Conceptos generales

AutorCarlos Enrique Pacheco Coello
Páginas11-25
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La apertura de las naciones, en aras de un mundo global, que busca homogenizar los mercados de bienes o
servicios y, por añadidura, los financieros, tiene, según los críticos de este modelo económico, dos vertientes,
es decir: el enfoque globalifóbico y el globalifílico. En el primer enfoque, están quienes piensan que se va a
gestar un desequilibrio muy pronunciado tanto a nivel macro como micro, con el nacimiento de monopolios
globales, mayor desempleo, distanciamiento entre la brecha de ciudadanos ricos, crecimiento del número de
pobres y todas las implicaciones positivas y negativas de la mundialización.
Lo cierto es que, desde la óptica del sentido común, el país necesita una economía fuerte, sólida y con ob-
jetivos de largo plazo, lo cual implica desterrar la mentalidad derrotista del borrón y cuenta nueva sexenal,
pensando que con el cambio, “¡ahora sí!”, México va a emerger y estar entre los países del primer mundo con
solo los buenos deseos. Si queremos un país con menos problemas y competitivo es condición fundamental
que los actores de una nación vayan hacia un objetivo común y no a sentimientos individualistas (egoístas).
Por lo antes expuesto, para que un país crezca, las organizaciones, entre otros sectores que lo componen, des-
empeñan un papel importante por lo tanto, deben propiciar la creación de la cadena de valor, hacia dentro
y fuera de su contexto. Deben ser exitosas, por ejemplo, en:
a) El retorno de su inversión.
b) Buscar un sentido social.
c) Contribuir al cuidado del ambiente ecológico.
d) E l crecimiento de ella como de quienes laboran en ella.
e) La posición importante en su sector de actividad.
f) Utilidades razonables.
g) F lujos de caja, etcétera.
Para lograr lo anterior, es preciso administrar correctamente las organizaciones. Una de las vías para alcanzar
este objetivo, es por medio de una planeación y retroalimentación oportuna. A este proceso, algunos tratadis-
tas lo llaman: presupuesto, planeación y control de utilidades, control presupuestario, etcétera.
Es muy común, en gran número de organizaciones, que la planeación, si es que la llevan a efecto, se le
encomiende al Contador, gerente administrativo, contralor o cualquier otra persona con un cargo similar.
Este, con base en datos históricos, proyecta, mediante corridas de computadoras, las cifras que servirán
como referencia o guía a las operaciones de la organización. Esto es un error, debido al conformismo de
aceptar lo sucedido en el pasado y proyectar el futuro con todos sus vicios e ineficiencias. Otro inconve-
niente es que, en su elaboración, el Contador para cumplir con la encomienda de la dirección, utiliza con
frecuencia una herramienta muy socorrida por la profesión que es el modelo: Costo, Volumen y Utilidad
(CVU), con el que se trata de encontrar el punto de quiebre, crítico o de equilibrio, según quieran llamarle
los distintos teóricos del tema.
CONCEPTOS GENERALES
CAPÍTULO 1

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