Banca de desarrollo en México: ¿nuevas instituciones?
Autor | Irma Manrique Campos |
Páginas | 433-459 |
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CAPÍTULO 14
IRMA MANRIQUE CAMPOS*
Banca de desarrollo en México:
¿nuevas instituciones?
INTRODUCCIÓN
ES BIEN sabido que banca de desarrollo significa, de manera
general, aquel grupo de instituciones financieras para el de-
sarrollo o fomento que abarcan una amplia gama de organizacio-
nes que actúan a nivel mundial, regional subregional y nacional. Si
bien cada una de estas instituciones tiene su propia especificidad
y modalidad operativa, éstas se abocan, en mayor o menor me-
dida, al desarrollo económico y social mediante la movilización de
recursos financieros; la creación de la capacidad técnica, institu-
cional y de conocimiento y la provisión de bienes públicos globa-
les, regionales o nacionales según sea el caso.1
En el contexto de los países, operan los bancos de desarrollo
nacionales o locales cuya misión principal es la de promover el
desarrollo productivo, a través de la asistencia técnica y la inter-
mediación financiera de los recursos provenientes del Estado, de
la banca multilateral y del sistema financiero privado. Por lo me-
nos en México y otros países latinoamericanos, sus actividades se
dirigen hacia sectores que normalmente no encuentran un acceso
fácil al mercado financiero privado, tales como las pequeñas y
medianas empresas, el sector agrícola, proyectos de medio am-
biente y actividades de innovación tecnológica.
* Investigadora titular de tiempo completo del IIEc de la UNAM.
1 Por ejemplo, la Banca Multilateral de Desarrollo opera con varios países movilizando
recursos financieros de fuentes oficiales a mercados financieros privados; el Banco Mundial
a nivel global hace también operaciones regionales; el BID es también banco a escala regional
en América Latina y el Caribe, así como otros bien conocidos como el Banco Centroameri-
cano de Integración Económica (BCIE), el Banco de Desarrollo del Caribe (BDC) y otros.
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BANCA DE DESARROLLO EN MÉXICO 435
Los precedentes históricos de la banca de desarrollo se remon-
tan a los albores del siglo XIX, momento de la acelerada industria-
lización en los países europeos, que requirió de grandes institu-
ciones financieras. En México, el origen de la banca de desarrollo
se ubica en la década de los años veinte del siglo pasado, y desde
esos años, su papel ha sido el de instrumento de la política eco-
nómica nacional. Esta banca fue creada para proveer, con recursos
básicamente estatales, servicios financieros a sectores prioritarios
para el desarrollo integral de la nación2 por lo que sus activida-
des van desde la promoción del ahorro y la inversión; el desarro-
llo del sistema financiero; el crecimiento de la planta industrial y el
apoyo de proyectos de gran impacto regional, hasta el finan-
ciamiento de grandes obras de infraestructura, y de empresas y
sectores clave para el desarrollo nacional.
Su injerencia y significado han sido fundamentales en la eco-
nomía nacional y, con el devenir de profundos cambios en el orden
económico internacional y nacional, puede decirse que la banca
de desarrollo ha pasado por un largo proceso de transformacio-
nes: desde la reconstrucción material del país, pasando por el
financiamiento del modelo de desarrollo sustitutivo, hasta su es-
pecialización con fines de apoyo a la “modernización” del siste-
ma financiero y los sectores productivos, propiciando a la vez, la
inserción de la economía en los mercados mundiales.
Aquí se plantea la hipótesis de que, a pesar de que las políti-
cas originales de estas instituciones han sufrido modificaciones en
la medida en que se han plegado a las reformas financieras instru-
mentadas desde los años noventa en términos de liberalización,
apertura y desregulación y, de que su importancia en el finan-
ciamiento productivo ha decrecido ostensiblemente, esta banca
juega un papel fundamental a través de la creación y constitución
de diversos instrumentos y mecanismos financieros, que pueden
instrumentarse tanto mediante operaciones de primero como de
“segundo piso” y propiciar el desarrollo de actividades financie-
ras muy rentables, como intermediarios financieros especializados.
2 El Banco Nacional de Crédito Agrícola surge en 1926; el Banco Nacional de Obras
y Servicios Públicos (hoy Banobras), en 1933; Nacional Financiera en 1934; el Banco Nacio-
nal de Crédito Ejidal en 1935 y el Banco Nacional de Comercio Exterior en 1937.
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