Conclusiones

AutorAndrés Reyes Rodríguez
Cargo del AutorUniversidad Autónoma de Aguascalientes
Páginas241-259
Conclusiones
La evaluación del dd tiene un lugar estratégico en la agenda política de
una gran cantidad de países. La calidad de la democracia es también un
tema pendiente y un reto del sistema político. Recientemente, esto último
fue conrmado por el coordinador residente de la onu en México, Magdy
Martínez Solimán, al poner en claro que el país tiene problemas de descon-
anza institucional y de representatividad.
El dirigente fue más especíco y sostuvo que hay claros indicios
de desencanto con la democracia mexicana; reconoció la injerencia del
crimen organizado en los procesos electorales y la necesidad de proteger
a los jueces para lograr la autonomía. En la misma lista de pendientes
admitió rezagos en la scalización, transparencia y rendición de cuentas
de los partidos políticos, tanto de los representantes del poder Ejecutivo
como del Legislativo.261
El estado de Aguascalientes no es ajeno a este diagnóstico. Después
de presentar reexiones, datos estadísticos y mediciones diversas sobre el
estado en que se encuentra la democracia local, queda claro que ésta se
inscribe en un plano que requiere acotaciones precisas, como la mirada
que se desprendió del ámbito histórico, de las innovaciones institucionales
y también de los patrones internacionalmente aceptados, e inclusive direc-
tamente de la percepción ciudadana.
El dinamismo democrático de las últimas décadas contrasta con la
evolución que tuvo el estado desde la primera mitad del siglo xix. El en-
sayo inicial de este trabajo pone en claro los limitados antecedentes histó-
ricos en la materia y revela un panorama que explica por qué en la actua-
lidad no se vive un desarrollo político pleno. Esto ocurre, simplemente,
porque no ha existido una tradición que haya acumulado actitudes, valores
y prácticas democráticas de forma continua y rutinaria.
Dicho en otros términos, no hay una historia democrática signicativa
en Aguascalientes salvo la de los años recientes y, por tanto, no es posible
esperar que existan procesos ágiles y amplios que se hayan constituido en
plataforma de demandas políticas densas. Este rezago proviene de la clase
política y también de la sociedad civil, y deja en claro por qué las deman-
das rmes de democracia electoral y más aún las relacionadas con la fuerza
legal, la transparencia y la rendición de cuentas tienen una historia tan
breve. La reducida experiencia histórica signica que los avances sobre
la calidad democrática tendrán que iniciar casi de cero y que la velocidad
del cambio dependerá de la aplicación de políticas públicas especícas.
Si la democracia en Aguascalientes se mide por la evolución reciente,
el diagnóstico es positivo. La muestra de este desarrollo empieza desde el
261 EstadeclaraciónlahizoelfuncionariodelaonuenelmarcodelVICongresoInterna-
cionaldeDerechoElectoralyDemocracia.El Universal,17deagostode2010.
242 Primer informe sobre la democracia en Aguascalientes
habla más elemental. Denitivamente, hoy se discute mucho más del tema
democrático que hace tres décadas y muchos más que hace cien años. En
poco tiempo se ha pasado del discurso aislado al frecuente y sistemático;
del discurso que era monopolio de políticos y miembros de partidos, a
una discusión abierta en la que intervienen cada vez más actores sociales
empezando por los medios de comunicación, los empresarios, la iglesia y
la comunidad académica, sólo por mencionar algunos ejemplos.
En unos cuantos años la democracia ha pasado de un discurso oca-
sional y secundario a un alegato de primer orden. La prueba es que no hay
partido político o representante popular que hoy no incluya en su discurso
la democracia como un valor indispensable. Este proceso se conrmó con
el incremento de las opiniones académicas que se describen en este traba-
jo, opiniones que además de crecer cuantitativamente han evolucionado
hacia explicaciones y análisis cada vez más especializados.
Si la democracia en Aguascalientes se evalúa a la luz de cambios
institucionales recientes, el panorama es todavía más consistente. Desde
hace casi cuatro décadas la ley electoral se ha reformado para avanzar en
la satisfacción de los actores políticos; hace menos de veinte años no ha-
bía leyes de transparencia ni de rendición de cuentas. También ha habido
cambios administrativos relevantes, formas innovadoras de acercamiento
con la sociedad, como el “Miércoles Ciudadano”; y modicaciones políti-
cas signicativas como la que se hizo a la ley orgánica del Congreso local
en 1995.
En los últimos quince años han surgido nuevas instituciones que tie-
nen relación directa o indirecta con la democracia. En este tiempo se crea-
ron el Instituto de Transparencia y el Instituto de la Mujer, y la Comisión
Estatal Electoral evolucionó hacia la gura del Consejo para, más ade-
lante, transformarse en Instituto Estatal Electoral. En ese trayecto la ley
de planeación y las normas de contraloría se modicaron para reducir la
discrecionalidad de la autoridad y hacer más ecaz el uso de los recursos
materiales y humanos.
También en los últimos años surgió la Comisión Estatal de Derechos
Humanos y una gran cantidad de organizaciones civiles y políticas que
acompañan el desempeño de los partidos. Denitivamente, hoy existe más
libertad de expresión, mayor cantidad de medios de comunicación y una
rapidísima ampliación de la discusión pública con tecnología nueva como
la telefonía celular y las redes sociales.
A lo anterior se puede agregar la aparición y desarrollo de institucio-
nes de educación superior que han incrementado y diversicado las pro-
fesiones reexivas y críticas. Ahora se multiplican de manera exponencial
los foros académicos y congresos en los que se han encontrado claros
avances sobre deliberación pública y especializada.
Este cambio es de tales dimensiones que no puede pasar inadvertido
en una evaluación sobre la democracia. Los datos duros muestran modi-
caciones y reformas que, sin duda, abonaron al desarrollo democrático
reciente, porque muchas de estas actividades se inscriben en esa direc-
ción. El cambio político es entonces real porque incluye muchas accio-
nes, mandatos y modicaciones institucionales que deben medirse en sus
consecuencias.
Los avances descritos en este informe muestran una gran cantidad
de transformaciones con orientación democrática, cambios legales e ins-
titucionales, cambios de partido en el poder y de referentes ideológicos
y, pese a todo, esta dinámica tan evidente y vital no ha coincidido con
un cambio de proyecto político; es decir, se encuentra lejos de una trans-
formación en el modo de hacer la política, de administrar los recursos
materiales y humanos y, sobre todo, de proyectar cambios signicativos

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