El Código Electoral del Distrito Federal: ¿Legislación a la medida?

AutorRosa María Mirón Lince
Páginas259-308
El
Código
Electoral
del
Distrito
Federal:
¿
legis
lación
a
la
medida?
Rosa
María
Mirón
Lince*
Con
las
leyes
pasa
como con
las
salchichas,
es
mejor
no
ver
cómo se hacen.
BISMARCK
INTRODUCCIÓN
La
transición
mexicana
a
la
democracia
ha
sido
electoral,
una
"transición
votada"!
sin
golpes
maestros
ni
sucesos
espectaculares;
pero
profunda
en
el
avance
y
conquista
de
condiciones
de
competencia
mejores
y
más
transparentes.
Su
carácter
pausado,
sinuoso
y
hasta
vacilante
en
ocasio-
nes,
no
debe
demeritar
la
autenticidad
de
los
pasos
que
esta
transición
ha
conseguido
dar.
Una
transición
así,
construida
con
prudencia
y
pacien-
cia,
hizo
posible
acumular
una
serie
sostenida
de
logros
para
conseguir
lo
que
en
otro
tiempo
parecía
imposible:
transitar
de
una
hegemonía
en
donde
las
elecciones
eran
instrumentos
al servicio
del
autoritarismo,
a
un
marco
ins-
titucional
de
comicios
imparciales
yconfiables.
Entre
1946
y1996 el
régimen
mexicano
conoció la
mutación
del
poder
"Politóloga. Profesora de
carrera
de la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales de la
UNAM.
Agradezco aIgnacio
Sam
Figueroa, Javier Felipe Her-
nández
Sánchez y
Fernando
Dávila Miranda su apoyo en la elaboración de
este
texto.
'Mauricio Merino, La tmnsición votada. Crítica a la interpretación del
cambio político en México, México, FCE, 2003.
259
260
ROSA
,',,\ARiA
MIRÓN LINCE
centralizado
en
un
orden
político
donde
las
reglas
e
institu-
ciones
electorales
se
manifiestan
como
herramientas
esen-
ciales
en
la
superación
del
régimen
previo.
En
un
proceso
que
inició
en
1977, Yse
prolongó
a lo
largo de
sucesivas
reformas
a la legislación federal,
las
re-
glas
formales
del
juego
político
conquistaron
su
propia
función
y
trascendencia.
Las
reformas
electorales
resolvie-
ron
diversos
aspectos
que
quitaban
legitimidad
al
sistema
político
mexicano
al
encomendar
a
autoridades
electorales
autónomas,
imparciales
y
profesionales
la
organización
y
calificación de los comicios. Así, los
procesos
electorales
se
fueron
transformando
en
una
vía
privilegiada
de
acción
social y
ciudadana
que
empezó
a
dar
cuerpo
al
descontento;
a
expresar
cierta
pluralidad
ya
esbozar
proyectos
alternati-
vos
al
gubernamental.
Sin
embargo, el
rumbo
que
anivel nacional
ha
mostrado
claras
ventajas
en
el
avance
democrático,
no
siempre
tuvo
eco
en
el horizonte estatal. A
pesar
de los
avances
en
el ám-
bito
federal,
en
algunas
entidades
federativas
siguieron
pre-
sentándose
inercias
autoritarias
que
se
manifiestan
a
través
de
intentos
de
controlo
injerencia
en
las
instituciones
elec-
torales.
En
efecto, la
construcción
de la
normatividad
electo-
rallocal
siguió
patrones
muy
diversos, de
ahí
precisamente
la
utilidad
de
una
evaluación
particular
de lo
sucedido
en
esta
materia
en
las
distintas
entidades
federativas.é
En
este
texto
abordaré
el
caso
particular
del
Distrito
Federal.
Me
propongo
hacer
un
seguimiento
de
las
refor-
mas
al Código
Electoral
local
destacando,
por
sus
caracte-
rísticas,
las
dos
más
recientes.
El Código
Electoral
del
Distrito
Federal
(CEDF),
aproba-
do
en
1999,
ha
tenido
en
su
corta
vida
una
historia
verdade-
ramente
accidentada.
De
entonces,
a
finales
de
2005,
es
decir,
en
siete
años,
ha
sido
objeto de
seis
reformas:
las
dos
2Para
un
análisis
de
las
legislaciones
electorales
locales
anteriores
a 1996,
véase
José
Antonio
Crespo, Votar en losestados. Análisis comparado de las legis-
laciones electorales estatales en México, México,
Miguel
Ángel
Porrúa,
1996.
ELCÓDICO
ELECTORAL
DEL DISTRITO
FEDERAL
26
l
primeras
en
septiembre
y
octubre
del
mismo
1999;
una
más
en
enero
de 2001;
las
dos
siguientes
en
mayo
y
diciembre
de
2003; y la
más
reciente
-que
seguramente
no la
última-
ape-
nas
en
octubre
de
2005.
Variaciones
que
fueron,
en
los
primeros
años,
producto
de
ajustes
derivados
de
su
adecuación
a
alguna
normati-
vidad
superior;
después,
resultado
de
la
aplicación
empí-
rica
de
la
norma.
Las
dos
reformas
más
recientes
parecen
constituir,
por
el
contrario,
intentos
de
adecuar
la legisla-
ción
vigente
a
los
intereses
coyunturales
de
la
fracción
legislativa
dominante
y
del
gobierno
de
la
ciudad.
Destaco
en
este
recorrido
cronológico
dos
asuntos
noda-
les
del
proceso de consolidación
democrática
que
vive
nues-
tra
ciudad:
por
un
lado, los cambios
que
afectan
las condicio-
nes
de
la
contienda electoral y, por otro, aquellos
que
impactan
el
desempeño
de
la autoridad electoral,
en
particular los rela-
cionados
con
su
autonomía.
Para
ello,
rescato
los
cuatro
ámbitos
de
autonomía
de
las
instituciones
electorales
propuestos
por
Cárdenas,
Pé-
rez
yCarbonell:
1. la
autonomía
política,
que
se refiere,
por
un
lado, a la
calidad
que
tiene
el
órgano
electoral de
ejercer
su
función
en
forma
independiente,
sin
sujeción
a
otro
órgano, y
por
el otro, a
que
la
normatividad
le
otorgue
el
carácter
de
máxima
autoridad
en
la
materia;
2. la
autonomía
financiera,
que
garantiza
la
independencia
eco-
nómica
del
órgano,
manifiesta,
por
lo
menos,
mediante
la
aprobación de su
presupuesto
yla
distribución
del mismo;
3. la
autonomía
jurídica,
que
implica
la
capacidad
del
órgano
electoral
para
autodeterminarse
reglamentariamente,
y
4. la
autonomía
administrativa,
esto
es, la facultad del
órgano
electoral de establecer los
parámetros
de su organización in-
terna
yde decidir
sobre
sus
recursos materiales y
humanos.'
3Jaime
Cárdenas
Gracia, Carlos
Pérez
y
Miguel
Carbonell,
ponencia
pre-
sentada
en el Tercer
Congreso
Internacional
de
Derecho
Electoral,
Cancún,
México, 22-25 de
marzo
de 199B.

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