Aristóteles: la filosofía y el 'yo' contemporáneo

AutorAle, Pedro Salvador
Páginas39-49

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Aristóteles: la f‌ilosofía y el “yo” contemporáneo

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COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS DEL ESTADO DE MÉXICO

La f‌inalidad de este capítulo es la de poner a disposición un repertorio de posibilidades de interpretar el pensamiento aristotélico aplicado a nuestro tiempo, y sobre todo a los derechos humanos; en un claro sentido material podemos aseverar que en esta época somos más “aristotélicos o tomistas” que platónicos, sin que con esto quiera af‌irmar que los “ideales” han perdido terreno.

El pensamiento, como una de las respuestas posibles al problema del uso humano del saber, fue por primera vez af‌irmado por Aristóteles; para él la f‌ilosofía es saber y no sabiduría, ya que la sabiduría consiste en deliberar bien. “Nadie, -nos dice- delibera en torno a lo que no puede ser de otra manera o en torno a las cosas que no tienen un f‌in o cuyo f‌in no es un bien realizable”.

Desde ese punto de vista, el uso del saber es fundamental: la realización de una vida ref‌lexiva, esto es, dedicada al conocimiento de lo necesario, la actividad del estudio es por lo tanto considerada por Aristóteles como la más alta y beatíf‌ica: hace del hombre algo superior al hombre mismo porque es conforme a lo que de divino hay en él.

Por lo tanto, la f‌ilosofía es la justif‌icación racional de la realidad, entendiéndose por realidad no sólo la de la naturaleza, sino también la de las instituciones histórico-sociales, o sea, las del mundo humano.

Bajo estas premisas, en la siguiente entrevista, Aristóteles aborda el tema de la ciencia política, la f‌ilosofía y la ideología. Piensa en el individuo que ha creado sus muros mentales que lo alejan de la realidad, y lo separan de sus semejantes, así como de la naturaleza y de la vida.

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PEDRO SALVADOR ALE Conversaciones sobre ét

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Aristóteles (siglo IV a. J.C.)

Si Platón es el gran “incitador”, Aristóteles es el gran ordenador. Siendo el último de los genios f‌ilosóf‌icos griegos, su misión tenía algo de organización f‌inal de la inmensa sabiduría acumulada. Orienta el pensamiento en la Lógica, como ordena la colectividad en la Política y el saber literario en la Retórica. Escuela de poetas por espacio de dos mil años, Aristóteles, maestro de Alejandro Magno, representaba el resumen sintetizado de la f‌ilosofía griega. Su pensamiento se basa más en los hechos que en las ideas. Así, por ejemplo, Platón piensa que el poeta, al crear, es un ser embriagado por un dios. Aristóteles, por el contrario, cree que el poeta es un hombre como los demás, que tiene la habilidad de imitar el ritmo de la naturaleza por medio de sus versos. Estas ideas las vertió en un libro que ha servido durante muchos siglos de escuela literaria a la humanidad: la Poética o preceptiva. Escribió en un plano más f‌ilosóf‌ico, el Organon (lógica), la Física, la Metafísica, el Tratado del Alma, la Política, etc.

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Aristóteles, ¿no le molesta que el concepto de “razón” haya sido manipulado por el hombre de nuestra civilización, hacia una lógica deshumanizada?

Sucede que los parámetros de mi tiempo, están a años luz de mis propósitos como humanista, que de manera insospechada han llegado hasta inicios del Siglo XXI, claro que asimilados a las conveniencias actuales. De todas maneras me gustaría darle mi versión, insistiendo en mis planteamientos desde la perspectiva que la misma historia me permite.

Partamos de la ciencia política, la f‌ilosofía e ideología, tres formas de pensamiento que se sustituyen, se entremezclan y se confunden a menudo en el lenguaje político.

¿Cuáles son sus relaciones?

No tengo la pretensión de desentrañar la madeja totalmente, pero me interesa sugerir una hipótesis para comenzar a desenredarla. El discurso ideológico puede entenderse como el resultado de la contradicción a que conduce, en la práctica política, el choque entre otros dos discursos: el f‌i losóf‌i co y el científ‌i co. Estamos claros.

De acuerdo…

Bueno, exploraremos esta posibilidad. En la mayoría de los textos políticos encontramos enunciados que pertenecen a dos géneros de discurso distintos. Por una parte, los que se ref‌ieren a un estado social deseable. Pueden ser proyectos de gobierno, indicaciones de f‌ines por alcanzar, juicios de valor sobre la sociedad, prescripciones sobre las conductas políticas correctas, o aún proposiciones descriptivas o teóricas que se ref‌ieren a un ordenamiento social considerado justo o legítimo.

Cualquiera que sea su forma supone la concepción de una sociedad posible que no corresponde necesariamente a la existente. Toda f‌ilosofía política se formula en gran medida en ese tipo de discurso. Por otra parte, encontramos enunciados que se ref‌ieren a características de la sociedad ya existente, con la independencia de la evaluación que nos merezcan.

De una u otra manera se ref‌iere a mecanismos de poder…

Así es, si el primer tipo de discurso juzga la sociedad en relación con lo posible, el segundo la explica por lo real, si aquél trata de justif‌icar cuál sería el poder legítimo, éste pretende explicar el poder efectivo.

Desde sus inicios en Grecia, la f‌ilosofía política se pregunta por la sociedad justa. Por...

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