Benemérito de América

AutorAndrés Henestrosa
Páginas576-577
576
ANDRÉS HEN ESTROS A
“Narcisa”, me dije, y de un modo natural vino a mi memoria y a mis labios
el nombre de Narciso Mendoza, aquel niño que en el sitio de Cuautla, en una
hora decisiva, prendió la mecha del cañón apuntado sobre las tropas realistas.
Narciso Mendoza y Narcisa Fuentes quedaban en aquel momento hermana-
dos, idénticos por el tamaño de su empresa. Prender la mecha del cañón, y la
decisión de hablar en nombre de todo un pueblo, son hazañas parejas: las dos
reclaman un espíritu heroico. ¿Qué va a pasar con Narcisa Fuentes? ¿Se que-
dará en el pueblo donde dará a México hijos desventurados como ella? ¿Su
audacia la sacará, por el contrario, de La Venta y la llevará a otros sitios donde
realice la hazaña que todos los niños aspiran, fiados en la letra, y que consiste
en alcanzar la redención espiritual, para ellos al parecer más fácil que la econó-
mica? ¡Quién sabe! Pero Narcisa Fuentes puede ser una mexicana que, desde
su oscuro rincón, dé lecciones de fortaleza a las gentes de su pueblo.
27 de julio de 1958
Benemérito de América
La República de Santo Domingo ha donado, a través de su representación
diplomática en nuestro país, unos documentos al Recinto de Homenaje a don
Benito Juárez, instalado al costado norte del Palacio Nacional. El obsequio
reviste señalada importancia por muchas razones. Una de ellas por referirse
a Juárez, cuyo nombre es inseparable de la Constitución de 1857; otra es que
atañe al movimiento de simpatía que la acción republicana y liberal represen-
tada por el Patricio suscitó en toda la extensión de América, que veía la suerte
de México como algo de la que ningún pueblo americano podría estar a salvo
en un momento dado. El documento en cuestión, en efecto, es el decreto
del congreso dominicano declarando que el Presidente Juárez había merecido
“bien de América” y que por lo tanto debería aclamársele su Benemérito, con
lo cual la República Dominicana daría “el ejemplo a las demás repúblicas her-
manas que quisiesen mostrar su simpatía por la causa de la libertad de Méxi-
co”. El decreto corresponde al mes de mayo de 1867, aunque fue dado a la pu-
blicidad un mes y medio después. El dictado de Benemérito de las Américas
con que se le conoce y venera en los pueblos de este Continente, se atribuye,
como sabe la mayoría de los lectores, a un acuerdo del congreso colombiano de

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR