El Código Civil de 1928

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la igualdad de los
individuos frente a
la ley, que después
de 1930 adquirió
ropajes socialistas
basados en la idea
de que es absurdo
suponer obliga-
ciones y res-
ponsabilidades
iguales a quienes
la naturaleza o
el medio social
no han tratado
equitativamente.
Esta contradic-
ción, en el cen-
tro del Código
Civil, nunca ha
terminado de
encajar y permanece hasta
nuestros días.
Así, el libro reseñado
narra, incluso, las divertidas
mutaciones en el código. Por
ejemplo, aquellas que ocu-
rrieron, para bien, después
de la celebración del Año
Internacional de la Mujer en
1975, cuando aquél adoptó
una visión progresista que
regresaba a sus orígenes
sobre la igualdad de dere-
chos y responsabilidades,
consagrando una visión
crecientemente moderna de
las relaciones matrimoniales,
las cuales evolucionaron, por
ejemplo, desde 1954, cuando
se incorporó la posibilidad
de que cualquiera de los
cónyuges pudiera oponerse
a que el otro ejerciera cierto
c aa a  c
más dinámica, libre y equi-
tativa que hoy se tiene del
matrimonio en materia de re-
conocimiento, espaciamiento
y adopción de los hijos,
pasando por las obligaciones
de contribuir al sostenimien-
to del hogar, así como la
libertad de casarse con quien
uno decida, a pesar de sus vi-
cios, sus taras y sus defectos.
De forma realista también la
visión idílica del matrimonio
despareció como un ideal de
la ley.
Adame propone un
interesante ejercicio de
aplicar la llamada Ley de
Zipf al Código Civil de 1928.
George Kingsley Zipf fue
un lingüista estadouniden-
LIBROS
76 El Mundo del Abogado
Ángel Gilberto Adame
tiene la virtud de ser un
abogado polifacético y con
varias dimensiones en lo
personal y en lo profesio-
nal. Es un abogado raro
que, además de ser de los
buenos, es un historiador
honoris causa  aca-
do de los archivos perdidos
y de las narrativas que
existen detrás de las cosas.
Además de ser académico
de la Universidad Nacional
Autónoma de México, se
posiciona dentro de las
humanidades como un
profundo conocedor y pro-
motor de la vida y la obra
de Octavio Paz y como
fotógrafo consumado. Su
vida está llena de pasiones,
las cuales lo han llevado
a meterse en diversos
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eeác E 
de ellos es la obra que hoy
llega a nuestras manos: El
Código Civil de 1928.
Por lo general, el rigor
jurídico es una virtud —en
muchas ocasiones casi la
única— de los notarios.
Adame López, siéndolo, no
se conforma sólo con eso
y ejerce de curioso mirón
de las razones que existen
detrás de las cosas. En este
libro ofrece algo particular:
el contexto social y político
en el que se desarrolla la
pieza legislativa que está
más cerca de la cotidiani-
dad de las personas y que
regula lo más preciado que
tenemos en la vida, esto es,
las relaciones familiares,
además de nuestros bienes,
nuestras obligaciones y
la disposición de nuestro
patrimonio una vez que nos
hemos ido.
En las escuelas de
Derecho se habla poco
de contexto y de motivos;
aprendemos principios,
correlaciones, doctrinas,
teorías. Esta obra es una
oportunidad para entender
la historia más amplia de
las normas que nos rigen
en lo más íntimo, para com-
prender cómo la sociedad
ha ido evolucionando y
cómo su cambio perpetuo
a eeáde e ee
tan complejas y tan con-
tradictorias como nuestro
cuerpo social, y cómo éstas
nunca son, además, ajenas
a la política.
Quizá el aspecto más
fascinante del cuerpo nor-
mativo estudiado por Ada-
me sea su transmutación
de un ordenamiento de ca-
rácter liberal, que viene de
la tradición napoleónica, a
un instrumento de justicia
social durante el cardenis-
mo y los años subsiguien-
tes. El Código Civil surgió
como un cuerpo normativo
liberal basado en la idea de
El Código Civil de 1928
Ángel Gilberto Adame López, Tirant Lo Blanch, México, 2019

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