Aguas turbias en el Lejano Oriente

AutorVíctor Emilio Corzo Aceves y Ernesto Eduardo Corzo Aceves
Páginas32-33

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Es un hecho indisputable que en la actualidad no existen territorios por conquistar y por lo mismo dicha igura ha perdido vigencia en el Derecho internacional. No obstante, la expansión territorial de los Estados no ha cesado y, curiosamente, preserva una relación directa con el surgimiento de nuevas potencias. Las reclamaciones de que hemos sido testigos recientemente han abandonado el territorio continental para buscar el insular, en aras de aianzar aquellas riquezas que el mar y el suelo marino encierran para aquellos que ostentan la propiedad de esos territorios y que por ende tienen derecho a disfrutar de los espacios marítimos que reconocen las convenciones de Ginebra y Montego Bay.

De este modo las batallas territoriales se han librado sobre pequeñas islas, elevaciones de bajamar y arrecifes, algunos imposibles de habitar, pero que son las llaves para la explotación exclusiva y la expansión de las zonas marítimas de los Estados costeros. Una región que perfectamente ejempliica este escenario es Asia. Con el fortalecimiento económico de China, Japón, Filipinas, Vietnam, Taiwan, Brunei, Malasia y Corea del Sur los reclamos sobre posesión histórica de islas y arrecifes han proliferado.

Lo que vuelve interesante estos reclamos es el juego geopolítico -que arrastra disputas históricas en otras materias-, la participación de actores no regionales en el establecimiento de alianzas y el ingenio de algunos gobiernos para expandir su territorio. Por ejemplo, el caso del atolón Okinotori, donde el gobierno de Japón invirtió inútilmente casi 300 millones de dólares en muros de concreto para mantener sus arrecifes de coral sobre el nivel de mar, con el objeto de lograr que la Comisión de Límites de la Plataforma Continental de las Naciones Unidas le reconociera estatus de isla y, en consecuencia, se modiicara la delimitación establecida con Beijing sobre los límites de su zona económica exclusiva al este del mar de la China meridional.

Correlación tierra-mar

"La tierra domina al mar", sentenció la Corte Internacional de Justicia en el caso "Delimitation of the Maritime Boundary in the Gulf of Maine Area". De lo anterior se desprende que las zonas marítimas de los Estados se delimitan a partir de sus costas. En otras palabras, que las zonas marítimas se vuelven una prolongación proporcional del territorio continental e insular.

Según el Derecho internacional existen seis zonas marítimas: mar territorial, zona contigua, zona económica...

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