mantener la unidad
de un gran Estado, como hemos visto, es llevando a cabo un sistema democrático
verdaderamente real. Y como hemos tenido ocasión de comprobar, ello se garantiza
a través de la constitucionalización y posterior aplicación del Estado social. La des-
centralización del Estado no genera mayores cuotas de representación en los terri-
torios federados, sino que ésta se hace aconsejable cuando los diferentes territorios
se encuentren afectados por circunstancias sociales, políticas, económicas y, espe-
cialmente, por razones culturales. En otras palabras: la descentralización no supone
una democracia mejor sino una mayor ecacia legislativa sectorial.
De este modo, cuando un Estado se rompe, su ruptura suele responder a una
carencia democrática del mismo, al no verse ninguno de los pueblos que lo con-
forman representados en él. Sin embargo, detrás de la disgregación de un Estado
se encuentran intereses contrapuestos de grupos centrales y locales de poder. Así,
cuando existe un equilibrio de poderes entre las oligarquías centrales y locales o, al
menos, una conveniente simbiosis para mantener el poder, un Estado en el que exis-
ten diversos territorios conviven con facilidad. Sin embargo, cuando ese equilibrio
comienza a desestabilizarse, la unidad se pone en peligro. Así, cuando la oligarquía
central ejerza un poder cada vez más hegemónico, el Estado tenderá hacia formas
centralizadas, mientras que, si son los poderes locales los que estén aumentando su
poder, el Estado se volverá más descentralizado. Y cuando no existe una verdadera
representación democrática y ninguna de las oligarquías de los mentados focos te-
rritoriales de poder se ponen de acuerdo en esa tendencia, comienza la ruptura del
Estado. Como la naturaleza del gobierno oligárquico es la búsqueda del bien priva-
do para los miembros de ésta en perjuicio del resto de la población, se trata de una
lucha por el reparto del botín.
Ahora bien, cuando son los ciudadanos, especialmente aquellos que carecen de
un poder fáctico, los que ejercen realmente el poder, convencidos de que son los
Estados extensos los únicos instrumentos que tienen los diferentes pueblos para
El federalismo social.indb 187 5/14/19 11:46 PM

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR