Competitividad en la producción de jitomate en México
Autor | Raquel Salazar Moreno, Abraham Rojano Aguilar e Irineo López |
Páginas | 135-155 |
COMPET ITIV IDAD EN L A PROD UCCIÓN
DE JI TOMATE EN MÉXICO
Raquel Salazar Moreno*
Abraham Rojano Aguilar**
Irineo L ópez***
INTROD UCCIÓN
Existen países con poca tierra cultivable, como Holanda, Japón
e Israel, por mencionar sólo algunos, cuyos productores cuen-
tan con predios muy pequeños y con climas más desfavorables
que los que existen en México y sin embargo, su productividad
es muy elevada, permitiéndoles un alto nivel de ingresos. Ello
se debe en gran medida a que las organizaciones socioeconómi-
cas de estos países alientan la enseñanza, investigación, valida-
ción y uso de tecnologías de producción intensivas apropiadas a
sus condiciones climáticas y socioeconómicas, así como también
la inversión de fuertes capitales a fin de incrementar la produc-
tividad. En general en estos países el hombre de campo no es
visto como una persona de clase baja, sino como un empresario
importante.
* Centro de Investigación en Economía y Matemáticas Aplicadas (CIEM A),
Universidad Autónoma Chapin go. correo electrón ico: raquels60@hotm ail.com.
** Universidad Autónoma Chapingo, Estado de México.
*** Idem.
RAQUEL SALAZA R, ABRA HAM RO JANO E I RINEO L ÓPEZ
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La realidad es clara, el tipo de agricultura extensiva con-
vencional que se practica en México ya llegó al límite de sus
posibilidades; ya no hay tierra disponible para incrementar
la producción bajo esas formas de cultivo, y el rendimiento
por unidad de superficie aumenta muy poco cada año. La supe-
ración o atenuación de los problemas de producción agrícola
implican necesariamente y de manera principal el desarro-
llo de formas de cultivo diferentes a las practicadas, que in-
volucren técnicas eficaces para luchar contra las limitantes
impuestas por los recursos naturales y la problemática socioeconó-
mica del país.
Es necesario ver a la agricultura desde otra perspectiva,
incluyendo aspectos relacionados con los recursos físicos, ecoló-
gicos, económicos y sociales. Dentro de esta visión se pone de
relieve la imperiosa necesidad de desarrollar nuevas técnicas:
1) Apropiadas para predios o parcelas pequeñas y con cul-
tivos de alto valor en el mercado, pues ésta es la única manera
de derivar ingresos suficientes para el productor con pequeñas
superficies. 2) Basadas en el uso productivo y permanente de
mano de obra no calificada a fin de generar empleo bien remu-
nerado en el medio rural. 3) Que puedan llevarse a cabo incluso
donde las características del suelo y/o el agua impongan restric-
ciones para la agricultura convencional, a fin de poder extender
la superficie de cultivo a otras áreas. 4) Que permitan la pro-
ducción de cultivos todo el año y con mayor seguridad de llegar
a la cosecha a pesar de las bajas temperaturas o heladas, para
aumentar la productividad anual. 5) Que sean accesibles y eco-
nómicamente rentables para que puedan llevarse a la práctica
por los product ores.
En relación a lo anterior, la producción y comercialización de
hortalizas se ha convertido en el subsector más dinámico de la
agricultura mexicana. La superficie cosechada de este tipo de pro-
ductos se ha incrementado 2.13 por ciento como promedio anual
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