Capítulo XVI

AutorRafael Estrada Michel
Páginas292-313
Capítulo XVI
La Embajada de los Estados Un idos
El terror a Ge novevo de la O
Los correspo nsales de la prensa extra njera
El secretar io de Estado de Cuba consulta al m inistro en México sobr e el envío del crucero
Cuba a Veracruz y se ala rma de no recibir contestación
Antecedentes del proyecto
Se resuelve que za rpe el buque, para el golfo, si n esperar respuesta
Nota al min istro Lascurái n participándole la in iciativa del gobierno cubano
Entrevis ta con el embajador Wilson
Los buenos oficios del m inistro de España
Félix Díaz renue nte a ningún acuerdo huma nitario
Nota sobre el cruce ro Cuba al decano del Cuerpo D iplomático
Respuesta de Mr. Wil son
El gobierno de Madero pr otesta de que los soldados cubanos pret endan desembarcar
Opinión del emb ajador
Mi respuesta a la pr otesta del gobierno mexicano.
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I
Mr. Wilson ha dicho, después, que “la Embajada se convirtió en el
centro de todas las actividades en favor de la humanidad”;123 pero,
honradamente, a mi entender entonces y, más tarde, con el testimo-
nio del ministro de España señor Cólogan, y las numerosas pruebas
que el tiempo ha venido acumulando, la Embajada fue, y no otra
cosa, el centro de una verdadera conjura en contra del gobierno, y
su política, desde antes de la sublevación, y sobre todo ahora, la
política de las noticias falsas y del falso alarmismo a que son tan
dados los criollos y a la cual rindió magnífico tributo el desaforado
embajador. Una de las obsesiones de Mr. Wilson, y la que más im-
presionaba a sus colegas, era la proximidad y la inminencia del sa-
queo por las turbas; y aunque no viese nadie síntomas que fortale-
cieran su temor, algunos ministros llegaron, patológicamente, al
pánico. Un representante europeo me avisó, cierto día, que se ini-
ciaba en una calle de la colonia Juárez el frenético desmán; por la
tarde, me propuso un convenio ofensivo y defensivo entre su lega-
ción y la casa que ocupaba mi familia, y le causó, primero, extrañeza y,
al cabo, asombro que yo no tuviese media docena de tercerolas, cuan-
do menos, para mi trinchera doméstica; en frente de las hordas
123De una conferencia del exembajador publicada en The Springfields Republican, repro-
ducida, el 17 de abril de 1914, por el Diario Oficial de México y mencionada por el ministro de
España, señor Cólogan, en su escrito Por la verdad, op. cit.

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