La voz desde lejos. La triple-frontera andina: entre la heterología y la globalización

AutorSergio González Miranda
CargoInvestigador del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad Arturo Prat
Páginas19-41
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Andamios
LA VOZ DESDE LEJOS. LA TRIPLE-FRONTERA ANDINA:
ENTRE LA HETEROLOGÍA Y LA GLOBALIZACIÓN*
Sergio González Miranda**
RESUMEN. Este artículo se propone demostrar cómo las comuni-
dades andinas que habitan territorios fronterizos (Perú, Bolivia y
Chile), que durante el siglo XIX y parte del XX fueron vistas desde
la diplomacia y el estado-central como heterológicas y margina-
les, y, por lo mismo, diplomáticamente negociables sus territo-
rios, han devenido desde fines del siglo XX —con la irrupción de
procesos como la globalización y la glocalización— a ocupar una
“posición estratégica” a nivel local, regional, nacional, interna-
cional y especialmente a escala transfronteriza. En específico, se
analiza a las comunidades alto-andinas de Ancomarca, Charaña
y Visviri.
PALABRAS CLAVE. Triple frontera, comunidades andinas, heterolo-
gía, globalización.
INTRODUCCIÓN
Chile posee dos triple-fronteras1 y ambas se ubican en el Norte Grande.
Una se encuentra en la Puna de Atacama, donde confluyen Bolivia,
Argentina y Chile, zona transfronteriza que ha sido denominada
“región circumpuneña” (Benedetti, 2005); la otra, que se conoce como
el “tripartito” o “trifinio”, está ubicada a 4 115 metros de altura en la
meseta de Ancomarca, donde convergen Perú, Bolivia y Chile, y la deno-
minamos “andina”.
* Proyecto Anillos-Conicyt SOC 1109.
** Investigador del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad Arturo Prat.
Correo electrón ico: pampino50@gmail.com
1 Existe una creciente discusión bibliográfica en torno al concepto triple-frontera, espe-
cialmente relacionado con la triple-frontera del Paraná en Brasil y Argentina, que por
razones de espacio no podemos incluir.
Volumen 12, número 28, mayo-agosto, 2015, pp. 19-41
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SERGIO GONZÁLEZ MIRANDA
La triple-frontera andina se estableció una vez ratificado el Tratado
de Lima, en 1929, cuando se formó una Comisión Delimitadora pre-
sidida por los ingenieros Federico Basadre y Enrique Brieba, peruano
y chileno, respectivamente, a quienes les correspondió la colocación
de los hitos fronterizos. Se colocaron 80 hitos, siendo el núm. 80 el co-
rrespondiente a dicho tripartito; por el lado boliviano se encuentra “el
hito núm. 5 correspondiente a la frontera pactada en el Tratado de Paz
y Amistad de 1904 entre Bolivia y Chile. Es un hito de fierro con los
nombres de los tres países colindantes y señala las direcciones: Perú,
Chile y Bolivia (17º29’57” de latitud y 69º28’28” de longitud)” (Pons,
1961: 220). Este hito fue reemplazado por otro de cemento con forma
de obelisco, donde cada cara tiene una de las banderas de los tres países.
La franja del tripartito andino es uno de los lugares más inhóspi-
tos del planeta por lo extremo de su clima2 y supera los cuatro mil
metros de altura, sin embargo, es un territorio habitado por tres
comu nidades andinas aymaras, pertenecientes a la misma etnia: la
pacaje (Herrera, 1997: 17), cuyas voces no fueron escuchadas por los
tres estados nacionales cuando se definió la triple-frontera, por lo que las
se pa raron y les asignaron una nacionalidad distinta a cada una. Michel
de Certeau afirma que lo que habla desde lejos, desde un rincón hete-
rológico, necesita ver escrita su voz.3
2 Otro criterio de clasificación para esta misma zona la circunscribe entre los 3 500
msnm y los 4 500 msnm, como rango promedio, y señala que predomina un régimen
climático de tundra fría de altura, con influencia tropical que determina precipitaciones
concentradas en la temporada de verano y con presencia de marcada aridez en la
medida en que se avanza en sentido norte-sur (Henríquez, 2013: 6).
3 De Certeau apunta a lo que pretendemos exponer en este escrito, cuando se refiere a
la ciencia de la fábula:
Al comenzar a examinar la ciencia de la fábula, se echa mano de todas las her-
menéuticas doctas o elitistas del habla —habla salvaje, religiosa, loca, infantil o
popular—, como las que se elaboran desde hace dos siglos a través de la etnología,
las “ciencias religiosas”, la psiquiatría, la pedagogía y los procedimientos políticos o
historiográficos que buscan introducir en la lengua autorizada la “voz del pueblo”.
Campo inmenso, desde las “explicaciones” de las “fábulas” antiguas o exóticas del
siglo XVIII, hasta la obra pionera de Oscar Lewis “que da el habla” a Los hijos de
Sánchez, punto de partida de tantas “historias de vida”. Estas diferentes “heterologías”
(o ciencias del otro) tienen como rasgo común la intención de escribir la voz. Lo
que habla de lejos debe encontrar sitio en el texto. De esta forma la oralidad salvaje

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