Orientación ético-política imaginaria
| Autor | Pablo Lazo Briones |
| Páginas | 157-182 |
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Orientación ético-política imaginaria
Un breve recuento de lo hasta aquí ganado permitirá vislumbrar las conse-
cuencias para una reorientación práctica, ética y política, del tema de la mul-
ticulturalidad, o bien como decíamos al principio, de su ajuste antropológico
y hermenéutico por el que se libra de su provincialismo. En primer lugar, quise dar
cuenta de la crítica a los fetiches ideológicos universalistas que sustentan la idea de
que existe una sola cultura expandiéndose y absorbiendo a las demás en una especie
de movimiento centrífugo inevitable, una especie de destino fatal de la civilización
humana, considerada unitaria en sus valores y prácticas, mitos y ritos, monumentos
y documentos. Los puntales de esta idea, desde los que se derivaría que la multicul-
turalidad sólo es un epifenómeno superable, se revelaron trampas fetichizadas de una
interpretación hegemónica que llevan a grandes movimientos de conquista y asimi-
lación: la razón y la ciencia, la historia, la idea de hombre hermanada con ellas, la
madurez y el progreso social, la humanidad y su valor, son los muros, ya debilitados,
resquebrajados, del edificio de la modernidad occidental que se nos vienen abajo. Al
mismo tiempo, dijimos, las horadaciones e intersticios de estos muros requebraja-
dos, dan los elementos para una resignificación de las prácticas culturales contenidos
ya difícilmente por ellos.
En un segundo momento, la ideología liberal del multiculturalismo, hija de la
aspiración de la Cultura Única, fue explicada como un nuevo poder panóptico que,
al tiempo que es agente inherente de la lógica del capitalismo multinacional, daría
como consecuencia la manipulación sin restricción de toda negatividad cultural, de
toda resistencia real o producción cultural divergente a este poder homogeneizante y
uniformante. Ante esta apabullante interpretación, veíamos que las pequeñas acciones
culturales, las tácticas no visibles para este poder llevadas a cabo por pequeñas accio-
nes no institucionalizadas y quizá no institucionalizables, son el recurso de liberación de
CrítiCa del multiCulturalismo, resemantizaCión de la multiCulturalidad
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imágenes y prácticas resemantizadas, o bien, son procesos de desemantización que
pueden adoptar figuras públicas, de resistencia política.
Esto nos llevó, en un tercer momento, a sacar de su órbita provincial al tema
mismo de la multiculturalidad, órbita en la que se la confunde con la ideología del
multiculturalismo, y por tanto se le trata como un problema exclusivamente jurídico
político. La necesaria urbanización del tema pedía dos cosas: por un lado, la crítica
al aparato etnocéntrico en que descansa el enfoque jurídico-político provincial, y
con él la crítica a nuestra idea de hacer filosofía, también provincial; por otro lado,
de manera más acuciante después de esta crítica, el planteamiento del abordaje
no etnocéntrico a las formas de ser extrañas a la nuestra que habían quedado o
absorbidas violentamente por ella o excluidas por completo en la explicación. Es
a lo que llamamos de manera general la reconstrucción crítico-hermenéutica de los
imaginarios culturales: la arquetípica de Eliade, y la restauración de la multiplicidad
cultural vía la reconstrucción de los imaginarios onírico-simbólica de Jung; la inter-
pretación sin apropiación del mundo de sentido de otros culturales que se desprende
de las reflexiones de Ricoeur y Geertz; el activismo cultural como recurso concreto
del imaginario y contraveneno de la sociedad iconoclasta de Durand. Con estos ele-
mentos, quisimos ganar una racionalidad simbólica como abordaje complejo de la
multiplicidad de imaginarios que componen la condición humana.
Llegamos así al momento central de la propuesta: la descripción de la función
equilibrante del imaginario como función antropológica realmente universal, que
soporta, y no anula ni absorbe, la pluralidad de experiencias de los distintos grupos
humanos, que da cuenta de su multiversalidad compleja y policromática, aunque
isomórfica en cuanto a su carácter estructural formal. Si se ve desde este momento
central, puede decirse que hasta aquí hemos querido llevar a cabo un ensayo de
antropología multicultural, del que se desprenderán consecuencias críticas, éticas y
políticas. En adelante intentaré esbozar algunas de estas consecuencias.
Imaginario simbólico y transformación de la esfera pública
De frente a los problemas complejos de comprensión y acción, ética y política, que
suponen las sociedades multiculturales, el pensamiento filosófico diremos, siguien-
do una tesis de Simon Critchley, no se origina a partir del asombro como de la des-
ilusión.1 La tesis del pensamiento antiguo —la filosofía tiene origen en la admiración
1 “Philosophy does not begin in an experience of wonder, as ancient tradition contends, but rather,
I think, with the indeterminate but palpable sense that something desired has not been fulfilled, that a
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