Agotamiento del modelo de producción taylorista-fordista: el conocimiento como carburante de la nueva economía

AutorJosé Guadalupe Rodríguez Gutiérrez
Páginas31-44

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Hubo una vez un hombre que fue a una feria de computadoras. El primer día al entrar, le dijo al guardia de la puerta: "Yo soy un gran ladrón, renombrado por mis hazañas de robar tiendas. Estás avisado de antemano, porque esta feria no escapará sin ser saqueada. En el último día de la feria, el guardia no pudo resistir más su curiosidad. "Señor Ladrón" -dijo- "estoy tan confundido, que no puedo vivir en paz. Por favor ilumíneme. ¿Qué es lo que está robando?". El hombre sonrió. "Estoy robando ideas" dijo.

El Tao de la programación1

Introducción

En el presente capítulo abordaremos la categoría analítica del capitalismo del siglo xxi: el conocimiento y su relación con la producción. Machlup (1962) y Bell (1976) en la década de los sesenta hacían mención de la importancia del conocimiento en la sociedad posindustrial; Karl Polanyi en 1967 se refería al cono-

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cimiento como parte fundamental de la transformación productiva y social; Marx (1847 [1967]) mucho antes, señalaba la jerarquía del conocimiento en el proceso de producción. Sin embargo en el siglo xxi el conocimiento, su producción y relación con otras formas de producción, como la información disponible, innovación, aprendizaje formal e informal, conocimiento tácito e implícito y la importancia estructural de las instituciones sociales, políticas, gubernamentales, educativas, etc., configuran interacciones sociales sea por medio de redes o flujos como las comunidades en red, las cuales están constreñidas por una serie de inter-juegos, consensos y negociaciones como por restricciones o innovaciones continuas o estancamientos técnicos (por ejemplo la energía atómica). En el caso del software a la medida se configuran nuevos procesos de aprendizaje y nuevas formas de organización, como las comunidades virtuales del conocimiento que se constituyen por flujos de aprendizaje que rompen con el pasado taylorista, con la rigidez de un "sólo camino", se deja atrás los conceptos de producir "con cero errores y cero defectos", se rompe con la producción "justo a tiempo y con calidad total"; el proceso de trabajo en el desarrollo de software a la medida rompe con estas directrices del fordismo-taylorismo del siglo xix.

El conocimiento como categoría analítica

¿Qué es lo nuevo y qué lo viejo en las denominadas nuevas formas de organización del trabajo?, si el trabajo continúa siendo central en el proceso mismo, se plantea Castillo (1983, 1988); por otro lado, hacia finales de los noventa, De la Garza (1997, 1999, 2001) sugiere una serie de propuestas teórico-metodológicas que explican el agotamiento de los conceptos clásicos del trabajo y propone un conjunto de reflexiones ampliadas de éste más allá de la manufactura o de los clásicos modelos de desarrollo. El planteamiento de Castillo y las propuestas de De la Garza, enfrentan las hipótesis de los teóricos pesimistas-posmodernos quienes suscriben como un hecho la pérdida de la centralidad del trabajo en la producción (De la Garza, 2008). Las críticas hacia los pesimistas de la sociedad pos-industrial como Machlup (1962); Bell (1976); Gortz (1982); Touraine (1985); Offe (1985); entre otros, coinciden en señalar que "lo nuevo" en el trabajo son los cambios en la estructura de las ocupaciones, pérdida de identidad obrera y de la centralidad del trabajo; otros pesimistas como Rifkin (1996); Castells (1996); oecd (1996); oit (1997) suscriben que la pérdida de empleos en las estructuras ocupacionales es resultado de la "revolución de la inteligencia",2 la cual pronostica la retirada del trabajo como creador de valor y, que

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la cada vez mayor presencia de información y conocimiento es el eje generador de valor; haciendo a un lado el hecho que éstas no se constituyen en materia prima disponible por sí misma, sino que se requiere del trabajo mismo. Los teóricos pesimistas-posmodernos se refuerzan ante una segunda oleada de "para-posmodernos" hacia principios del siglo xxi, donde Hardt, Negri, Lazzaroto, Castells, entre otros redescubren a la información y el conocimiento como actividad generadora de valor (Hardt y Negri, 2000 y 2005)3 invisibilizando el hecho que quien genera el conocimiento es en parte el conjunto de trabajadores que interactúa mediante el trabajo mismo, nunca en forma aislada (Marx, 1963). Se propone que la creación aislada de conocimiento no es lo importante, ya que no se está en un mercado segmentado de tecnología —al estilo Chandler— o que haya un dominio del conocimiento teórico sobre el empírico (Bell, 1976). Más allá de Chandler (1990), para quien el crecimiento económico de Estados Unidos —durante el siglo xx— corresponde en parte a la aplicación sistemática de la ciencia que se produce dentro de los sectores más organizados de la empresa, es que se fortalece el crecimiento económico; por el contrario, sugerimos, que se están configurando nuevas formas de intercambio tecnológico, contextualizadas por la fluidez de información y una mayor presencia de prácticas de aprendizaje en red entre individuos, proceso que se refleja en innovaciones caracterizadas por una serie de interacciones, donde colaboran y cooperan, sea entre comunidades como entre individuos, en tiempo real como virtual, sea dentro y/o fuera del proceso de trabajo; sea en redes o alianzas que fluyen, limitan o restringen el acceso al aprendizaje y creación de información y conocimiento. Al respecto Grindley y Teece (1997), señalan que el intercambio, colaboración y cooperación entre empresas como ibm, Texas Instruments, Hewlett Packard y AT&T durante los noventa benefició los flujos de información y conocimiento entre dichas empresas. Otro ejemplo relevante son los flujos de información provenientes del intercambio tecnológico en Estados Unidos, que para el año 2000 había más de 15 mil transacciones en tecnolo-

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gía con un valor mayor a 330 mil millones de dólares (Arora, 2001). Lo anterior no anula nuestra intención de analizar el trabajo del programador frente a la red, en alianzas o comunidades, simplemente el trabajo del programador forma parta de él y está constreñido por el contexto, la coyuntura, las redes y alianzas formales e informales que acontecen. La información y el conocimiento sean generados en red, internamente en la empresa o fuera de ésta, se dan en interacciones en una comunidad, colectividad o en prácticas individuales, no dejan de formar parte de las nuevas formas de trabajo, sea como una nueva categoría o "materia prima intangible" imprescindible para la competitividad en las empresas o bien sea un resultado de la interacciones sociales al interior de un proceso de trabajo amplio (comprende varias dimensiones más allá del trabajo tradicional). Lo anterior ha implicado que las unidades empresariales gestionen y organicen nuevas formas de crear y diseminar conocimiento nuevo. Al respecto Nonaka y Takeuchi (1998) señalan que las empresas que alcanzarán el éxito de un modo firme, son aquellas que generen conocimiento nuevo (innovaciones) lo difundan en toda la empresa y lo incorporen a nuevas tecnologías, procesos y productos. Para estos autores, el conocimiento se relaciona en la manera en que el conocimiento tácito puede hacerse explícito, proponiendo una teoría sobre la creación de conocimiento organizacional, la cual posee dos dimensiones: a) Epistemológica, en la cual se distinguen dos tipos de conocimiento: explícito y tácito; b) Ontológica, en la que se distinguen cuatro niveles de agentes creadores de conocimiento: individuo, grupo, organización y organizativo (Álvarez y otros, 2001). Existen otros modelos de conocimiento (Zander y Kogut, 1992), por ejemplo el modelo dinámico de crecimiento del conocimiento de la empresa, donde los individuos poseen el conocimiento, pero además cooperan en una comunidad social que puede ser un grupo, organización o una red. El modelo de Hedlund (1994) no sólo se centra en la creación del conocimiento, sino en la manera de transferirlo, transformarlo y difundirlo en toda la organización. El modelo que sugiere Álvarez y compañía (2001) se construye sobre la interacción entre conocimiento articulado (explícito o codificado) y conocimiento tácito, estructurado en cuatro niveles de agentes generadores como ya se mencionó. A estos modelos de creación de conocimiento se agrega el enfoque de la innovación, entendida como la aplicación y generación de conocimiento nuevo. Cimoli (2000) señala que es mediante la modernización tecnológica y aplicación del conocimiento nuevo (innovación) en la producción y...

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