El borde de la insania en cautiverio

AutorCinthya Boyzo García
CargoEstudiante de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma del Estado de México
Páginas2-5
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El borde de la insania en cautiverio
No hay mejor ejemplo de profanación a la dignidad humana que
la asidua discriminación, abuso y rechazo hacia una persona con
discapacidad mental. El asalto a la razón desde la sinrazón adop-
ta inf‌inidad de sobrenombres, lo más común es llamarles locos.
Existe una acentuada aversión a la locura. Michel Foucault
(1992) advirtió que, pese a un constante cambio de percep-
ciones históricas, perdura el miedo a la locura, el terror ante
la sinrazón: frente a una realidad crispante “el loco”, objeto
siempre de “técnicas de tratamiento”, f‌inalmente sería condu-
cido al encierro como método más ef‌icaz. Esta técnica subsiste
hoy, con la peculiaridad de que la prisión es un medio que por
excelencia rige al penitenciarismo mundial, siendo la cárcel
una efectiva lección a los problemas excedidos de la conducta
humana y no sólo en la insania.
Bajo una postura que incide en la libertad, presupuesto sine qua
non para ejercer y hacer efectivos otros derechos, la supresión
de esta preciada cualidad se convierte en el remedio propulsor
bajo el siguiente apotegma: el encierro puede reformar lo in-
corregible; el individuo estará así ante la posibilidad de recti-
f‌icar su camino social. En yuxtaposición, lejos queda la idea de
castigar a quien delinque con duros y morbosos escarmientos
públicos, como la horca o la guillotina, sino que ahora el reo
compurgará una pena en privado, vigilado, al ser sujeto a una
“práctica humanitaria” (Foucault, 2005).
Desde esta visión el remedio se torna en un evento pernicioso:
cuestionable en sí, el “encierro redentor”, aplicarlo en per-
sonas con discapacidad mental equivale al olvido y al descui-
do. Es ponerle una careta a una realidad para que sea menos
lastimosa y conf‌inarla dentro de cuatro paredes. No es difícil
comparar un manicomio con una especie de inf‌ierno dantesco,
Cinthya Boyzo García

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