La coherencia entre la voluntad soberana y el ejercicio del poder: Una perspectiva mexicana

AutorJosé Luís Prado Maillard
CargoDoctor en Ciencia Política por la Universidad de París
Páginas1-33

Doctor en Ciencia Política por la Universidad de París 1 Panthéon-Sorbonne. Subdirector de Posgrado de la Facultad de Derecho y Criminología de la Universidad Autónoma de Nuevo León.

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El tema que se analiza pretende acercar al derecho con la Sociedad, desde una perspectiva democrática. Me parece de gran interés el tema, pues en ocasiones cada vez más seguido, parece que el derecho se aleja de la sociedad.

Primeramente conviene precisar nuestro concepto de voluntad soberana en el ejercicio del poder. La primera la traduce Jean-Jacques Rousseau en su obra "Del Contrato Social" y el artículo sexto de la Declaración Francesa de los Derecho del Hombre y del Ciudadano del 26 de agosto de 1789: "La Ley es la expresión de la voluntad general." Es decir, la elección que hagan los electores de las políticas públicas prometidas en campaña por los candidatos y los partidos políticos, misma que debe cumplirse por el gobierno democráticamente electo. Este es precisamente la obligación del poder: ejercer esta voluntad general que se manifestó en las urnas. Voluntad que no siempre es acatada por el poder, debido a una problemática institucional compleja. Veremos dentro de ésta lógica, como el sentido de la elección difícilmente se traduce en políticas públicas.

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I La elección de una política pública

Este tema debe ser considerado por el nuevo constitucionalismo mexicano, pues es de mayor importancia en un sistemas político que se pretenda democrático. Se trata del verdadero respeto a la voluntad general, principal supuesto de la democracia.

a) El sentido de la expresión soberana

Para saber en que medida se expresa el ciudadano debemos conocer los sistemas electorales, de cuyo diseño depende el mejor cumplimiento de la voluntad del elector. Esto implica tres factores que toda constitución moderna debe considerar, que son a saber: como se expresa el ciudadano; con cuantas opciones cuenta para elegir y de que tipo de sociedad se trata. Analicemos en seguida como el sufragio universal es un medio de expresión.

La expresión soberana

En toda democracia el poder se legitima por la voluntad general (la población o más precisamente el elector), expresada por el sufragio universal al momento de elegir las políticas públicas prometidas durante las campañas políticos. Sin embargo, en el contexto político actual, encontramos una incoherencia entre lo elegido por el elector y las políticas públicas aplicadas, a causa de un sistema multipartidista y de una cohabitación en el poder desde 1997 hasta la fecha, ocasionada por una diferencia entre la mayoría presidencial y la mayoría en el congreso (o la ausencia de mayoría de algún partido).

Ciertamente el diseño actual de legitimación del poder en México, no traduce la voluntad del poder soberano expresada en las elecciones, pues bien difícilmente se concretizan las políticas públicas prometidas en los procesos electorales por los partidos políticos. Esto se debe a que el diseño electoral vigente, mixto, impide que el gobierno pueda cumplir sus compromisos electorales, pues para que esto pueda suceder, requiere de una mayoría en el Congreso que sustente sus propuestas de políticas públicas. Por otra parte, si Page 3 dramatizamos un poco, el ciudadano ve afectadas su mandato confiado a sus representantes, del hecho que ninguna política publica ofrecida en las campañas políticas no se aplica en la manera en que ofreció el partido ganador, lo cual quiere decir que la democracia en México es hasta cierto punto de fachada. En este contexto, el ideal de los Lumières de que los individuos puedan desarrollarse en plena libertad, eligiendo su gobierno, se aplica parcialmente, pues se elige las personas y/o el partido, pero no las políticas públicas. En la democracia contemporánea esta expresión se realiza mediante el sufragio universal y tiene que ver su diseño con el tipo de sociedad, sea esta homogénea o heterogénea.

Al tipo de sociedad, hay que agregar la mundialización para que nuestras propuestas puedan ser de verdadera utilidad, pretensión sin duda ambiciosa. Hay que recordar que la democracia ha evolucionado desde los clásicos griegos, donde la democracia directa era posible por la organización del Estado- Ciudad. La manera en que el poder soberano participa en la toma de decisiones, ha forzosamente sido transformada, consecuencia de la evolución de la organización político social, transformándose de una Ciudad-Estado a Una Estado-Nación. Nace entonces la democracia representativa, ante la imposibilidad de que toda una población participe directamente en la toma de decisiones. En adelante el ciudadano delegará su poder a sus representantes, lo hará por el sufragio universal. El respeto de su voluntad dependerá del diseño en que se ejerza el sufragio universal.

Esto constituye un argumento más a favor, de por que debemos adaptar nuestro constitucionalismo a nuestro contexto. Pensamos verdaderamente que las instituciones mexicanas deben adaptarse a su realidad, nuestra realidad, misma que cuenta con dos factores importantes. El primero corresponde al mejor cumplimiento de la voluntad general en el ejercicio del poder, mediante un buen diseño electoral, que permita crear una mayoría, necesaria para gobernar; el segundo, corresponde a la nueva lógica de la globalización, a la Page 4 cual el o los Estados deben adaptarse replanteando sus conceptos de soberanía, una evolución que va de una ciudad estado a un estado nación y actualmente a un estado regionalizado y globalizado. Un gran reto sin duda.

En buena lógica, si el objetivo de todo proceso de elección es votar una opción de políticas públicas, los gobernantes deben cumplir esta elección; de lo contrario, no tendría sentido el proceso electoral, si esas políticas no son cumplidas por el poder en su ejercicio. Habría que preguntarnos si este es el caso actualmente en México. Para responder, observemos si las políticas públicas que propone el ejecutivo al congreso y las que aprueban los legisladores coinciden con las promesas electorales votadas por el ciudadano utilizando su medio de expresión, que es el sufragio universa. Es evidente que las políticas que se aplican son bien distintas a las prometidas por los partidos políticos y sus candidatos durante sus campañas. Hay que precisar al respecto que el gobernante y los legisladores tienen dificultad para cumplirle efectivamente a su electorado, pues el diseño constitucional y electoral en vigor no facilita la toma de decisiones como lo quisiera el elector. ¿Dificultad moral o institucional? Posiblemente las dos, pero ocupémonos de la segunda.

Expliquémonos. Por una parte la Constitución de 1917 adopta el modelo presidencial norteamericano y señala además que el régimen que esta establece es democrático, señalando que el ciudadano elige su gobierno y por corolario las políticas que desee que aplique el gobierno, bajo el control del legislativo. Empero, no tiene en cuenta del pluralismo actual de competición - bien distinto del que conoció a principios del siglo XX, lo cual relativiza la expresión soberana. Para que en nuestros días sea respetada esta voluntad expresada en las urnas, se requiere de una mayoría estable en ambas cámaras del Congreso de la Unión1 que coincida con la mayoría presidencial; de otra manera, difícilmente el elector encontrará una certitud de las políticas públicas, Page 5 por las que ingenuamente votó, pensando que devendrían realidad en el contexto actual.

Ante el estado patológico de la incipiente democracia mexicana que afecta la expresión soberana, dos cirugías son prescritas. La cirugía menor, la reforma electoral, construyendo una mayoría uniforme, ya sea de un partido o de una alianza. La cirugía mayor, el nuevo constitucionalismo, donde en coherencia con la primera, se cree una consistencia en la mayoría electa, durante el ejercicio constitucional del poder. Es decir, que no basta que se cree una mayoría por la vía electoral, sino que conviene procurar que los partidos cumplan sus compromisos desde el gobierno y desde el congreso, para lo cual debe incluirse en la constitución la responsabilidad política del gobierno, al mismo tiempo que se obligue a los legisladores -hasta donde sea posiblemantener sus posiciones una vez electos legisladores. Para ello debe considerarse en el caso de las alianzas que deben estas mantenerse durante la legislatura. De esta manera el elector verá mas certitud en la elección por la cual votó.

La pluralidad, expresión con orden

No basta que exista una pluralidad en una democracia; hay que organizar esta para garantizar la correcta expresión del poder soberano, orden tan necesario para un mejor desarrollo de cualquier individuo. El orden aludido se refiere al de las instituciones políticas: partidos políticos, gobierno y congreso.

Al respecto, es de gran interés la problemática que se presenta en México, donde el camino hacia la democracia ha sido beneficiado por la contribución de los partidos políticos; sin embargo, estos no han sabido democratizar sus procedimientos de selección de candidatos y dirigentes, originando conflictos en sus senos. ¿Cómo van a contribuir coherentemente con el objetivo que le señala la Constitución, si estos no garantizan procedimientos democráticos en Page 6 su interior? Por otra parte, esta pluralidad debe estar bien representada, pues de lo contrario la representación social no será correctamente expresada en las instituciones políticas que crea la...

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