Presupuestos para recuperar la tradición hispanoamericana de Derechos Humanos

AutorAlejandro Rosillo Martínez
Páginas27-53
27
A FONDO
DIGNITAS 10
1. INTRODUCCIÓN
El objetivo de este artículo es presentar
algunos presupuestos para recuperar la
Tradición Hispanoamericana de Dere-
chos Humanos (THDH)1. Lo hacemos
desde una perspectiva historiográfica
de las ideas, basada en algunos presu-
puestos que sobre esta disciplina han
establecido pensadores de la liberación
en América Latina y otras corrientes de
PRESUPUESTOS PARA RECUPERAR LA TRADICIÓN
HISPANOAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
ALEJANDRO ROSILLO MARNEZ
pensamiento crítico. Son presupuestos
dirigidos sobre todo al rescate de una
historia de las ideas filosóficas en Lati-
noamérica y en otras regiones “peri-
féricas”, planteadas en parte por las
corrientes de cuño “historicista” de la
Filosofía de la Liberación2.
El historicismo ha tenido una impor-
tante repercusión en el pensamiento
latinoamericano3. Ha sido adoptado de
1
Cfr
. De La Torre Rangel, Je sús Antonio, “Tradición hispanoamericana de los derechos huma-
nos. Dos jueces y un litigante defendie ndo los derechos de los indios” en
Revista de Investi-
gaciones Jurídicas
No. 27, Escuela Libre de Dere cho, México, 2003, pp. 537-579. El mismo
autor señala: “…resulta oportuno reiterar el hecho de que durante una mesa de trabajo en
el ‘II Seminario La Universidad y los Derechos Humanos en América Latina’, celebrado en la
Unive rsidad Iberoamericana de la ciudad de México en noviembre de 1990, le escuchamos
al padre José Aldunate de la Compañía de Jesús hacer una certera afirmación cuando dijo
que sobre los derechos humanos existen dos tradiciones teóricas: la de la Ilustración, ligada
a la Revolución francesa y a la Independencia de Estados Unidos, de corte eminentemente
individualista; y otra tradición que nace en América Latina con Bartolomé de las Casas y el
grupo de primeros evangelizadores que pensaban como él, caracterizada por concebir los
derechos a partir de los pobres” (De la To rre Rangel, Jesús Antonio,
Alonso de la Veracruz:
amparo de los indio s. Su teo a y práctica jurídica,
Universidad Autóno ma de Aguascalientes,
Aguascalientes, 1998, pp. 91-92). Véase también Aldunate, José, “Los Dere chos Humanos
y la Iglesia Chile na” en
La Universidad y los Derechos Humanos en América Latina,
Unión
de Universidades de América Latina y Comisión Nacional de Derechos Humanos, Mé xico,
1992, pp. 123-129. De la Torre Range l, Jesús Antonio,
El uso alternativo del derecho en
Bartolomé de las Casas,
Unive rsidad Autónoma de San Luis Potosí – Comisión Estatal de
Derechos Humanos – CENEJUS – CRT, San Luis Potosí, 2006.
2
Cfr
. Cerutti Guildbert, Horacio,
Filosofía de la liberación latinoamericana,
FCE, México,
1992.
3 El historicismo latinoamericano puede rastrearse desde el siglo XIX con el argentino Juan
Bautista Alberdi (1810-1884), quien se cuestionó el proble ma sobre el carácter y la auten-
ticidad de la filosofía americana; tomó del romanticismo alemán la exaltación de lo concreto
e individual, de lo particular y la valoración de la experiencia histórica original. El historicismo
hegeliano influyó en el pensamie nto del cubano Rafael Montoro (1852-1933) para perfilar
la indepe ndencia de Cuba.
OCTUBRE-DICIEMBRE 2009
28
A FONDO
una manera ctica y rechazando varios
presupuestos sobre todo del clásico his-
toricismo alemán de corte romántico.
En términos generales, se puede asu-
mir que el historicismo es la tendencia
filosófica que considera al ser humano
y a la realidad como historia, y por lo
tanto, a todo conocimiento como his-
tórico4. El filósofo uruguayo Arturo Ar-
dao ha descrito de la siguiente manera
las características de esta corriente en
América Latina:
El historicismo, en su esencia, procla-
ma la originalidad, las circunstancias de
tiempo y lugar; y refiere a esas mismas
circunstancias el proceso de su activi-
dad constituye nte. Por esa vía América
se descubre a sí misma como objeto
filosófico. Se descubre en la realidad
concreta de su historia y de su cultura,
y aún de su naturaleza física en cuanto
sostén, contorno y condición de su es-
piritualidad5.
El impacto en América Latina del histo-
ricismo no se debió a
una moda inte le c-
tual, ni tampoco fue tan sólo el eco de lo
dicho en Europa, sino que respondió a
la necesidad de los hombres y mujeres
latinoamericanos de comprenderse y va-
lorar sus productos culturales e intelec-
tuales. Esto se dio a partir de asumirlos
como productos de un peculiar desarro-
llo histórico, y que pese a la existencia
y yuxtaposición de factores externos y
foráneos, se da una dimensión propia y
original. En efecto, este tipo de histori-
cismo, con diversas facetas y ramificacio-
nes, busca reconstruir la trayectoria y el
sentido de Latinoamérica. Se asume que
la historicidad del ser humano, y por lo
tanto su pensamiento filosófico, político
y jurídico, tiene estrecha unidad con las
estructuras sociohistóricas.
No pretendemos historiar el desarro-
llo de las ideas sobre derechos huma-
nos sino entender su orientación y su
carácter en esta tradición. En efecto,
la
historia de las ideas
es una disciplina
que adquiere características específicas
tratándose del caso latinoamericano.
Una de ellas, tal vez la principal, es su
esfuerzo por contextualizar el proceso
que siguen las ideas, principalmente las
filosóficas, de la región. De este esfuer-
zo por relacionar la producción filosó-
fica (iusfilosófica en nuestro caso) con
las situaciones en las que se produce
–dando primacía a la perspectiva de las
ctimas de los sistemas– se ha llegado a
considerar que realizar este tipo de his-
toriografía es ya hacer en sí mismo filo-
sofía y, en especial, una filosofía latinoa-
mericana que ayuda a recuperar y no
negar su propio pasado. Como señalan
Horacio Cerutti y Mario Magallón:
Los estud
ios de la historia de las ideas
constituyeron y constituyen una vía
para reconocernos en un pasado rico
en conceptos, categorías, imágenes y
proyectos que han permitido pensar
nuestra realidad nacional y regional, así
como orientar nuestras acciones a futu-
ro. La historia de las ideas, como lo sos-
tuvo José Gaos, ha contribuido a evitar
la negación de nuestro pasado para re-
hacernos según un presente extraño
6
.
4 Creemos que estas características básicas del historicismo engloban aquello que ha sido sub-
sumido por el pensamiento latinoamericano. No obstante, esto se ha realizado a partir de
difere ntes corrientes que se les ha clasificado como historicismos, como se ha mencionado
en la anterior nota a pie . Por tanto, es importante tener en cuenta que existe una diversidad
de historicismos.
5 Ardao, Arturo, “El historicismo y la filosofía americana” en Leopoldo Zea,
Antología de la
filosofía americana contemporánea,
Costa Amic, México, 1968, p. 124.
6 Cerutti Guildberg, Horacio y Magallón Anaya, Mario,
Historia de las ide as latinoamericanas,
¿disciplina fenecida?,
Casa Juan Pablo s, México, 2003, p. 11.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR