Capítulo 1

Páginas57-70
-
10)-
y Suecia
U).
~ll. R
epeFt
ori@s
no son apreciables para tra-
bajos científicos,
siJ\lO
á l,0. mas
paGa
e1
uso
cotidiano
(2).
VHI.
1::olecciones
de
o.
p.ús:culos
y disertaciones
so
.br e
el
de-
recho
ca
,nónico,
(3).
IX
. P,
erió.d~cés.
Aprovech
an para man-.
tener viva
la
aücion,
á la ciencia c0n la
ráipi
_
da
co
municaciou
ele
las opiniones
(-¾
).
1
LJBRO
PRU{E'i\O. ·
P R
IN
C I
PI
OS
GEN
E
RAL
E S.
CAPÍTULO
PRTME
RO
. .
BASES DE LA IGLESIA CATÓLICA.
~
S.
-l. Fundacion d•e la
Igl
esia.
A)
Jesucristo.
Cuando
llegó
el
ti
empo en que
seg
un
las
divinas
prome~
sas
debia el
caido
nero humano
ten
er un r edentor y una
n
ue
va
revelacion, apareció
.Te
s
us
en
Galilea
y
Ju
dea; anun-
ció
al
pueblo
la
proximidad
de
la
grande época
(5)
; y
escog
d_e entre
los
creyentes
sus
doce
mas
allegados discípulos
(6),
que con setenta
mas
(7),
enrique<:>
todos
con
dones
so-
brehumanos,
sa
li
esen
á revelar
al
munqo
la
venida del reino
de
Dios.
Conversando
con
su
s
di
sc
ípu\os
les
dió á conocer
su
mision
de
Cristo, hijo
de
Dio
s (8), estableciendo esta
!1
) L .
G.
Rabenius Larobok i Swenska
Kyrko-Lagfarenh
eten.
Orebro
i7'37, 8 . etc.
(2
1 L.
Pe
rraris
,
promrta
bibliotheca canonica in
novem
ton¡os
distri-
bu
t~
, nov. edit. Rom
ai
t7
lll
,-9o.
IX. vol.
4.,
Recue
il
de
juris
p
rud
enc
(l
ca
nonique
par Guy (\u Rousse
au
de la
<:>
ompe.
Paris
1748-4755-1771._
fol. etc.
13
)
Tractatus
ex
va
.riis
juris
interpr
elibus collecti , Lugd. 4549; XVIII.
vol. fol.
J.
1'
h.
de
Rocabe
rti
fübliotheca mai,:ima pontificia. Romai 1695.
XXl
vol. fo l. etc. · '
·
(41
Annalen
des I,atho
lisehen,
prot
estan.tischen
und
jüdis
chen
Kir-
t~\'rechts
herausgege
ben
von
ij.
L.
Lipper¡
. I?rankf. post
er
ior 4 1831.
(51
!Hatth. IV. 17. 23.
/6) Joan n. l. 35-51., !Uatth. IV.
iS-
22.
X.
l-/¡2,
Jl1arc. I.
rn-20
. VI.
7-13-
.,
Lu
c.
IX. l-6. · · '
(7) Luc.
X.
l-21
.
(~)
Matth. XVI. rn-20. 1\1arc. VIII.
2i-30.
Luc.
IX.18-2L
-
11-
creencia
como
bas.e
de
la
Igl
es
ia
comun visible que fundaba
en ellos ( 1), y
cuyo
poder
se
estenderia al invisible reino
de los
cie
los
(2).
La
víspera de su Pasiou que tantas
veces
había pronosticado, cenando
co
n sus discípulos bendijo el
pan y
el
vin0, reparti éndoseles como su propio cuerpo y
sa
n-
gre y-mandándoles que en memoria
suya
ce
lebrasen este
mis
-
ter
io
(
3).
Duran
te
cuarenta días desde su resurreccion volvió
á darse á conocer
de
lo
s suyos; descubriendo n
lo
s once dis- .
cipulos que
se
le h
ab
i
a.
n conservado lleles su vocacion s
u-
hlii:ne
(
/4),
y confiriéndoles con la facnltad '
de
perdonar los
pecados
15),
la
so
lemne mision de ahrir para todos
los
pue-
hlos el reino
de
l
as
beatitudes
(6).
Dejólos en
fin
prometi
én
-
doles
la
ven
ida .
del
Espíri!u Snnto
(7)
y su asistencia basta
la consumacion
de
l
os
_
sig
l
os
(8)
.
~
9. -
B)
Apóstoles d Iglesias
qu
fundaron.
Con
la eleccion
de
l\1
at:fos
habían completado los apósto-
les
su primili
vo
número
(H),
y la venida del Espíritu Santo
sobre sus cabezas
en
forma visible el d ia de Pentecostés ba-
bia
sellaLlo
su
divina mision ( 1
O),
cuando comen zaron á cum-
pl
irla entre l
os
judíos reunidos enJerusalen
(H
), y crearon
en
aquella nueva sociedad
el
oficio especial
de
s
oc
or
rerá
los
pobres y administrar
los
bienes, librándose así de
cu
idados
que l
es
embar3zasen
en
el
ejercic
io
.
de
l minister io
de
la di-
vina palabra. Siete diáconos fueron
los
elegidos que .con la
oracion y la imposicion
de
l
as
manos quedaron con el
ca-
rácter
de
su cargo
12).
Los
ancianos(-1
3)
, consejeros y
ce
la-
dores á la vez, tenían por jefe á Santiago, quien con e?te
l)bjeto
se
babia quedado
en
Jerusalen al dispersarse sus com-
(l)
Mallh.
XVI.
18. .
(2) llfallh. XVI. 19. XVIII 17.
rn.
(3) Mallh.
XXVI.
20-29. Marc. XIV. 22,26 . Lu.c. XX!I. H-~O.
(4
) Lnc. XXIV. 46-1,S Acl. L
8,
(5)
Joann.
XX. 21-23.
(6) Mallh. XXVIII. 16-20. ~!are. XVI.
l4-'-8
. .
(7)
Joann.
XIV. 16-26. _XV. 26. XVI,
rn.
Luc. XXIV.
49.
Acl. I.
4-8.
(Sj
i\Iallh. XXVIII.
20.
(9
Act.
I.
15-26 .
(
10l
Act
11.
1-4.
(11
Act.
II.
¡;
.1,1
.
(12) Act.
VI.
1-6.
(13) IIpecr(;ú-:-,p,¡,, AcL
XI.
30. XV.
:l
.
4.
6.
22
.
23.
XVI.
4.
-12
-
paricros 1 ). Por·esta
norma
organizaron las sociedad,
es
de
fu
era de Palestina, no
so
lo lo
s apóstoles, sino tambien todos
los
compaí"
ieros
de
sus tareas, poniendo al frente de cada
una
de aquellas muchos ancianos (2), llamados tambien ce-
ladores
(3
1,
con autoridad sobre los diáconos (
~).
La
supre-
ma
dir
eccion siempr e correspondia á
lo
s apósto l
es
, y espe-
cialmente al fundador : con tal
es
fac
ultades visitaban las
iglesias, las dirigían instruccion
es
y exhortaciones y esta-
blecian ya en una parte
ya
en otra (5), algunos discípulos
que los reprcsentasen(6), consagrándolos con
la
imposicion
de las manos (7), y estos discípulos á su
vez
consagraban á
otros con el mismo rito
(8
). Dentro de poco tiempo los
apóstoles
por
ó
por
medio de sus discípulos pusieron al
frente
de
las comunidades mas eslensas,
un
jefe que con
el
nombre
de
obispo
fuese el continuad
or
del mini sterio
apostólico
(9)
.
De
esta suerte la organizacion de todas las
(
1)
Act.
XXI.
18.
(2
) Act.
XIV.
23.
(il)
E,;[cr"
º"º',
Ac
t.
XX.
17. 28 .
Tít.
I.
5. 7. C l_e m
ens
(t
·
101
)
ad
Corintb.
r.
42.
1/4.
(4) t .
Tim.
IIL
9-l3.
·.
_(5
)
V~anse
l~s P,,?deres é
instrucciones
que
.
recibían
de
los
apóstoles.
Tu.
I.
5.
Il.
fo
.
11m.
I.
3. !¡. V. 19-22.
(6) S.
Pablo
de
en
eso á Tirnoteo y á .
Tito
en
Creta.
l.
Tim.
l.
3.
Tit.
I.
5.
S.
Pedro
y
S.
Juan
consagraro
n ,
aque
l á
Lino
y á
Clemente
en
Roma,
y es te á Poli
ca
rp
o
en
,Esmirna.
Ireneo
( t 201)
contra
hreres.
111.
3. ,
Tcrtullian.
( t
2l5)
de
prrescript.
hrerctic.
c.
32.
(7)
11.
Tim.
L 6.
(8) I.
'.Y
im.
V.
'l'l. . . . .
(
9)
No
vi
e
ne
pu
es
el
ep
i
scopado
del
sacerdocw,
smo
mas
bien
del
ministerio
de
los apóstoles y
sus
compañeros.
Su o
gcn
es
indudable-
m
ente
divino
y apostó lico, corno
érg
i
camen
te lo
han
sostcmdo
los
mismos
sal.iios
de
la
Iglesia episcopa l
anglicana.._
Hammond, P
ea
rson,
Be ver id
ge,
Dodwell,
-Bin
gham
y Usser.
Por
el
contrario,
los
pr
esb
it
e-
ri
anos
y l a
mayor
parte
de
los
escritores
protestantes
de
Al
ema
nia
po-
nen
en
la
l~lesia
el
oríge'!
del
episcopado.
Fúndanse
lo
primero
en
que
segun
Act. XX.
17
y 28.
Err(ryxcm,
y
rroecrt'.ú,epu
tenían
el
mismo
sig-
ni
ficado
en
tiempo
de
los
apóstoles,
y en
qu
e
seg
un
Ph
ilipp.
l.
·l
.
Tim.
III.
t.
8.
Clemens
ad
Corinthios
l.
/42.
H.
Las
iglesias no se
confbron sino á
i-rria:.t(j1tOt
en esta misma acepcion y á ios
8-trix.~·n
,~.
lilas
nad
a
prueba
esto
para
la
cuestion
principnl,
porqu
e
ju
st
amente
entó
n
ces
ejerc
í
an
por
mismos
l
os
apóstoles
el
ministerio
ep
iscopal.
'.fambien
por
la sola rilzon
de
que
los dos sig nificados se co
nfundi
ero
n
pri
m
it
ivame
nt
e c~
una
acepcion
co
mun,
quieren
deducir
que
el
epis
-
co
pa
do
comp
rendido
en
el
presbiterado
solo se ha
separado
de
este en
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post
eriores.
Per
o los
nombres
poco
importan
para
el f
ondo
de l
as
co
sas. Cie
rt
o
es
y
nada
pru
eba
el
que
los
mismos
apósloles
cui:o
minist
e
rio
e
ra
ta
n
esencia
lm
ente
distinlo
del
de
l
os
pr
esbíte
r
os
se
ti-
tul
aran
al
gunas
veces
no
mas
qu
e ,;pecrt'.únpu. Citase
en
tercer
lugar
á
Hieronym
. a d Tit .
l.
7.
(P-n
Gracian.
c. 5.
D.
XCV.)
ad
evangel.
-13
-
asociaciones r eligiosas constaba
de
tres
grados enteramente
diversos, episcopado, sacerdocio (
1)
y diaconado
(2).
~
·1 O. -
C)
Pedro y su vocacion.
Cuando
.J
es
us reveló á s us discípulos su mision
de
Cris-
to,
hijo de Dios, y la fundacion de su Igl
es
ia,
señacon
un acenlo p~rlicular á
uno
de e
ll
os
como pi e
dra
fundamen-
tal d el ed
ili
c
io
(
:~)
; manif
es
tando con eslo qu e
para
conse
r-
var
la
Igl
es
ia
su universalidad y su
unidad
int
erior, d ebia
reconocer exteriormente
un
ce:llrn
vi
sible .
La
Iglesia se
constituyó,
pues,
en su orígen como cuerpo
ünico
cuyos
miembros estendidos
por
los apóstoles sobre todos los
pue-
blos, debían
mantener
se en la unidad mediante
su
union
con Pedro y sus sucesores (4). En Roma
fijó
Pedro
su
resi-
episl. 101 . (
r,
21¡,
D.
XC!ll),
Isidor. Ilispal. elymol.
VII.
12.
( c. l.
\\\
12.
D.
XXI) ;
pero
estas
auloriáades
deben
cl
e,ec
har
se , si n m as
con-
sideracion
qu
e la
de
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e no saLen disting
uir
y
conocer
el e pisc
opado
ejercido
por
los apósto l
es
mismo
s ántes
de
qu
e consagras en
obispos,
par
ándose solo en el
nombre
y á las palabras la im
portanc
ia
qu_e
no
ti
en en. Consecu encia
de
tan capital e
rror
es
el
pintar
ú los
pnnicro
s obispos co mo simples
direct
or
es
de l Colegio de
Pr
esbíteros,
el
evando
sc dcspucs
con
usurpacion
es insensibl es p e
ro
continuas,
á
un
poder
J e
fac111lades
superiores.
Con respecto á este
punto
no
so
lo
no
se _dan pr~tcba s , sino
qu
e se
cierran
l
os
ojos al hecho de
qu
e d esde la
pri~1era epo ca
s~
presenta
ya e l episcopado con
muy
~s
pecial
es_
ru
e
r_zas
Y
d1g111dad,
nacidas
precisament
e
de
reconocer
en
el la cont10uac10n
del ministe
rio
apostólico. lgnal. (t 110
,)
ad
Smyrn.,
c.
8.
ad
Ephes.,
c. 3.
4. ad
Trallian.
c. 2. 3.
(1) Con respec to a l episcopado se ponia
al
sacerdocio
en
el mismo
rango
qu
e ú los apóstoles respecto
de
Cristo. Así lo aseguran las carlas
de
S. Ignacio citadas
en
la
siguiente
nota (2) . Sobre esta comparac10n se
funda e l texto
que
si
gue
y á cuya
sombra
se
h_a
qu
e
rido
erróneamente
dar
por
sentado
que
los
sacerdotes
fu
eron
considerados
prmnt,v
amente
como sucesores
de
los após tol
es:_
ConsL Aposl.
11.
2~.
Pre_sbyteris -sepo-
natur
dupla e
li
am p ortio
in
gra
tiam. Apo stolorum
Chr,su,
quorum
locum
t
enenl
tanquam
consiliarii episcopi
el
ecclesire
corona.
. . . ·
(2) Ignat. ( t 110 ) ad
Smyrn.,
c.
8.
Omn
es episcopum_ scq
mm,111,
ut
Jesus
Chrislus
Palrem;
el
Presbyt
e
rium
11l
Apostolos. l>1aconos autem
revereamini
ut
Dei mandá
tum.
-Ad Magnes. c.
6.
Ho
_c s,t vestr_um st"t
dium
in
Dei concordia
omnia
ag_er
e ,
".P
i
sco_po
pr
'.13s1de
nl
e De,
lo
coe~t
pr
esbyteris loco senatus apos tohc,,
et
dtaconis,
quibus commissurn
ministerium
Je
su
Chrisli. -
ad
Trallian. c. 3. Cuncli
similiter
r_rí,v~r~:,~-
tur
diaconos,
ul
mandalum
Je
su
Christi,
el
cp
iscopum
ul
J
_esu
m C ~'une~
q_ui
est filius
patris;
presbyleros
aulem
ul
conccssum
De,,
et
u!
co
J
tt
onem
Aposlolorum.
(3) l\latth.
XVI.
l8.
l9.
rerumdepas-
·
(4)
Orígenes
( t
234
) in
Rom.
1. 5. lO. P
et
ro
cum
sumrna m fundare
tur
cendis
ovibus trad e
retur
el
super
.
il111m
velut
sup_er
terra á Christo do~
ecclcsia, etc. -Cypriani
(t
258) episl.
LXX.
Ecclesia
"~!·
_ Jdem
de
mino
supra
Petrum
ori~inc. unilalis et r
at
!one
fu
0
1ªi
:_
Optat
~lilev.
unilate
ecclesia, ( apud
Gratian.,
c.
t,
8.
c.
XXIV.
q. ·
clencia y consiguw la -palma del
martirio
( 1 ). En la
sma
apostólica de
R:oma
eslá, pues,
la
·
unidad
de la Iglesia (2),
y á ella deben dirigirse todos s us miembros
(3).
~
-l-
1.
-
H.
De
la lgles-ia en su esencia.
A)
Exposicion general.
De todos estos hechos
reunidos
nace
la
idea general de
que
la l
gleRia
instituida
por
Jesucristo,
aun
considerada co-
mo
reunion
visible, es uría, universal, apostólica, verdade-
ra
y san la, y necesaria
para
la salvacion.
I.
Es
visible, ·por~
que des;;ansa
sobre
base y centro visib
le
s, y porque la
doc-
trina
y sacramentos
que
Cristo la dió son signos visibles·
(?,).
11.
Es
una
,
porque
desde su orígen reconoce como l
ey
fun-
damental
(5)
una
doctrina
que
por
su esencia divina es una,
(c
. a.'-350) adv.
Parmcn.
VII. 3. Dono unitatis
beatus
Petrus--
et
prrefc
rri
Apostolis
ornn
i
bus
meruit,
et
claves
regni
cceiorum communh;andas
croteris ·so lus accepit.
(!)
Ha llegado hasta
ponerse
en d_ud ~
este
h_
ech(_J
histórico,
ates
ti-
guado
por los Padres
mas
anti
guos
de
la
~gles~a 1 1reneo n1Lre
.olros,
siendo
verdad
er
amente
dep
lorable y
superwr
a toda
pondcracwn
la
deuili dad de l
os
prc-testos
de
la
duda
: sobra
para
destruirla
el
citará
los mismos escritores r
nas
granados de l protestantismo, Blondel,
Ca
s
au-
bon7
.Pearson, Cavt', Ilasnage,
Ha
mmond, Hugo
GrO
tius, 'Giseler y otros
de
su
nota.
(2) Cyprian. ( t
258)
epist. LV.
Post
ista
ad
huc
insuper
ps
euuoep
is-
copo sibi
ad
h
re
reticis constiluto navig..ire audent
et
ad ·Petri cathe-
dram
atquc ad ecclcs iam
principalem,
unde
unilas sacerdotalis
exorta
est.,
á chismalicis et 1profonis lille
ras
ferre,,
n~c cogita
re
!:'
OS
esse
· Ro·
.
manos
quoru111
lides A¡,osto
lo
prredic·ante laudata
est,
ad quos '
per-
"fl
dia ha ber e
non
pos,it
accessum . - Oµtat 'Milev. ( c. a.
350)
adv. l
Par-
'men.
ll.
2. Igilur negare n
tHl
pot
es,
sCire
te
ín'tírbe Roma 'Petro primo
ta
lh
edram epiScopalem esse collalarn, in
qua
sederit 1dmnium Apos-
tolorum
caput
P
etrus
;
unde
et
Cephas
,ippellatus
'est. -c. 25. -c.
XXIV.
q.1.
(
llierouy
m. c. a. 386.
)-c
. ·35. c.
11.
q.
7.
( ll.ugust. c. a. 412 . )
¡ (3) Ircnreus ( t
201
),
contra
h
re
res. '
111.
3.
Ad
hanc
enim ('romanam )
ecclesiam
µro
p
ter
poliorem principUlita-lem ,necesse est
ornn
om conve-
nire
ecclcsiam.
Para disminuir la Juerza
Oe
es
te
texto se
han
1
im
agina-
do
mu
chas itile
rpr
etaciones ·
qu
e
en
'
gran
parle
están en contradiccion
mutua;
mas
·
ct
e '
C:'Slo.
mismo se colige -
qu
e
1yi-y
en
este
pasaje algo 1que
incomoda
y
que
es ,mposHile ' tlestruir. -
El
ultimo
ensayo
de
e~ta
·c
la
se
hecho
por
Gieseler lo ha refútado 'Dol:in gt'r, Kirchenge;cbichte.
'1
1
h.
I.
'~
ffi
Bellarmin.
í:le"ecclesi_a mililante 'Íib . '
IU
. cap.
l2.
'Ecclrsi
_a
enim est
societas
qu
redam
, uon angelorum, 'neque anunarum,
sed
hominum. Non
autem
dici potesl societas
hominum,
·
,1i
si ·¡« e
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Xl
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Augústinus,
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e
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ó modifica seg
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:fr
e
cada
épo-
ca
(4
).
JU.
Es
ti
lo
iversa'l
(5),
.pon¡tte la rnision que rec'ib'ió
,de 'Cristo se esl'iende á todos lo s hombres y
ti
empos, razon
.
por
la cual la
Ig
lesia se
propaga
'
éntre
todos l
o~
p'icb
lo
s
(6
).
1V.
Es
aposlólica,
porque
conserva y
perpetúa
eil una serie
contiuua de obispos suces
oL'es
de los·
apó
s'
toies el
pode
r
qne
Jesucristo ·confir
á estos_, bailándose siem:pre .
por
consi-
guiente
en
estado de
probar
la 'legilimidacl
de
su
ex
iste
n-
cia
(7).
V.
Es
verdadera y sa n la, porq ue J
cs
ucl'isto la ofre-
ri
s
ti
a urami ni. U
na
en
im est
caro
domini nos!.ri J esu
Ch
ris
ti
et
un,i's calix
in
unilatem
!-
anglri
nis ipsiu
s;
unum a
ll
are, sicul unus episcopns cum pre.-
sbyle
rio
el diaconis. -Idem ad l\fagnes .
c.
7.
In
unum
convcni
e
nlibu
"s
una sil oratio,
un
a deprecatio,
un
a m
en
s,
una
spr
~s
,
in
carit,1tc\
in
gaudi,o
in
cu
lpa
to
. Unus
est
Jesus Chr i
st
us,
quo
ni hil
pr
a'st.111Li
us ést. Orn ncs .i taq u e
velut io
un
um
1
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on
cu
rrite , ve
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prótilit ,. et
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uno existi l , in
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Cypr
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258) e
pi
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LXX
.
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s
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Sanctus
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a.
M)
l. Cor. H . 13.
Ephes
. ! Y.
4-6
.
(2)
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unit.
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XXIV.
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scopatus unu s episcoporum multorum concoidi
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11.
D.
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I. (Augusl
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2.
D. X I
V,
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(4)
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,'qli
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tmen
cum
Apo
stohs pe r
se-
-,-
1G
-
-c
ió la proteccion del Espíritu Santo, y su propia asistencia
hasta la
co
nsumacion de los sjglos.
VI.
Es
en
fin
necesaria
para
la salvac(on
(1)
1 porque e~ objeto p~inciI?al de la
mi-
sion de J
es
u
cns
to
fue la reden.;10n y sautificac10n del
hom-
bre,
y
porque
la
do
ctr
in_a
y sacramentos que in stit u
es
-
prcsameute
para
consegmrlo
(:.!),
solo en la verdadera Igle-
sia
es
tán puros y completos. Cuando la Iglesia se titula
ne-
cesaria,
no
manillesta mas que la íntima conviccion de
su
propia
verdad y
el
fin
que Cristo
se
propuso al
ins!ituir-
fa
(3)
. Cuando con esta conviccion
ca
lillca de abandono
del estandarte de Cristo
un
error
que contra ella
se
alza,
nada
juzga acerca de l
os
in~livicluos; pues d el mismo modo
que en el bautismo admite tambien el
ele
deseo ademas del
de
agua (4), deja para el juicio
ele
Dios
el admitir en
la
comunioi1 de los santos á l
os
que habiendo anhelado
por
la
verdad con todas sus fuerzas, han permanecido sin cul-
pa
suya en el
error.
~
-
12.
-
B)
Sus relaciones con
la
Iglesia invisible.
En el concepto de comunidad exterior y visible com- .
prend
e la lglesia á todos los que por ciertos actos exterio-
res se declaran miembros suyos : mas no consiste su
ser
en este aspecto material, puesto que tiene otro invisible,
vuelto siempre á
Dios
y del cual la manifestacion ó acto
€Xterno
es
solo la corteza.
Son,
pu
es
, únicamente
verda-
veraverint,
habuerit
auctorem
et
-antecessorem. Hoc
enim
modo
ec.c
l
es
i
ro
apostolicre
census
suos def
erunt:
si
cul
Smyrnreorurn ecclesia
Polvcarpum
á
Joannc
conlocalurn
ref
ert:
sicut Romanorum Clementem á
Peiro
o
rdi-
na1um edil. P
erinde
u tique et
_ce
t
er~
_exhibent, quos ab Apostolis
in
ep
is-
copatum
const1tutos apostohc¡ semm1s
traduc
es
habeant.
(1) Igual..
(t
HO)
ad Ephes, c.
5.
Nemo
errct:
nisi quis
inlra
altare
sil,
privatur
pan
e_
Dei.
-:
Qui
,g,tur
non
venit
ad id ipsum , hic
jam
super
bit
et
se i
psu
m
Jud1cav11.
-
Cypnan.
1 t 2li8) de unil. eccles. Quisquis ab
ecclesia segregatus
ad
ullerm jungitur, ,
.i
promissis
ccc
lesi
ro
separatur nec
penenil
ad
Christi prremia.
-_Augustin.
(t
430)
de
unit.
eccles.
c.
2.'Uti-
que
manifestum es
t,
e11m
qm
non est
in
membris
Chrisli,
chrislianam
salutem
habere
non poss
e.
(2) Marc. XVI.
16.,
Joann.
lll.
56._
XVII. 3.
131
Todas
la
s
creen
cias,
. todas las
1gles1
as,
el
amor
apasionado
por
las
ciencias y el celo
por
dar
a
co
nocer
una
fuerte ~onviccion, nacen
de
es
tar
persuad idos los
hombres
d,e
que
lo
qu_e
tien
en
por
v
erdad
es una cosa
necesaria y
de
suma
energia
para
el bien. De otra
suerte
ninguna
dife-
rencia habría
entre
la verdad Y el
error
y nin gun derecho podria
invo-
carse
al combatirla.
(4)
C.
34,
149.
D.
IV.
de
cons. (Auguslin c. a, 412.)
-17 -
,Jeros y perfectos miembros
la Iglesia los que ademas
del vínculo externo, tienen con ella nnion de corazon. Bajo _
el
punto de vista humano
esléÍn
en la Iglesia aun los
mal-
vados, miéntras permanecen exteriormente unidos
la
comunidad;
cuando
por
el
contrario puede haber
miem-
bros que no tengan mas union que la de l espíritu y
carez-
can de
Lodo
signo exterior
(1
).
De
aquj
es
que la Iglesia
visible puede
contar
como miembros suyos á algunos que
realmente no
lo
sean ante Dios. Esta distincion
nada
im-
porta
para
la accion de
la
Iglesia en
la
tierra,
porque
en
virtud
de lo prometido
por
Cristo y á pesar de la mezcla
de miembros falsos ó
aparentes,
conserva su
integridad,
es
la
verdadera,
y tiene
en
su
seno los verdaderos medios
de salvacion
(2).
~
-13. -III. Del poder eclesiástico.
De
la esencia y del
fin
ele
la
Igl
es
ia se deriva
un
triple
cargo : la administracion de los sacramentos instituidos
por
( 1) Be
llarmin.
de
ecclesia
milil
a
nl
e lib.
111.
c.
2.
Nolandum
aulem
cst
ex Auguslino in
breviculo
collationis colla t. 111.,
ecclesiam
e,sc
corpus
.
vivum,
in
quo est anima et corpus.
Et
quidem anima sunt inte
rna
dona
Spirilus Sanc
li,
fides, spes , caritas; corpus
s1
1
nt
exte
rn
a,
profcssio
fid
e
í.
et communicritio
rncr
amentorum.
Ex:
quo
fit,
ut quidam
si
nt de anima
et
-:
corpore ecclesi
re
,
et
proi'nde uniti Chrislo capiti interius et exler ius;
et
tales sunl perfeclissirne de
ecc
lesia; ~unt enirn quasi membra viva in
corpore.
quamvis et i
am
in
ter istos :iliqui magis. aliqui minus vilam par--
licipent
,'
et aliqui etiam solum initi
urn
vílro_hab
ea
n_t,
et quasi sens~m~
sed non
motum,
ul qui
h:i.bent
solam
fid
em smc c~rilate. Rur
su
m
a_l1q~u
sint de anima, et
non
de corpore, ut catechumc
ni
I vcl excomrnu mt
at
1,
si fidern
et
carilatem
habeant,
quod
fieri potes!.
Dcniqu
e aliqui
sint
de
corpore, et non de
anit_na,
ut qui nullam habent inl ernam virtutem,
et
tamen
spe
aut
timore
ah9uo
te
mporali
profitenlur
fidem
el
in
sac
ramenlis
communicant sub
reg1mme.
p:1slon1m.
(2
1 Bellarmin. de ecclesia 111ilitanle lib. I!L
cap.
9. Dieo
igitur,
cpisco-
pum
malum
, presby
terum
malum,
doctor
em
malum,
cssc m
cm
bra
rnor-
lua,
et
pro
inde
non
ve
ra,
corporis
Chrisli
quantum
attinet
ad
ralionem
me
mbri,
ut
esl pars
qu
re
dam
viví corporis' tamen esse verissim a mem
br
a
in
rat
i
one
inslrumenli,
id est P:1p,m
et
episcopos
esse v
era
ca
pila,
doc-
tores veros oc~l
os,
scu v~ram
lmp;ua_m
huj
us
corporis. Et ratio
es
t,
qI.Jía
mcrnbra
cons_l1Luuntur.
viva P
Cf
ca,rllatern, qua impii
carcnt:
al
in_~tr_u-
me
nla
operativa
consl1luuntur
per
poleslatem
sive
ordinis,
sive
juri
sd
1c-
tionis,
qure etiam sine gratia esse
pol
est. Nam elsi
incor
pore
naturali
non
pos~it
membrun:i
mortuum .esse vcruru
in
slnnncnturn opcrationis , lamen
In
corp
ore mysllco polest. In
corporc
enim
nalurali
opera
pendenl
ex
bo-
!)itate instrumenti, quia a~ima non potest ben e operari, nisí
_per
bot_1a
rnsLrumenta,. ncc opera vit
re
exercere,
nisi per instrumenta viva.:
:tt
i_n
corpore
myst,co
opera
non
p
endenl
ex bonita
te
aul
vita instrument1. A
111-
ma enim huj us
cor
poris,
id
esl
Spiritus
Sanctus reque bc ne
opera
l
ur
per
instrumenla
bona
et
mala,
viva
eL
monua.
'
1.
~18-
.Jesucrislo, la predicacion de su doctrina y el acuerdo y
conservacion de la disciplina. Consti tuido por estas
tr
es
atribuciones el poder de
la
Igl
esia,
se
divide naturalmente
en tres brazos, que son : la
di
spensacion de los sacramen-
tos, la enseñanza de la doctrina verdadera, y el poder
ad-
ministrativo y jurisdiccional (-1 ).
~
-
14.
-
IV.
Uso
del poder eclesiástico.
-1\)
Administracion
de
sacramentos
. -
Los
primeros
ti
empos de la
Igl
esia ofrecen en ma teria
de administracion de sacramentos, tres hechos constantes
qLte
conviene distinguir con mucha claridad : I.
El
admi-
nistrar
ci
ertos sacramentos ,
el
confe
rir
el
de órden sobre
todo (2), perten
ec
e esclusivamente á l
os
obispos (
3)
en vir-
tud
del poder especial que l
es
da su consagraeion.
U.
Otros
sacrnmento
s,
y parlicularmente el sacrificio del cuerpo y
sangre de Jesucristo, segun lo prescribió él mismo cuando
la
celebracion de la ce
na,
pueden adminislrarlos los sim-
ples sacerdote
s.
A
es
te sacrificio que venera la Iglesia como
el mas sublime
de
los sacramentos, debe la nueva alianza
el sacerdocio del presbiterado (4), siendo en esta parte
iguales en poder los obispos y los presbíteros
(5
). A ejem-
plo de los apóstoles; confieren los obispos este sac erdocio
mediante la ordenacion que
ya
tiene el carácter
sacramen-
tal
por
los dones exlraorclinarios que comunica
(6
). Para
asistir á la administracion de sacramentos y otras ate
ncio-
nes eclesiás
tic
a
s,
ademas
ele
los diáconos, se crearon
sub-
ft
-)
Aunque
estas s_epara ciones ~
st
,án en la misma
naturaleza
de
las cos
as
,
solo en la edad media se corn cnzo a sistematizarlas. Sto. Tomas de Aquino
dividió
en
mu
chos
pa
s
aj
e~ d~ s
us
obras la spiri!ualis potest as en p otes-
tas sacramental1s y
1_w:i
.
l1s.
De aqu1
proviene
la division
en
pot_estas ordm1 s ó rmnistern y
7!0les
1as jurisdictionis, adl)ptada
ya
en
cas! todas la¡ ~b~as mod ernas. El
J)od
er doctrinal pote s
1as
m,agisterii
esta
espr
esa o
tac1tam
ente
compr
endido en
p.ot
estas
ordi11is.
As, se
dice,
aunque
en
v-
erdad sea un
err
o
r:
porque ambos poderes son
enterament
e
dirnrsos
por
su objeto y
por
la
forma con que
obran.
·
(_
21 Chry s~stom. 1 t
407
) homiL X-L in
epist:
ad Tim
th.
L cap ..
3.
Sol
a
emm
1mpos1t1one
manuum
superiore
s
sunt
ep1scop1,
et
hoc
uno
videntur
antece llcre
pr
esbyteris.
(3
) Conc. Trid. Sess.
X.X-lll.
ca
p.
1,_
de .orclin
e.-
(4)
Cy¡:¡rian.
(t
25R
) epist.
LXII
'
!.,
ld
em adv. Judreos lib.
I.
c.
rn.17.,
Conc.
Tr,d.
S
es
s.
XXIH. cap. -L de
ordine.
(5)
Cyprian. epist.
LVIII,
Cum
episco_po
presbyteri_sacerdotali honore
conjuncti. ,
(6
) Conc. Trid. Sess.
XXlll.
cap. 3. de
ordine.
= 19----,
diáconos, acólitos, exorcistas , lectores y porteros, dáp~lose
cada uno de estos cargos en
una
ordenacion mas ó rnénos
solemne
(1
).
Consta pues, la
jerarquía
eclesiástica de obis-
pos,
presbíteros y ministros
(2).
Aunque ya no hay algunos
de estos oficios subalternos, consérvanse sus ordenaciones
como grados
pr
eparatorios para
el
sacerdocio, contándose
siete en la jerarquía del órden
ha
sta e l complemento pres-
biteral.
~
·15.
-B)
De
la enseñanza. ·1 ) Organizacion
de
su
poder. ·
Confirió Jesucristo á los apó~tol
es
la solemne mision de
enseñar á todas las naciopes
(3)
ofreciéndoles la asistencia
del Espíritu Santo
1iasl.¡.
eJ
fin
de los siglos
(-1)
: con
qs
te
acto creó eu ·
su
Iglesia
un
poder de enseñanza, necesaria-
ment
e general, in(alible y d e todos los tiempos . Est.e
poder
se continúa en
el
cuerpo .episcopal como verdaderp suce-
s
or
del apostolado. Por esencia debe ser úni
co
este
cuerpo ( 5), mas como la unidad ni exis[e ni
se
concibe sino
mediante la concordi:¡.
el
.e los miembros con él centro
co-
mun,
nace de aquí
el
estar la silla apostólica romana al
frente del cuerpo que enseña, y'
fu
era del cual no hay en-
señanza legjtima
ni
doctri¡1,a segura,
~
-
16.
-
2)
Organos
de
la tr-adicion
de
la doctrina.
Con el
trat
o íntimo de
.¡.ños
instruyó Jesus á sus discf-
pQlo
s para
el
pes.
e¡:np
,eño de
g1
mision, pero no les obligó
á escri,hir cosa alguna de s;u ,
do
_
ctri¡1a
ni
de su
vi
.da. En.el
momento de su muerte quedó tod.o enco1nenclado á la
tra-
(fü;
ion .oral
de
apóstol
es
y d,iscípulos. Estos y otros fueron
despues escribiendó sim1iles narraciones conformes á
la
tradicion, y del mismo modo
se
consignó cuanto habian
hecho los
-ap,óstoles
despu
es
.de
la asc.ension. Por lo que
l¡ace á la doctrina, los
.¡.pós
_toles la fueron desenvolviendo
unas veces en instrucciones orales y otra,s en las
.c
,artas
(.6)
(1) Conc. Trid. Sess. XXHI. cap.
2.
de ordine.
(21
Con
c. Trid. Sess. XXIII.
can.
2. de sacram. ordin.
(~!
n!atth. XXVII
I.
i9.
20.
,1arc. XVI. 15-20.
(4)
Joa
nri.
XIY
.1
6.
17
. 26, XV.
26.
XVI.
13.
Act. (.
8.
(5)
V.
\!l
11. Notas 5,
pág.14
y I Y.2, pág.
15,
(6)
II.
Thess.
11.
15.
-
20-
que enviaban á los discípulos ó á las Iglesias. En un
prin-
cipio todos estos escritos circulaban sueltos, pero despues
ya se redujeron á colecciones, habiendo separado éon
un
exámen escrupuloso los
falsos
que tambien corrían
(-
1
).
No
es
pues
la
sagrada Escritura el único ni mas antiguo órgano
de la tradicion de la doctrina de Cristo; y léjos de ello
debe su existencia, su inspiracion y
su
autenticidad á la
Lradicion y á la enseñanza viva; razon por la cual
si
alguna
vez
es
insuficiente el testo escrito, debe quedar
subordi-
uado al testimonio é interpretacion de ambas raíces (2).
~
-
17.
-
C)
Gobierno
de
la Iglesia.
Con
la mision de fundar el reino de
Dios
en la
tierra,
couvirtiendo los pueblos á la doctrina de Cristo, habían
recibido los apóstoles autoridad para establecer y conser-
var en las asociaciones cristianas el órden necesario
para:
su objeto. En uso de esta autoridad crearon los cargos pre-
cisos (3), eligieron los ancianos
(-4),
fijaron r
eg
las de
dis-
ciplina eclesiástica
·(5
), y castigaron á los pertinaces
co
n
severas amonestacioues ó con su total esclusion
(6).
Indis-
pensable
fué
el que sus representantes y sucesores queda-
ran
investidos de la misma autoridad
(7),
y de aquí vino
a los obispos este atributo del ministerio apostólico. Entre
los apóstol
es
solo Pedro babia sido elegido . para base y
centro de la Iglesia, obteniendo por este hecho, tan
lo
él
como sus sucesores, una autoridad especial que llena
se
el
fin de su elecc
ion,
y que
el
tiempo fué desenvolvi
en
do.
EI
deseo, por otra
parle,
de estrech
ar
los vínculos recíprocos
y de facilitar la admiuistracion, hizo surgir poco á poco
entre el primado de la silla romana y los obispos, muchos
(1) Sobre este punto véase á _
Hug:
Introdu~tion aux écrits du nouveau
Testamenl.
(21
Fuera de
la
I
gl
_esia , dice á este propósito Mohler
en
su
obra sobre
la
unidad
de
la
Igl
esia , no
se
pueden compr~nder
la
sagrada Escritura ni
la
tradicion.
Más
aun,
comunidad ó ip?ividuo de fuera de
la
Ig
le
sia que
se apoye en
la
letra del_
Evan!;lel,o
calohco,
no
puede tener seguridad de
(JUe
su
tex10
sea autén t,co
,.
ni
de
que
no
sean precisamente
los
auténticos
l
os
desechados por
la
Igl
es
ia.
(
3)
Act. VL -
t-6.
(4) Act. XI
V.
23.
(5)
l. Tim.
111.
2-l2.
(6)
l. Cor. V -
1-7.,
l. Tim.
l.
20.
(
7)
l.
Tim. V.
l9.
::!O.,
11.
Tim. IV.
2.,
Til. l. 5.
11.
HJ
.
-
21
-
grados intermedios, con señaladas atribuciones en
el
go-
bierno de la Iglesia. Tambien los obispos crearon algunos
oficios permanentes,
para
no
abandonar
obligacion alguna
de su ministerio.
Hoy
se
llama
je
rarquía
el
e jurisdi
cc
ion á
es
ta cadena de poderes. Compréndense en ella los obispos .
con sus auxiliares y delegados, los arzobispos ó metropoli-
tanos, los primados, exarcas y
patriar
cas miéntras existan,
y
por
fin el papa.
~
rn.
-
V.
Diferencia entre clérig
os
y legos.
A)
De
los
clérigos.
Se ve
por
lo que precede que el poder no ha aparecido
en
la Igles
ia,
como en
la
sociedad civil, como
un
hecho y
obra
del tiempo ; ni se le ha dado al
pueblo,
sino á lo s
apóstoles y sus sucesores
pór
el
mismo Jesucristo. Hay ,
pues,
en la Igl
es
ia segun su ley fundamental
una
clase
es-
pecial dentro de la cua l se mantiene y perpetúa el poder
sin
int
errupcion alguna. Pero esta clase no
es
esclusiva
ni
her
e
ditaria,
ántes bien se halla ab ierta
para
los llama
do
s
con probada vocacion. Esta se anuncia con llamamiento in-
terior, se confirma
por
la aprobacion de los superiores
(f
)
y d el púeblo (2), y se sanciona con
la
ordenacion. L
as
per.,
sonas
honr
adas con esta vocacion, han sido conocidas ya
desde los
ti
emp
os
primitivos con
el
nombre
de clérigos (3}
(1)
Los abonos mas e
fi
caces son las testimoniales de los
superiores
,
por
la sencilla razon de
que
el
eje
rcicio
de
sus cargos les da me dios
con-
tlnuos de conoce r el fondo de lás almas. Obsérvase en toda
la
constitucion
eclesiástica un gran cuidado
en
conservar toda su energía
al
espír
itu de
asociacion; al mismo tiempo
qu
e much a
pr
ecaucion
para
evitar
que
pre-
pond
ere la mayoría
numérica
e
liminando
la inteligencia y el
saber.
(
2)
lUa
s adelante se mostrará
que
nunca
ha olvidado la Ig lesia este ele-
men
to:
su r e
pr
esentacion es la
úni
ca
que ha cam biado sig uiendo el es
pí.:.
rilu
y
la
consti lucion
de
cada
época;
por
ejemp
lo,
por
ac
la
macion del
pu
eblo unas veces ,
por
acuerdo
de la Iglesia con el soberano
otras,
ya
por
prcsentacion del patrono, ya
por
moniciones con el
nombr
e de l orde-
nand
o lei das en las misas.
El
objeto primitivo
siempre
se ha
ll
e
nado.
(3)
Los
que
no admiten
difer
enc
ia
primitiv
a
entre
clérigos y legos, se
fijan t an solo en los textos en los cual es
ú,ípo,
significa la totalidad
de
Jo
,;.
fieles, Eph es. l.
11.
14., Col.
l.
12,
l.
Petr.
V.
3.
A
es
to se les puede res -
pond
~r con los Act.
l.
·
17,
e~
cuy_o
pasa
je
esta
palabra
significa vocacwn
especwl,
y sob re
todo,
1
est
1montos
de
los tiempos mas r emotos del cris-
tianismo, tal es· como l
as
carlas
de
S. Clemente ( t !01) y con S. lg~ae,o
(t
H0
)_
qu
e
fi.1a
y
determina
la
palabra
y su significad
o.
Por
ef
tO
el mismo
Mo
s
hem
Comme
nt
.
de
reb.
Chnstwn.
pág.
131
dice:
Ego qmdem
ad
eo
-
rum
~ccedo
seutentiam, qui ( has
appe.°
la1iones)
pera11w¡uas
et ips,s
pcene christianarum ren1m
initiis
requales esse
puw111.
que cada uno
esplica~
de distinto_, m?d,o. F~ndándose
u_nos
en
que la
,sue~te,
(
X.A1lf
0, )
(·1
l se~alo a
MaJ1~s,
que fue el
primero mst1tmdo
por
los aposto les i qµieren que este
nombre
se fuera propagando á todos los ordenados (2). ·
I-Iácenle otros descender de
la
tribu de Leví, que era la de
los sacerdotes, la cual en el reparto de la tierra de Cana¡¡n
-qo
habia recibido lote alguno de tierra (
>
), porque las
otras tribus la pagaban diezmo de las
SUHS,
Por esto decia
la
tribu
sacerdotal que Dios era su lote ( ú·iípo,)
(3),
y de
aquí puede habeFse estendido despues
el
nomb
re
á toiio el .
sacerdocio cristiano. (
4)
,
~
~
9. -B) f)el piteblo.
Ademas de los .clérigos, puede cada uno de los fieles
in-
fluir mucho en la marcha de
Las
co
s
as
eclesiásticas, depen-
diendo solo de la voluntad de los individuos los
masó
mé-
nos grados de inJJuencia que adquieran .
T.
Santillc~dos lo ~
fiel
es
por la gracia y siendo miembros vivos de J
es
ucri
sto,
están bajo este concepto dotados de una dignidad sacerdo-
tal
(5)
y de atribuci.ones propias, cuá_
les
son la oracion y el
cu)to interior.
Con
la oracion en comun (6), la asistencia
al santo sacrificio, la intercesioo por los pecadores y la
ro
ga
tivas por los ordenandos, pueden penetrar efie;azmente
en la vida interior y mística de la Igl
es
ia,
de tal
suerte,
qne
en todos
es.tos
a.ctos
cumpl~ su
part
e externa el
sa-
cerdote, pero
el
pueblo coopera en realidad espiritual-
mente
(7)
. JI. Para la ens8i,ianza pu8.de cada uµo
ayu,d;¡.
,r
(l
) Act. l.
~6.
·
(2
¡ Augustin.
(t
430)
'
in
P,alm.
LXVII. Cleros
et
clericos
hinc
appellalos
puto-quia
~lallhias sorle
el
eclus es
l,
quem
primum
per
A pos tolos leg
i-
mus
ordinatum.-c.
l. D. XKI. ( lsidr,r . e. a.
630
).
(3
) Num. XVIII.
20.,
Deuteron. XVIII.
l.
2,
(4)
C.
5.
c.
XII.
q.
l.
(
Hi
eronym. a. 329. 1, c. 7. eod .
(ld
.em c. a. 410).
(5
) l. P
etr.
11.
9,
V.
3. Los
Padr
es de la
hl
esia hablan .fr,ecuentem,
ente
de esta dignidad s.
acerdola
·I de todos
los
fie.les. Irenceus.
(t
201
)
contri;!
hre.
,
res.
IV.
20.,
Tertull.
(t
215) de
o,·at.
c.
28.,
Origen.
(t
234).
Hom
.
iJ.
IX
.
in
tevil.
n.
9.
Es
muy
ex
tr
año
~I
ver
citados tantas v,eces estos trxto~
contra
la Iglesia católica,
que
nunca
ha puesto
e1;1
el
sa.cerct
9,
d~
comun
.
(6
) La comunion espirHual de los fieles
en
la oracio.n
(co,
rpu§ mysticum)
es el aspecto mas grand-
10so
de
la
Iglesia.
(7)
P.
de
i\Iarca diss.
de
d,iscrim.
cler.
et lalc.
11.
8.
Non
alieuum
erit
bis a
djung~re,
ex sacerdotii_istius
mntici
el
sp_ir\lua\is digoÜate (s,c. o.
m_
.;.
,
nmm
fid
ehum)
fi
en,
ul
sac~1ficmm
_Ln
.~
ruentur~
me,;l1
,atoris, quod a sohs
qmdem sacerd.ot1bus ,pr-0pne sti: .d.tctts
~9
.
l!S~
.c,atp_r,, ,ab
e~
.clrsi¡¡. i, • .
~.
_
¡¡.b
-23 -
con
el
precepto y
el
ejemplo
segun
su
posicion
de
padre
de
familia, maestro ó escritor hasta donde
lleguen
sus
fuerzas,
y
la
Iglesia
en
sus
concilios agradece y honra aun
con
de-
mostraciones plÍblicas la cooperacion
de
los
le
g
os.
111.
Se
verá
en
(i
n
mas
adelante, que
los
legos
tienen parte acti
va
en
muchos ramos
de
la
disciplina externa, pr
in
cipalmente
en la
provisio¡1
de
oücios
y adm
ini
stracion
de
bienes
ecle
-
siásticos;
del
mi
s
mo
modo que
eu
los
ne
gocios
comunes
de
la Igl
es
ia y
de
la autoridad temporal, miéntras
se
tratan
y concluyen conforme al verdadero espíritu del cristia-
nismo f).
CAPÍTULO
JI.
BASES DE LA
IGLESIA
DE OR!E i
\TE.
~
20. -I. Historia de la Iglesia
de
Oriente.
A) Su separacion
de
la
de
Occidente.
Los
obi
s
po
s y Padres
el
e Oriente,
lo
s
mo
qu
e
lo
s
de
Oc
-
cidenLe,
pen
etrados
de
la unidad
de
la Ig
le
sia, venera
ba
.u
al apóstol Pedro y á
sus
sucesores
como
cab
e
za
y centro
ele
la comunidad
(2
).
Co
nt
ábanse despues
del
oh
i
spo
de
Roma,
lo
s
de
Al
ejandría y Antioquia
con
sus
antig
uos
priv
il
eg
ios,
reconocidos es
pr
es
a.m
ente por el primer
concil
io
ec
uméni-
co
(3
). A pesar
de
esLo,
el
conci
lio
de-Constantinop
la
co
l
ocó
al
obispo
de
esta
nueva metrópo
li
á seguida
del
de
Roma(!,),
y
des
pues
le
adjudicó una jurisdiccion
au:íloga
:i
la de
es
te
(5)
.
Semejantes acuerdos, impuguados por
el
pa
pa
como
otras
tantas
violaciones
del
órden
estub
lecido,
fu
e
ron
s
an
ciona-.
dos
en
Oriente por la autoridad pública (6).
El
papa estaba
universo
fidelium cretu
el
Christi sponsa, quro
non
hahet rnacul am n c
que
rugr1m,
Deo offe
rri
dic,'!tur:
und
e ex spiritu s
unitnt
c
mira
fil
re
rum
con
-
nexio,
quam
ob
s~
rvavit
Au
gustinus,
ul
La
rn
ips
c
Chr
is
tus
per
ip
~~
rn
eccle-
siam,
quam
i.p
sa per
ipsum
offc
ratur.
quori
singuli.
qni
m
y~
teriis inter-
'!Unl,
pro
modulo suo quo tidie
pr
rosw
rc
possuut,
Ul
d0cc1H, guro
reci-
tantur
in
1'Jissa.
(l¡
La
histo
ria
v el
pre
s
ente
estado de cosas
abundan
en hechos compro-
bant
es.
(2) Hay sobre este
punto
recop
il
adas muchas autoridades en Klec
System d er k
ai
holisch cn
Do
grnatik.
(3
)
Con
c.
Ni
cren. a. 32fi. c. 6.
(_
c.
6. D.
LXV.)
¡
4) Conc. Con
s1
anl. a. 381. c. 3. ( c.
3.
D.
XXH.
)
5) Conc. Chalccd. a. 451. c.
_28.
)
6)
C.
l6.
C.
de sacros. ccclcs. ( 1. 2. ), 1,10v . •
J1.1st
_. i34. c.
2.

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