Antecedentes
Autor | Jazmín Santinelli |
Páginas | 13-13 |
Antecedentes
principalmente en la explotación agraria para
su subsistencia. Por otra parte, y quizás por la
misma razón, en ese momento no existió interés
por parte de los mexicanos por explotar las rique-
zas derivadas de la pesca.
Por otra parte, al paso del tiempo, se recono-
ció que la explotación pesquera requiere de un
amplio conocimiento de los recursos biológicos y
de sus relaciones con las condiciones ambienta-
les de las zonas donde se capturan, del equipo pes-
quero con que se obtienen, del impacto de la
captura sobre el mismo recurso, sobre otras espe-
cies y sobre su entorno; igualmente importante
es el conocimiento de los procesos productivos y
socioeconómicos que se generan a su alrededor,
situaciones todas que pusieron de manifiesto la
necesidad urgente de establecer una institución
que se ocupara de generar todo este conocimiento.
Esta tarea recayó en varias instancias que
antecedieron a la formación del Instituto Nacional
de Pesca, cuya información, desde un principio,
fue indispensable para garantizar pesquerías a
largo plazo y amigables con el medio ambiente,
objeto primordial de cualquier país pesquero.
La actividad pesquera en México se inicia con
la presencia del hombre en las zonas litorales
marinas, fluviales y lacustres. Sus productos,
tanto frescos como salados, fueron fuente impor-
tante de la alimentación de las comunidades, y
necesarios para el intercambio por otros insumos
requeridos para su sobrevivencia; de igual manera
lo fueron los subproductos de éstos, como conchas,
caracoles, caparazones de tortuga, y otros orga-
nismos, como los corales, que son utilizados en
sus actividades religiosas –como parte de sus
ofrendas, especialmente las mortuorias– y ar-
tísticas, siendo por ello objeto de un comercio
regional de gran importancia.
Durante la Colonia y la Reforma, la pesca cons-
tituyó también un importante aporte para la ali-
mentación del pueblo, que se torna en una acti-
vidad económica significativa, especialmente
para las comunidades ribereñas.
A pesar de ello, durante muchos años fue nota-
ble la carencia de instituciones que abordaran
adecuadamente el estudio de los recursos mari-
nos y dulceacuícolas, situación determinada por
las características de nuestra cultura, basada
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